Más rápido de lo que se pensaba se van mostrando y enfrentando las fuerzas, y se acercan momentos definitorios en Colombia.
La oligarquía financiera no cede ante las reformas sociales (salud, pensiones, laboral) porque tocan su caja menor (Empresas Promotoras de Salud y Administradoras de Fondos de Pensiones).
La estrategia de desgaste del gobierno progresista usando a las castas políticas, al Fiscal, a la Procuradora y a los medios de comunicación, ha dado resultados parciales pero Petro tiene otras cartas que jugar y está dispuesto a usarlas.
Luego de que reventó el escándalo de Odebrecht, que afectó a Oscar Iván Zuluaga (Uribe) y, ahora, con lo de la Ruta del Sol II, que involucra directamente a Luis Carlos Sarmiento Angulo (Grupo Aval-Corficolombiana) y a sus mandaderos (Santos, NHMN, etc.), las cosas van a otro precio.
Y ante la inminencia de la terminación del período del Fiscal y la necesidad de nombrar su reemplazo, Petro está decidido a templar la cuerda y lo empezó a hacer.
Por ahora, los "gringos" (EE.UU. y Biden) no parecen dispuestos a involucrarse de frente. Petro ha mostrado una buena disciplina fiscal y económica, y, además, el entorno internacional está revolcado.
Los enemigos del gobierno progresista seguirán atacando con lo de la financiación de la campaña (supuesta infiltración de aportes de "narcos"), buscándole el quiebre a Petro, y con el Consejo de Estado tratan de debilitar las fuerzas del Pacto Histórico en el Congreso (caso de Roy Barreras, ahora Moisés Pachón, y vienen más), pero ello no será suficiente.
Mientras tanto Petro nombra como gestor de paz a Salvatore Mancuso (excomandante paramilitar), y tendrá la espada de Damocles encima de la oligarquía financiera y demás corruptos con la posibilidad de que se nombre una Fiscal imparcial pero firme y justa.
Vamos entrando en terrenos fangosos e inestables. El "Acuerdo Nacional" planteado por Petro –que siempre será algo temporal y provisional, si es que se da– podrá construirse si la oligarquía financiera cede frente a las reformas planteadas.
El escenario principal, el "juego de tronos", ya no está en el Congreso. Hay que tener mucho cuidado frente a un momento tan especial, que se veía venir desde la posesión de Petro, pero que se fue acelerando con ocasión del "affaire Nicolás", que le abrió las agallas a la oligarquía corrupta y creyó que Petro estaba derrotado.
Unas de cal y otras de arena. El progresismo, las izquierdas y el pueblo más consciente debe cerrar filas alrededor de Petro y no dejarse confundir. ¡Nada de nervios!