EEUU no pierde oportunidad en buscar pretextos para agredir a nuestro país. No solo nos tienen acogotados con toda esa andanada de sanciones y bloqueos; ahora se le une a ese macabro y guerrerista plan, nada menos que con el Reino Unido de Gran Bretaña. En esta ocasión el acercamiento que los anima, no es otra cosa que arrebatarle por la fuerza el territorio del Esequibo al pueblo venezolano y entregárselo al gobierno de Guyana en bandeja de plata.
El Comando Sur en complicidad con el gobierno de Guyana pretende establecer en el Esequibo, bases militares en todos los puntos álgidos de esta despoblada región, pero rica en minerales que le hace perder el sueño a los gringos; el petróleo existente en sus entrañas. Así lo ha dejado planteado la Vicepresidenta Delsy Rodríguez en el IV Encuentro del Grupo de Puebla, recientemente concluido en Méjico.
Guyana al recibir los espaldarazos de los imperios, gringos y británico, se siente guapa y apoyada, pretendiendo que sean las armas lo que les den la razón; abandonando cualquier intento de legalidad internacional o acudir a la mesa de negociación que facilite la resolución de la controversia de esas tierras. La OEA, como era de esperarse se pronunció por la aspiración de Guyana de retomar el territorio del Esequibo para explotar el petróleo. Organismo que aparentemente su papel es el de mediador; ahora alza sus banderas para que Guyana la tome por la fuerza y de esta manera echar por tierra el Acuerdo de Ginebra del 17 de febrero de 1966, que establece que el litigio existente entre Guyana y Venezuela debe resolverse en forma satisfactoria, practica y amistosa. Todo el mundo sabe que detrás de esta rica región está montada toda una estructura de empresas trasnacionales que están al acecho de lo que pueda pasar con los yacimientos petroleros. El bloque Stabroek está sacando 700.000 barriles diarios y calculan que para el 2025 el monto se puede elevar a 1.000.000 de barriles diarios. Todo esto sacado del territorio en litigio. Ante todo este panorama hay que estar atentos y vigilantes ante esos países que apuestan a una conflagración guerrerista y dejar el camino libre de obstáculos para apoderarse de sus inmensos recursos minerales.