"Son los palestinos, sus tierras, sus vidas, los que apenas sobreviven. La civilización occidental parece dispuesta a quedarse impasible mientras son exterminados. Ellos, en cambio, se están levantando contra los colonizadores". (El escritor paquistaní Arik Ali)
En este mundo están pasando muchas cosas, algunas buenas (por ejemplo, la dignidad de muchos pueblos africanos contra el colonialismo francés), pero otras muy malas. Por ejemplo, en el Oriente Medio la situación está caliente, muy caliente.
El Movimiento de Resistencia Islámica de Palestina (HAMAS) lanzó un operativo sin precedentes llamado "Tormenta de Al-Aqsa" con el disparo de varios millares de cohetes desde Gaza hacia los asentamientos y ciudades israelíes. En paralelo, inició la infiltración por aire, mar y tierra de decenas de combatientes palestinos en zonas ocupadas de Palestina, pobladas por colonos israelíes. Esto produjo muertos y heridos del lado israelí.
Pero, ipso facto, el ejército israelí empezó una ofensiva aérea contra la Franja de Gaza, apuntando principalmente edificios residenciales; en consecuencia, se habla de muchos palestinos muertos y miles de heridos.
Al unísono, comenzaron las posverdades y las Fake news a funcionar, hablando de que guerrilleros comunistas y terrorista del Frente Popular por la Liberación de Palestina ha estado detrás de esas acciones.
Ahora, más allá de la ficción y de la realidad, existe una explicación a lo que está ocurriendo y lo dijo con meridiana claridad el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, al asegurar que esta ola de violencia "no surge de la nada", sino "que nace de un conflicto de larga duración, con 56 años de ocupación".
Y así es. En esos años Israel ha pretendido borrar el nombre de Palestina y hacer pasar al verdugo colonial como víctima. Para ello es bueno recordar que entre 1947 y 1949 se desarrolló "La Nakba" (Catástrofe), que significó, nada más y nada menos, la expulsión del 75% de la población palestina de su territorio (850.000 personas); se destruyeron 530 aldeas y pueblos; se asesinaron a más de 15.000 palestinos sin discriminación de edad, género ni estado de salud y se cometieron más de 50 masacres, a través de las cuales llenaron de sangre y espanto la vida de los palestinos, quienes debieron huir con las manos vacías para salvar sus vidas y la de sus seres queridos.
Luego, entre el 5 al 10 de junio de 1967, tuvo lugar la "Guerra de los 6 días", que permitió al sionismo israelí capturar el restante 22% del territorio, con lo cual pasaron a controla el 100% del territorio palestino, sepultando, de esta manera, la solución de los dos Estados.
Desde entonces el régimen sionista pretende mantener el control de todo el territorio, de sus fronteras, sus aduanas, su economía, de su desarrollo cultural, sus lugares santos y de sus recursos naturales. Y lo más preocupante: el control demográfico, impulsa la llegada de judíos de todas partes del mundo como colonos en asentamientos ilegales, con la misma prisa con la que destruye hogares, escuelas, hospitales, cultivos e infraestructura palestinos.
La hipocresía al máximo
Las informaciones e imágenes que circulan, de ese conflicto, por el principal medio de comunicación, hoy por hoy: las redes sociales, hablan y muestran escenas de una extrema violencia, en los que el espectador asiste a torturas, violaciones y degollaciones auténticas, con lo cual la muerte se ha convertido ya en un espectáculo buscado y deseado en las pantallas del ordenador.
La creciente anestesia que se sufre ante el dolor ajeno, el odio que se advierte en tantos foros de internautas y la indiferencia ante la barbarie que se dibuja en Occidente, plantean graves interrogantes sobre las coordenadas éticas de nuestra sociedad, todo lo cual nos hace recordar a la escritora italiana Michela Marzano en su ensayo: La muerte como espectáculo.
Ante esa realidad, hace presencia la hipocresía, en la medida en que hay quienes consideran que existen pueblos de primera y pueblos de segunda. Son los que ahora se rasgan las vestiduras, lo colocan en sus estados de WhatsApp y lloran lágrimas de cocodrilo por los ataques del grupo Hamas contra posiciones israelí. Pero nada han dicho sobre la política de exterminio de Israel contra los derechos de los palestinos.
Se olvidan, además, que la Corte Penal Internacional investiga a Israel por cometer crímenes de guerra en territorio Palestino.
Pero lo real y concreto es que son unos hipócritas sin ninguna sensibilidad social y humana. Y son tan hipócritas que maldicen la guerra y aparentan suspirar por la paz. Colocan ejemplo de muertes de israelís a manos del grupo Hamas, pero se les olvida de muchas prácticas macabras cometidas por los sionistas contra los palestinos.
Y, como muchos son católico, habría que recalcarle que, entre el paraíso y el infierno, ya deben saber dónde serán recibidos cuando dejen de morar por este mundo.
¿Se puede ser neutral ante el conflicto Israel-Palestina?
Comencemos diciendo que en el mundo de los seres humanos la neutralidad se convierte en una quimera, aunque algunos "incautos" dicen no estar a favor de ninguno de los dos.
En todo caso, quienes están convencidos de que el desiderátum de la historia es el capital, tienen posiciones bien claras a favor de Israel.
Veamos algunas muestras
Desde la Casa Blanca, la portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de EE.UU., Adrienne Watson, condenó los ataques de Hamás contra civiles israelíes y expresó su apoyo firme al Gobierno y al pueblo de Israel.
Estados Unidos también envió un portaaviones y destructores al Mediterráneo oriental para apoyar a Israel en la guerra desatada con Gaza por el ataque de Hamás contra territorio israelí.
El Pentágono informó en un comunicado que ha movilizado el portaaviones Gerald R. Ford de la Armada estadounidense, además del crucero de misiles guiado USS Normandy, así como los destructores de misiles guiados Thomas Hudner, USS Ramage, USS Carney y USS Roosevelt.
El secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, anunció además que Washington proporcionará al Ejército israelí "equipos y recursos adicionales, incluidas municiones".
"El apoyo material que rápidamente estamos brindando a Israel subraya el apoyo férreo de Estados Unidos a las Fuerzas de Defensa de Israel y al pueblo israelí", subrayó Austin.
La ministra de Asuntos Exteriores de Alemania, Annalena Baerbock, manifestó su enérgica condena a los ataques desde Gaza contra Israel. Asimismo, manifestó que el derecho internacional asiste a Israel en sus acciones para defenderse de lo que denominó ataques terroristas.
El alto representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, señaló que seguían "con angustia las noticias que llegan desde Israel" y que condenan inequívocamente los ataques de Hamás. También expresó la solidaridad de la Unión Europea con Israel y afirmó que el "terrorismo y la violencia no resuelven nada".
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, tildó a los ataques de las milicias palestinas de "terrorismo en su forma más despreciable".
James Cleverly, el secretario de Asuntos Exteriores del Reino Unido, después de condenar los ataques, subrayó que su país "siempre apoyará el derecho de Israel a defenderse".
Nosotros afirmamos que en este conflicto estamos en presencia de víctimas y verdugos y la tarea de la gente pensante debe ser -como sugirió Albert Camus- no situarse en el bando de los verdugos.
De allí que:
- estamos en contra de la judaización de Jerusalén,
-estamos por el fin a la expansión de asentamientos cancerosos en Cisjordania,
-queremos la libertad de los prisioneros palestinos de las cárceles de ocupación,
-debe impedirse el proceso de "transferencia" desde los territorios ocupados en 1948
Y ya basta de 75 años de colonización por parte del régimen sionista de Israel
¿Tiene solución ese conflicto?
La respuesta no es sencilla. En todo caso, en marzo de este año, se logró algo que parecía un imposible: el acuerdo de reapertura de relaciones entre Irán y Arabia Saudí. Eso sí, con mediación de China, y sin participación alguna de EE.UU.
Oteando horizontes en el camino, António Guterres, secretario general de la ONU, se pronunció y dijo que no veía "un final político a la vista", pero reconoció los legítimos agravios del pueblo palestino y reiteró el llamamiento al cese inmediato de estos ataques y a la liberación de todos los rehenes" e "Insto a todas las partes y a las partes pertinentes a que permitan el acceso de las Naciones Unidas para prestar ayuda humanitaria urgente a los civiles palestinos atrapados y desamparados en la Franja de Gaza. Hizo un llamado a la comunidad internacional para que movilice ayuda humanitaria inmediata para este esfuerzo y afirmó:"La situación humanitaria en Gaza era extremadamente grave antes de estas hostilidades; ahora no hará sino deteriorarse exponencialmente".
También dijo que "incluso en los peores momentos, quizá especialmente en los más difíciles, es vital mirar al horizonte a largo plazo y evitar acciones irreversibles que envalentonarían a los extremistas y condenarían cualquier perspectiva de paz duradera".
Y finalizó diciendo que "es hora de poner fin a este círculo vicioso de derramamiento de sangre, odio y polarización". Para ello, indicó que Israel debe ver materializadas sus legítimas necesidades de seguridad, y los palestinos deben ver realizada una perspectiva clara para el establecimiento de su propio Estado, porque "sólo una paz negociada que satisfaga las legítimas aspiraciones nacionales de palestinos e israelíes por igual, una visión largamente defendida de una solución de dos Estados, en consonancia con las resoluciones de las Naciones Unidas, el derecho internacional y los acuerdos anteriores, puede aportar estabilidad a largo plazo a la población de esta tierra y de la región más amplia de Oriente Medio".
Dicho eso, debe insistirse que, desde la comunidad internacional, es importante entonces no sólo entender que ciertamente existe Israel, territorialmente, como pueblo y Estado y que, además, tiene armas nucleares, sino que también hay otro pueblo que necesita un territorio y un Estado para que su pueblo pueda vivir. En este caso de trata de Palestina. Pero es importante también aplicar un poco de la filosofía del estoicismo que plantea que antes de juzgar o reaccionar ante alguien, debe intentarse ponerte en su lugar y comprender su perspectiva, porque, definitivamente, sin una teoría profunda del respeto y la consideración hacia los otros, los conflictos no dejarán de estar en el orden del día.
De allí, que esa comunidad internacional debe obligar a Israel a que renuncie a sus pretensiones de querer borrar la identidad nacional y existencia del milenario y nativo pueblo palestino, a través de masacres practicadas por los mercenarios del ejército de ocupación y sus colonos terroristas, en Jerusalén y Cisjordania.
Esa comunidad internacional debe presionar al gobierno de Estados Unidos para que no siga garantizando la cobertura política y legal de la ocupación y sus crímenes, interfiriendo en la Corte Penal Internacional, utilizando el derecho del veto, con la complicidad de los gobiernos de Occidente, que ponen sus intereses por encima de todo, como política continuada del colonialismo.
La comunidad internacional, debe corregir esta aberración y permitir que el pueblo nativo y original semita, pueda tener su Estado Nación soberano.
Por último, es necesario que todos los pueblos del mundo, desde sus bases y gobiernos, exijan a los organismos internacionales que frenen la ocupación, detengan la limpieza étnica y el genocidio que hoy comete el Estado de Israel, porque definitivamente su voracidad territorial no puede estar por encima de un deseo mayor, cual es: vivir en paz con el otro.