La agresión y arremetida de la ultraderecha fascista colombiana contra el presidente Gustavo Petro y su gobierno cada vez escala más con nuevas narrativas seudo judiciales y maniobras periodísticas –tornándose muy agresivo- que pretenden ambientar el derribamiento del actual jefe de Estado en representación del Pacto Histórico.
La oligarquía busca y tantea distintas opciones para repetir en Bogotá el golpe que ocurrió hace algunos meses en el Perú que derribo a Pedro Castillo y lo tiene en una prisión de Lima.
El más reciente episodio está relacionado con la muerte del coronel Oscar Dávila, un oficial de la policía perteneciente a la seguridad de la presidencia de la republica que, de acuerdo con informaciones dadas por el Ministro de la Defensa, Iván Velásquez, se suicidó de un tiro en su camioneta el 9 de junio en las horas de la tarde.
Dávila fue relacionado con investigaciones de la Fiscalía a Laura Sarabia, ex secretaria de Petro y al ex Embajador en Venezuela, Armando Benedetti.
La versión que se conoce, en la presentación de la prensa hegemónica en sedición, sugiere que hay un testimonio que utiliza la revista Semana para confirmar presuntos hechos delictuales en los que estaría involucrado el presidente Gustavo Petro y su ex Secretaria Laura Sarabia. Recojo acá el montaje de Semana en su versión completa.
Desde Alemania el presidente Gustavo Petro ha emitido un comunicado que incluyo en esta nota para saber las dimensiones de esta macabra narrativa que quiere enlodar al gobierno para precipitar su derrumbe.
El extraño "testigo" de Semana.
SEMANA revela el testimonio de una de las personas que tuvo varias conversaciones confidenciales con el alto oficial, cuya muerte todavía es un misterio.
"Un testigo que sostuvo varias conversaciones con el fallecido coronel Óscar Dávila, coordinador de Protección Anticipativa de la Presidencia, decidió entregarle en reserva a SEMANA un explosivo testimonio que salpica directamente al presidente Gustavo Petro. La identidad de la fuente se mantendrá en confidencialidad para proteger su vida.
Según su relato, la clave del escándalo está en el dinero perdido en la casa de Laura Sarabia, exjefe de gabinete. "La plata era de Petro, eran cinco maletas y 3.000 millones de pesos", dijo.
"Dávila me dijo que Petro mandó a Laura a guardarle la plata en el apartamento, ese dinero se perdió, entonces necesitaban que apareciera antes de tener que informarle al presidente que se había perdido", agregó.
Por esa razón, según la fuente, se desató una operación ilegal con el fin de recuperar los 3.000 millones de pesos a como diera lugar. En estos hechos, de acuerdo con el testimonio, participó directamente el coronel Dávila, pero no habría actuado solo.
¿Quién ordenó las chuzadas? Estas son las pistas desconocidas de la Fiscalía en el escándalo de Laura Sarabia. Un general retirado y el jefe de Casa Militar están en la mira
"A él (el coronel Dávila) lo contacta el coronel (Carlos) Feria (jefe de Casa Militar de la Presidencia) porque, cuando se sabe lo del monto del dinero, Laura (Sarabia) llama a Feria, y Feria contacta a Óscar (Dávila) y él empieza a hacer todas las actividades. Lo primero que hacen es empezar a hacer las pruebas de poligrafía, pero no se lo hacen a la empleada sino a la teniente", dijo la fuente, en referencia a la teniente Laura Luna.
Además, indicó que le hicieron polígrafo a todo el esquema de seguridad de Sarabia.
"Entonces a la primera que tratan de culpar es a ella (a la teniente), le hacen la prueba de polígrafo, presenta el polígrafo, no tiene ningún problema, en la prueba la presionan y dicen que ella es la que tiene que responder y ella dice no va a responder por nada de eso. Ahí empieza a hablarse ya de un monto de 3.000 millones de pesos", sostuvo la fuente.
Luego se tomó la decisión de someter al polígrafo a Marelbys Meza, la exniñera del hijo de Sarabia.
"Ahí ya dicen que la empleada es la culpable, lo que él (Dávila) nos dice es que de eso se recuperaron 268 millones de pesos. Y los entrega el esposo o la pareja permanente o el compañero de la empleada del servicio. A él lo cogen en el ámbito de la Policía, dice que lo levantan, lo aprietan, todo eso, y él entrega ese dinero", relató la fuente.
"Había que recuperar un dinero que se había perdido y tocaba hacerlo y la señora (Marelbys) accedió voluntariamente. Se hizo con recursos públicos, con una persona que no era funcionaria, ese fue el primer error". Frente a los insultos a la exniñera en el polígrafo, dijo: "Sí, eso hace parte normal de la presión que se ejerce para sacarle la verdad al máximo. Si ella pierde el polígrafo, eso se reafirma más y se genera ese tipo de presión".
Los hechos habrían ido más allá. Según el testigo, el coronel Dávila le contó que él mismo le entregó personalmente a Sarabia, en sus manos, una maleta con los 268 millones de pesos recuperados.
"El coronel Feria sabía todo y, por obvias razones, Laura Sarabia, porque los 268 millones de pesos se los entregó (Dávila) personalmente a ella", agregó la fuente.
Una de las pistas que el testigo entregó en su relato estaría en las cámaras de seguridad del edificio donde vive Sarabia, pues dijo que el coronel Dávila le aseguró en su momento que todo habría quedado registrado en video. "De cómo ingresaban y salían las maletas", aseguró.
El testigo revela que el coronel Dávila estaba preocupado. "La angustia que él tenía era que ya se estaban empezando a saber cositas y todo iba a empezar a desencadenarse directamente sobre él. Finalmente el que realizó la mayoría de las cosas fue él, pero a él no lo contactaron directamente, lo contacta el coronel Feria", contó la fuente.
Uno de los capítulos más graves del escándalo tiene que ver con la decisión de interceptar ilegalmente los teléfonos de Marelbys Meza y Fabiola Perea, otra trabajadora doméstica de la casa de Laura Sarabia, a quienes hicieron pasar como si se tratara de integrantes del Clan del Golfo.
"Nunca se habló de plata recuperada, nunca se ha hablado de montos exactos, porque no se podía. No se justifica ese monto de dinero. Además, todo eso se estaba haciendo así, por debajo de cuerda, todo se estaba haciendo de manera ilegal. No desde un proceso judicial. Así mismo, Dávila decide hacer una copia espejo del celular (de Marelbys) y le pide un favor al mayor John Jairo López Tolosa, en la Dijín, para que intercepte esos números (el de Marelbys y el de Fabiola)", relató la fuente.
SEMANA confirmó que López Tolosa está asignado a una unidad llamada Comisiones Investigativas contra el Crimen Organizado (Cicor), de la Dijín. El testigo aseguró que López Tolosa fue enviado a vacaciones y fue la persona que reemplazó al coronel Dávila en el Cicor.
Además, la fuente anotó que, en medio del escándalo, Dávila le contó que le había enviado una fuerte suma de dinero al mayor López Tolosa para defenderse. "Dávila tuvo que darle plata para el abogado. Según me dijo, fueron 20 millones de pesos", señaló la fuente.
Sostuvo que el mayor López Tolosa desconocía lo que estaba ocurriendo en ese momento. "Lo contactan para que intercepte los números, pero en ese sentido sí hay que ser muy claro que no le dicen por qué. Le dicen el para qué, es decir, para escuchar unas líneas y mirar un tema de dinero específicamente, y le dicen que es de crimen organizado, de gente del Clan del Golfo. A él no le dicen exactamente qué es lo que estaba pasando porque no querían que mucha gente supiera lo que estaba ocurriendo", dijo la fuente.
"Cuando ya estalla el escándalo, el mayor López Tolosa le dice (a Dávila): ‘Oiga, ¿por qué me metieron en este problema?’", agregó la fuente.
Dijo además que tan pronto estalló el escándalo de la ex niñera Marelbys Meza, y cuando la Fiscalía destapó las chuzadas, el coronel Dávila empezó a tener angustias.
"A él ya lo empiezan a presionar en que hay que mantenerse. Él tenía la presión de todo lo que había hecho. El temor era a que las personas que sabían en algún momento lo nombraran, por ejemplo, un patrullero, un intendente o cualquiera de los que está declarando. Todo iba a llegar a él y, desde arriba, ya lo estaban dejando completamente solo", agregó la fuente.
La persona le dijo a SEMANA cómo el fallecido coronel Óscar Dávila terminó siendo defendido por el abogado Miguel Ángel del Río, un reconocido defensor del Gobierno Petro.
"A él (a Dávila) le dicen que en algún momento lo tendrán que llamar y que su abogado tiene que ser Miguel Ángel del Río. Esa instrucción se la dio el coronel Feria. ¿Y quién manda a Feria? Pues, por obvias razones, el presidente Petro".
La fuente hizo una comprometedora revelación. Asegura que el coronel Dávila le confió de dónde salieron los 50 millones de pesos que le alcanzó a entregar a Del Río horas antes de su muerte para que lo defendiera.
"Fueron 100 millones de pesos que le dio el coronel Feria a él para que pagara el abogado y se los entregó personalmente y en efectivo. De ahí, le pagó 50 millones de pesos a Del Río y le dio 20 millones de pesos al mayor López Tolosa".
La fuente fue enfática en que el coronel Dávila se preocupó bastante el día en que recibió la llamada de la periodista Silvia Charry, de Cambio, especialmente porque desconfió del abogado Del Río y pensó que fue él quien le había dado su número a Charry.
"Lo que lo tenía estresado ese día era que la periodista le marcó y ella no tenía por qué marcarle porque su teléfono solo lo tenía gente muy allegada a él y su abogado (Del Río). Dávila se había reunido con él, el día anterior, y le había contado absolutamente todo".
El testigo reconoció que Dávila estaba preocupado por lo que estaba ocurriendo. "Incluso él mencionó que hasta se le había pasado por la cabeza suicidarse, él estaba angustiado porque todo se cerró hacia él, y no tenía una válvula de escape. Varias personas le dijimos que lo peor era tener ese abogado (Del Río), el mismo de los patrulleros que chuzaron a la niñera, le hicimos énfasis en que tener el abogado que tiene relación con Petro lo iba a vincular mucho más rápido. De hecho, contactamos a otro abogado".
Así fue dicho contacto: "Se hizo una video llamada con un abogado y un bufete de investigación de ex policías. Le dijeron que no se preocupara, que lo iban a apoyar y a defender".
Sobre el momento de la muerte del coronel Dávila, la fuente aseguró: "En el transcurso en el que él iba para la casa tuvo que haber recibido alguna llamada, porque él estaba tranquilo, relativamente".
El testigo arremetió contra Del Río. "Por tanta presión fue que tuvo que devolver el dinero. La verdad da rabia porque ese mismo día salió a decir que lo estaba ayudando, se vendió como si todo fuera gratis, ad honorem, mejor dicho, el adalid, y no, hijueputa, Dávila le había dado esa plata. Los demás policías estaban presionando a Dávila, diciéndole: ‘Mire, nos hizo meter en un problema’".
La fuente aseguró que el primer pecado fue que Dávila participó en el polígrafo de la niñera Marelbys Meza sin ser una funcionaria.
"A veces uno peca por hacer más, por querer extralimitarse en el buen sentido de la palabra. Ese fue el pecado de él, realmente, porque todo siempre ha sido en concordancia con el coronel Feria. Pero él (Feria) ya lo estaba desligando, al punto de que negó que él sabía de esas cosas, que era mentira, porque la primera persona que supo de la pérdida del dinero fue él (Feria) y llamó al coronel Dávila para que se pusieran al frente de todo".
Sobre la diligencia en la misteriosa oficina del piso 13 de la Dian, desde donde se maneja la seguridad preventiva del presidente, el testigo aseguró: "Dávila estaba nervioso, pero eso de que lo amenazaron es mentira. Llegaron a la inspección, hicieron la inspección y era teso. Había mucha presión, pero no hubo ni insultos ni maltratos de ninguna parte. El que conoce o conoció a Dávila sabe que era supremamente respetuoso. O sea, nada, ni lo trataron mal ni trató mal a nadie. Nada, eso es mentira".
En este punto, la fuente volvió a hablar del abogado Del Río. "Si usted mira cronológicamente los mensajes de él, desde el comienzo, le echó la culpa a la Fiscalía. Ya después empezó a recular, a voltearla, y entonces era el adalid y todo era ad honorem. Como hubo presión lo llamaron a decirle: Venga, ¿y la plata? Él ya la devolvió a la esposa (del coronel Dávila)".
Pero agregó que la mujer no estaba al tanto de todo lo que hizo su esposo.
Sobre la carta que el coronel Dávila le envió a la Fiscalía, el pasado 2 de junio, poniéndose a disposición del ente acusador, y que les llegó a los fiscales, el testigo en reserva dijo: "Era una estrategia jurídica para ponerse a disposición, diciéndole a la Fiscalía que ahí estaba listo para cuando lo requirieran".
Este testigo le dijo a SEMANA que Dávila se murió con la preocupación que también tenían sus compañeros. "Estaban angustiados porque la Fiscalía se llevó muchas cosas en la primera inspección que hizo tras el escándalo del polígrafo a la niñera. Salieron muchas cosas a flote y están en manos de los fiscales".
El testigo describió al coronel Óscar Dávila: "Era un caballero, nadie puede hablar de él. Un muchacho sano, juicioso, trabajador, estuvo en muy buenos sitios, la mayoría de sus actividades fue en la Dijín, estuvo incluso en unidades especiales".
Además, señaló que Dávila no tenía arma ese día. "Él sí le pide el favor al conductor que vaya por una botella de agua y el conductor dejó el arma. ¿Quién iba a pensar que iba a pasar eso?".
Sobre las vacaciones del conductor, el testigo dijo: "Es normal. Ahora la Fiscalía tendrá que llamarlo para que diga en dónde estuvo ese día, el día anterior, para que diga qué supo y qué escuchó. De todas maneras, era su jefe, la persona con la que él permanecía casi más tiempo que con la misma esposa. Usted sabe que son 14 o 16 horas ahí, uno al lado del otro".
La respuesta del presidente Petro.
Este es el texto de la respuesta del presidente Gustavo Petro quien se encuentra en estos momentos en Alemania en gestiones de su gobierno.
"Con motivo de las recientes publicaciones hechas en la revista Semana, el presidente de la República se permite informar a la opinión pública y a los medios de comunicación que:
- Nunca en mi existencia he siquiera visto la cantidad de dinero que afirma una fuente anónima y que utiliza la periodista Vicky Dávila para una publicación en la revista Semana. Por lo tanto, son falsas las afirmaciones entregadas por una supuesta fuente que no se identifica, en las que se me relaciona con altas sumas de dinero en efectivo. Estas afirmaciones, que son difíciles de acreditar debido a su carácter anónimo, tienen un ánimo difamatorio.
-He tenido una amistad con los dueños de la revista Semana, quienes han participado en diferentes negocios en el país, de los que ni como congresista ni como presidente he sacado ningún tipo de provecho. Los mismos propietarios de la revista son testigos de primer orden de mi honorabilidad y así también se los he demostrado, por ejemplo, durante mi debate como joven parlamentario sobre la fusión entre el Banco de Colombia y el Banco Industrial Colombiano. Tampoco saqué provecho durante las negociaciones del Grupo Gilinski y el Grupo Empresarial Antioqueño, en donde, por el contrario, siempre pedí que se llegara a un acuerdo en transparencia.
-En diversas intervenciones públicas, he pedido de manera contundente que sean las autoridades competentes las encargadas de realizar las investigaciones y he brindado las garantías para que estas puedan realizar su trabajo con total libertad, acceso y transparencia, sin ningún tipo de obstáculo.
Deben ser las autoridades competentes, y no personas anónimas cuyos intereses se desconocen, las que aporten claridad sobre los procesos de investigación que se adelantan.
-Estos supuestos testimonios, que tienen un interés difamatorio en contra del presidente de la República, buscan minar la confianza de la ciudadanía en el Gobierno nacional, a través de versiones sobre hechos en los que no se aportan ni existen ningún tipo de pruebas.
-El compromiso asumido por mi gobierno se mantiene intacto, por lo que tanto el presidente de la República y el gabinete de ministros continúan con sus gestiones de gobierno en beneficio de la familia colombiana, convencidos de que la ciudadanía guarda la esperanza de que las reformas para una transformación social se puedan llevar a cabo en Colombia. Tales objetivos solo pueden materializarse en escenarios de verdad plena y fiel apego a la Constitución y la ley".
Así que la guerra jurídica contra el presidente Petro tiene en la revista Semana una pata judicial que será necesario aclarar en los debates abiertos. Ya Petro señalo el 7 de junio en manifestación publica que "Semana ordena y la Fiscalía ejecuta"