1. Ningún presidente, de los 20 habidos en el país, tuvo algún prestigio de intelectual o por lo menos mostró estar inclinado hacia la investigación y el análisis de lo que sucedía en el país, en América o el mundo. Conocí a oradores como López Mateos y Calderón, a buenos manipuladores como Calles, Alemán y López Obrador, a Cárdenas que hizo mucho casi sin hablar, a Fox lleno de incoherencias y a Salinas que parece que sí reflexionaba. Pienso que, si el presidente de la República es el personaje más importante del país, debe también ser uno de los más sabios.
2. A mí en ningún nivel, incluyendo el doctorado, me enseñaron algo de la ciencia política. En ningún plan o programa figuró nunca analizar a fondo lo que era la derecha y el fascismo o la izquierda y el comunismo; qué fueron las revoluciones, las dictaduras, las democracias y los golpes de Estado. Casi puedo asegurar que ninguno de mis profesores sabía de ello porque no figuraba en el Plan. Yo para aprender de políticas e ideologías tuvo que clavarme en el estudio del marxismo y en su aplicación práctica. ¿Cómo va a analizar un candidato si ignora hasta lo más elemental?
3. Los presidentes todos –quizá con excepción de Salinas- nunca pudieron hacer una exposición coherente porque se ocuparon siempre de hablar de problemas corrientes, diarios, inmediatos, casi sin pensarlos. Hubo seguro algunos presidentes que se rodearon de un buen número de asesores que cada mañana le entregaban el resumen de sus actividades y las frases que debería pronunciar cuidándose de no enredarse, sabiendo darle la vuelta o prometiendo otro día. ¿Por qué apoyar a Israel o a Ucrania si ni idea se tiene? Buscar a los asesores o repetir a los medios.
4. Lo que se enseña en escuelas y universidades suele ser muy técnico. Mi imagino a un físico, un matemático, un ingeniero, un abogado, un médico, un profesor, que conocen bien su materia y la aplican, pero con un desconocimiento hasta del elemental contexto económico en que se desarrolla. A pesar de las universidades o tecnológicos a nadie se le enseña el análisis del mundo en que se desarrolla, aunque sí de la técnica de su profesión. Por ello no olvidaré cuando le pregunté a un médico las causas de las enfermedades, respondiéndome que él solo aprendió a curar.
5. A la candidata de AMLO se le vería enseñando física o repitiendo todas las frases memorizadas de López Obrador y a la Xóchitl –con la oportunidad de la crítica al gobierno de AMLO- repitiendo acerca de sus orígenes. Por ello le propongo que reciban algunos cursos de análisis que les permita hacer interesantes exposiciones acerca del contexto de la política mexicana dependiente de los EEUU, las relaciones con los países de América y Europa. Xóchitl tiene oportunidad de hacer una profunda crítica al gobierno de AMLO, pero la Sheinbaum está totalmente atada,