1. Acapulco –aunque hoy en segundo lugar- sigue siendo (como si fuera el primero) un gran centro turístico y de enormes negocios. De allí han salido billones de pesos o dólares de ganancias capitalistas en beneficio de inversionistas extranjeros y de mexicanos. Muy contrario a ello, los habitantes de Acapulco, así como los del estado de Guerrero, se cuentan entre los más miserables del país que han tenido frente a sus ojos a los grandes multimillonarios del mundo. A partir de poderoso huracán que azotó el pasado 25 directamente en Acapulco, se han desatado una serie de declaraciones buscando las causas de los enormes destrozos.
2. Todo el lloro demagógico, engañoso, es por los grandes negocios que se han suspendido; por los hoteles, restaurantes y grandes tiendas que deben repararse; pero los pobres han estado acostumbrados de que nunca se les haga caso, dado que por eso durante siglos han sido miserables. Los políticos –en plena campaña por el voto- están desesperados por lucir frente a los medios, por demostrar que están organizando y enviando ayudas. Se ha multiplicado las publicaciones que demuestran que hasta el presidente Obrador ha caminado entre lodo, como un héroe, para llegar a la zona de desastre.
3. En 10 días se dejará de hablar del problema porque los políticos sólo seguirán atentos en los cargos electorales. Ni 100 desastres del tipo Acapulco puede ser más importante que perder la Presidencia, gubernaturas o la legislación. ¿Cuántos multimillonarios con negocios en Acapulco no podrán poner sus dineros en la compra de votos? Acapulco tiene 780 mil pobladores y el estado de Guerrero posee 3 millones 600 mil habitantes, pero Chipancingo su capital apenas 285 mil ciudadanos. La región de los estados de Chiapas, Oaxaca, Guerrero –que no se integró (la resistió) a la conquista española, ha sido la más miserable, pero la más integrada a México.
4. Los que sufren más estos desastres son los sectores de familias integrados a la ciudad y a los trabajos que proporciona. Son los de ese sector que perdió sus pequeñas viviendas, sus empleos, sus muebles y servicios; son los que deben movilizarse para exigir la reconstrucción inmediata de sus hogares y demás. Los más jodidos perdieron menos porque casi nada han tenido; sin embargo, tienen que engrosar las protestas y peticiones porque todo el presupuesto pública se hace con el dinero de todos. Así que no hay que hacer caso de los cantos de sirena de los políticos. Éstos siempre han sido gente muy oportunista que nada hace sin aprovechamiento personal. (28/X/23)