1. La historia de la familia Rothschild, suiza, (siglos XVIII, XIX Y XX) es muy interesante por sus profundas intervenciones en los bancos, las guerras, las grandes transacciones y negocios de hermanos e hijos en cuatro países: Inglaterra, Francia, Alemania, Austria. Algún miembro de esa familia, cuando enfrentaban en Inglaterra a Napoleón a principios del XIX, llegó a decir, que eran tan poderosos y contaban con todos los medios, que "ellos organizarían las guerras y ordenarían, cuando quieran, su terminación". Hablaba en nombre de sus enormes riquezas y poder; misma frase que hoy pueden repetir los millonarios que se encargan de poner los presidentes que quieran y necesiten.
2. Pregunto: ¿Cuándo en México -eso que llaman "pueblo" que cada presidente dice demagógicamente representar- ha escogido a algún personaje para que lo gobierne? Nunca, jamás, porque en la escuela y la iglesia le han enseñado que las cosas están hechas así para siempre por alguien divino. Que los pobres deben seguir siendo pobres y los ricos, muy ricos. ¿Cómo va a gobernar un campesino, un obrero, un empleado, si ellos sólo nacieron destinados al trabajo? Con este tipo de pensamiento de inferioridad se ha sometido a la población diciéndole que no luche, que nada gana, porque así está hecho el mundo. Por ello en México, ya escogido por los poderosos al candidato, no hay duda que "ganará".
3. El presidente López Obrador fue prohibido dos veces por el empresariado; a la tercera le dieron la oportunidad para que al fin llegara a la Presidencia. ¿Alguien está disgustado con su gobierno? Sí, los miserables que siguen en la falta de empleos, de ingresos y viven en la desesperación. Nada se hizo por aminorar la desigualdad, pues basta decir que el salario mínimo es de seis mil pesos al mes, el del presidente de 170 mil más grandes prestaciones; hay quienes cobran más de 300 mil al mes. Por el contrario, los millonarios están felices con ingresos de miles de millones que incluso presumen publicándolo. Por todo ello ningún presidente de la República ha dejado de pasar por la aprobación de los grandes empresarios y del imperio yanqui.
4. La realidad es que en vez de votos lo que cuenta en esos procesos que les llaman electorales, son los arreglos, los acuerdos, de uno o dos meses antes. La compra de votos –usando dinero o regalos- es lo determinante; además de ese juego que consiste en desprestigiar, mediante trampas, calumnias, amenazas de cárcel con abogados, ampliamente difundidas- al adversario. Me parece que Xóchitl no va a tener la fuerza para resistir, sobre todo ahora que busca deslindarse de todos los partidos para convertirse simplemente en "candidata ciudadana". Esto último es lo más importante, pero AMLO encontrará cualquier punto para despedazarla. Podrá ser la Sheinbaum muy incapaz en política o para construir un discurso, pero su papá no la abandonará.
5. Los partidos, PRI, PAN, PRD y los que se agreguen, deberán demostrar que no son 100 por ciento oportunistas como se les ha conocido; al contrario, no pueden dedicarse a pelear gobernadores, legisladores o presidentes municipales y dedicar todas sus fuerzas a movilizar a la población para el logro de sus demandas sociales. Ahora se ha publicado acerca de la compra de un avión presidencial como si fuera una mentada de madre al pueblo miserable que le urgen salarios decorosos, buenos servicios de salud y de educación. Esos fines de sexenio siempre son desastrosos. ¿Nada puede hacer la población para defender lo poco que tiene y lo poco que necesita?