Algo habrá que hacer, algo hay que hacer, eso es un hecho

El Garrote y La Zanahoria

Viernes, 05/05/2023 01:54 PM

Viernes, 05 de mayo de 2023.- América para los americanos, decía la doctrina Monroe, atención, no para los norteamericanos sino para los americanos, primer error de interpretación que le suele suceder a los latinos que empiezan a vivir en territorio apache, léase en Norteamérica.

Me explico con una pequeña anécdota: una compañera, una joven estudiante universitaria a quien conocí en una cafetería cerca de una universidad, de no me acuerdo de cual estado, muy amigable y muy curiosa, me preguntó que tal me sentía viviendo en América, bueno me siento bien, le respondí, toda mi vida he vivido en América, pero y disculpa me ripostó, sin ofensas, tu acento no es de aquí, claro que no, soy del sur.

Cómo del sur, siguió indagando, de cuál estado, quiso saber y seguimos conversando, de Mississippi, no, ah, entonces de Texas, tampoco, ya sé, me dijo, de La Florida, me rindo, ya no hay más estados, se acabó, dime de dónde eres

Ahí no aguante y le pregunté, cómo que ya no hay más estados, hay mucho más tierra al sur, muchos países, un continente que tú no conoces y nos reímos, en ese momento me enteré que en Estados Unidos había dejado de ser obligatorio el estudio de la geografía, desde hacía mucho tiempo.

También entendí el giro que le dan a eso de América para los americanos.

La historia, su manejo y conocimiento siempre ayudan a entender los fenómenos políticos y sociales, no solo del pasado, del presente y sus posibles aplicaciones para el futuro, por eso hay que estudiarla, entenderla y aplicarla.

Es por esa razón, entre otras, que nuestros analistas, aquellos que se dedican profesionalmente al diseño de políticas, al análisis de las dinámicas implícitas en las relaciones entre estados, a la proposición de estrategias, los estudiosos de la realidad nacional e internacional, así como aquellos que deben tomar decisiones que a todos nos afectan, están en la obligación ineludible de conocerla, estudiarla, entenderla y aplicar sus enseñanzas.

Hay que estudiar historia, carajo, así algunos os llamen guerreros del teclado o en este caso guerreros de la información.

No importa, tomadlo como un alago y no como un comentario despectivo.

Allá ellos, si es que no les gusta estudiar y solo se regocijan en la burla, en ridiculizar al otro y en rechazar lo que parece que no entienden, o ni siquiera, quieren entender, no les preocupa.

Un viejo dicho señala que los pueblos que no conocen su historia, yo le añadiría, que no conocen de historia, están condenados a repetirla.

Si examinamos la dinámica, el actual desenvolvimiento de la política internacional de los Estados Unidos de Norteamérica, (USA), en sus siglas en inglés, de la administración Biden con respecto a Venezuela observaremos claramente la aplicación de la vieja fórmula de La Zanahoria y El Garrote.

Por una parte carantoñas y aproximaciones casi tímidas, seductoras en una atmósfera de acercamiento paulatino e indefinido con el gobierno legítimamente elegido del presidente Maduro, con envío de mensajes y emisarios secretos o dicho en criollo, semi-secretos, donde no se sabe lo que tratan, negocian o llegan a acuerdos de convivencia pacífica y por otra parte respaldo absoluto, por parte de Biden y sus colaboradores a la oposición venezolana, a la dura, la intransigente, con apoyo político y financiero que se traduce en otorgarles efectivo, dinero, que no es de ellos, ni de la oposición, ni de los norteamericanos, aunque lo manejan como si les perteneciera, como si fuese de ellos.

Habrá que llevar una contabilidad detallada de cuanto les están otorgando, un registro y que ayudará si se logrará, algún día, recuperar esos montos que están sacando de la cartera, del bolsillo de todos los venezolanos.

Y por otra parte, Venezuela cediendo ante la presión de enviar crudo a las refinerías de USA, para, mantener allá los precios bajos de la gasolina, en un esquema no muy claro para la opinión pública venezolana, donde aparentemente no recibimos ni un centavo de dólar por el crudo que enviamos, sino que se están cobrando una deuda.

Mientras ellos tiene retenidos cientos de miles de millones de dólares en cuentas de la República abiertas legalmente en bancos norteamericanos, lo que llaman los analistas internacionales doble estandart.

Los norteamericanos están acabando con lo que una vez fue un buen negocio para nuestro país, con Citgo, y nosotros, además de quejarnos, aparentemente no estamos ejerciendo ninguna acción legal en los tribunales norteamericanos.

No hemos contratado, hasta donde la opinión pública maneja, ningún súper ranqueado bufete de abogados especialistas en la materia que nos representen en sus cortes y que defiendan nuestro intereses como país.

Y en las cortes internacionales también, por supuesto, donde lamentablemente la historia no nos favorece mucho en materia de decisiones.

Puede que sean costosos, como también, puede que sean efectivos.

De eso no se sabe nada, ya lo sabremos, si pasa, si sucede y si nos informan.

Algo habrá que hacer, algo hay que hacer, eso es un hecho.

Tomen nota y actúen en consecuencia.

Se trata de pensar y hacer, de diseñar y aplicar una estrategia de lucha en todos los frentes posibles, tomando en cuenta las asimetrías concretas y las oportunidades que puedan crearse, no basta con quejarse, hay que actuar asap.

El Garrote y La Zanahoria, nos lo siguen aplicando.

Dale coñazos, como diría un viejo veterano en cualquiera de nuestros pueblos del interior y pásale la mano por la espalda, para suavizarlo.

Como si de domar un caballo brioso se tratara.

Esa política de El Garrote y La Zanahoria debe estar incluida, si no lo está, en los Altos Estudios de Defensa Nacional.

Los pueblos que no estudian la historia están condenados a repetir los errores cometidos en el pasado, a repetir los errores que ella nos muestra.

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