"Para entender el corazón
y la mente de una persona,
no te fijes en lo que ha hecho,
no te fijes en que ha logrado,
sino en lo que aspira a hacer»"
Gibran Jalil Gibran
Definitivamente la situación en los Estados Unidos, es más complicada de lo que parece. Por un lado el dólar, su principal arma para el gobierno presionar a los más débiles se empieza a caer, como los mangos maduros y cuando esa situación se hace presente, todo el mundo aprovechar para recoger. Pero además los últimos mandatarios están contribuyendo para que cualquiera persona, así, no haya estudiado – como dicen en el llano – se dé cuenta quien carga la guillotina para aplicársela al pueblo, con la excepción –por supuesto–de la oposición venezolana y algunos escribientes, más desorientados, que el mismo Donald Trump.
De Trump, estamos claro, que no podíamos esperar nada bueno para el pueblo venezolano, pero nadie se imaginaba, que a pesar de su manera arrogante y algo por demás resaltante: es parte del aparataje del imperialismo y precisamente por eso llegó a ser presidente, aún, cuando lo único, que tiene en su haber, es una montaña de dólares, abriera la boca para lamentarse por lo que quiso hacer y no lo dejó el valiente pueblo venezolano. Ahora, el "todopoderoso" millonario se encuentra en una encrucijada y en medio de esa disyuntiva se le están saliendo las verdades, que lo terminan de retratar y comprometer de pie a cabeza, pero a la vez echa en el saco a todos los que, se alinearon con sus agresiones y medidas crimínales contra el pueblo venezolano.
La lucha por la presidencia en los EE. UU, no deja duda, que se centra en el poder económico y en candidatos recalcitrantes, pero a la vez parece una competencia por demostrar, quien es más dañino en medio de la longevidad. El actual mandatario está dando más tumbos por la edad, semejándose a un viejo de los calificados verdes en un baile de jóvenes, con música, que solamente ellos entienden y gozan, hasta más no poder. El Trump en su estadía en la Casa Blanca, demostró todo lo maligno y dañino del imperialismo y de paso mantuvo una mascota para variar, le trajo de todo menos suerte, pero fue su representante en Venezuela, para planificar lo que ahora ha declarado públicamente: robarle el petróleo descaradamente a los venezolanos y para eso estuvieron planificando la invasión.
Las declaraciones de este alocado candidato, terminan por desenmascarar a la mayoría de los dirigentes de la oposición, que en este momento se están presentando, como candidatos en unas primarias, como unos verdaderos inocentes, después de servir de escaleras para tratar de derrocar al presidente Nicolás Maduro y la vía más expedita la buscaron sometiendo al pueblo por hambre. ¿Es o no es un crimen de lesa humanidad? ¿Por qué callan antes las perversas declaraciones de este atolondrado aspirante? Trump, está en un callejón sin salida, ya que, las acusaciones por haber atentado contra las leyes de los Estados Unidos al incitar el saqueo al capitolio, están en la mesa y cuidadito, si no termina encerrado, a pesar de los millones.
Por su parte la oposición venezolana, ya no tienen ¡A mi presidente Guaidó! pero lo cumbre y chistoso, es que ahora, se hacen los sordos y por eso andan acelerados, como verdaderos formulas 1 anunciando las primarias y de esa manera escudarse de Trump, cuando abre la boca, porque de ahora en adelante no va callar, ya que, sencillamente es un ignorante en política y sigue creyendo en soluciones por la fuerza. Hace comparaciones de su gobierno con el de Biden y termina, como un malandro peligroso, porque este no ha hecho lo que él tenía entre ceja y ceja, cuando la realidad depende de la situación mundial y del berenjenal en que se encuentra la sociedad estadounidense y por eso el actual mandatario sin querer ha cedido en algunas acciones, antes la grave situación mundial y una economía, que depende del petróleo en un alto porcentaje. Pero además, los reveses de gobiernos dóciles y vendidos, que le facilitaban cualquier movimiento para saquear recursos: Duque en Colombia, Bolsonaro en Brasil, permiten ver la situación de los Estados Unidos muy comprometida frente a una Latinoamérica que sé encarrila nuevamente frente a un enemigo, que no duerme y nunca se da por vencido, porque la naturaleza del imperialismo es la violencia.