El día martes 20 de junio 2023, los esbirros de los industriales, en el "sagrado" recinto del Congreso de la República, hundieron la reforma laboral. Lo increíble es que la boliburguesía nacional, con el coro estridente de los medios de desinformación, con bombos y platillos festejaron a cuatro vientos el hundimiento, de uno de los pilares sociales del gobierno de Gustavo Petro, la Reforma laboral.
Veamos en qué consistía dicha reforma:
La iniciativa contemplaba el pago de horas extras a partir de las 6:00 de la tarde y no desde las 9:00 de la noche, como sucede actualmente. También aumentaba la remuneración de quienes trabajaban los domingos y días feriados e incrementaba el valor de las indemnizaciones cuando un trabajador fuese despedido sin justa causa.
Con el hundimiento de dicha reforma, la burguesía patronal en Colombia seguirá viendo al obrero como un cómplice del desarrollo capitalista. Nunca lo verá como un aliado que trabaja por el desarrollo humano y su bienestar. Para ellos, los patronos capitalistas, el obrero es simplemente una máquina para producir dinero, cuyas ganancias van al capital fruto de la explotación de la fuerza de trabajo.
Se seguirá viendo a la clase trabajadora como una máquina más, reforzando así "su dominio sobre sí mismo."
Desafortunadamente algunos "obreros" (esquiroles) siguen teniendo prejuicios religiosos y sociales, y lo peor es que seguirán pensando y actuando como esclavos sin ser esclavos,
cuya actitud será defender el sindicalismo patronal, pero siguen siendo pobres y con mentalidad de pobres.
"Este antagonismo es intensificado artificialmente por la prensa y todos los medios a disposición de la clase dominante." (K. Marx)
Es increíble que los tales "padres de la patria", juramentando defender la Constitución y la Ley, hayan violentado uno de los artículos de los derechos básicos fundamentales de nuestra Constitución Política de Colombia.
"El trabajo es un derecho y una obligación social y goza, en todas sus modalidades, de la especial protección del Estado. Toda persona tiene derecho a un trabajo en condiciones dignas y justas." (Art:25/ C.P.C)
Bien, por ahora seguirá su curso la precarización laboral concibiéndose como una tendencia hacia una mayor inestabilidad del empleo. El acceso será cada vez más restringido a la seguridad social y la persistencia de salarios bajos, con la modalidad de tercerización laboral.
¿Y para qué entonces el Estado colombiano suscribe pactos internacionales de derechos humanos? Recordemos que Colombia está suscrito ante la Organización Internacional del Trabajo (O.I.T), entidad que se encarga de desarrollar y supervisar "el uso de las normas internacionales de trabajo que se convierten en convenciones y recomendaciones. Estas normas cubren todos los aspectos del mundo del trabajo, y establecen principios básicos y derechos con el fin de garantizar un trabajo digno para todos los ciudadanos".
Un hecho que nadie notó, ese día martes 20 de junio 2023, entrada casi la media noche en las escalinatas del Congreso, un viejo obrero que nunca se pudo jubilar, exclamó el siguiente estribillo:
"Los señores de la mina se han comprado una romana (bis)
para pesar el dinero que toditas las semanas le roban al pobre obrero"(bis).
¡No importa!. La gente en Colombia seguirá trabajando normalmente, parafraseando al gigante pensador uruguayo, Eduardo Galeano: Habrá alguien que recuerde, que los derechos de la clase obrera no han brotado de la oreja de una cabra, ni de la mano de Dios, ni mucho menos del patrono capitalista.