De manera sencilla se puede decir que los agrotóxicos son sustancias químicas que se utilizan para combatir las llamadas plagas en la agricultura, entre los cuales figuran los herbicidas, los fungicidas y los insecticidas. Si bien es cierto que contribuyen a mantener el rendimiento por hectárea de las especies agrícolas, no es menos cierto que su uso indiscriminado y prolongado en el tiempo ha provocado severos daños a los suelos, fuentes de agua, biodiversidad y salud humana.
En vista de lo anterior, y con el objetivo de crear consciencia sobre este fenómeno entre la población de los diferentes países del mundo, en el marco de la llamada crisis agrícola y ambiental en general, es que el 3 de diciembre de cada año se denomina Día Internacional del No Uso de Agrotóxicos, para recordar a las víctimas de la tragedia de Bhopal (India), ocurrida en 1984, la cual fue provocada por un escape de sustancias químicas en una fábrica de agrotóxicos.
Las fatales consecuencias inmediatas y posteriores de tal acontecimiento, representó un alerta mundial sobre los efectos nocivos para la salud que tienen las sustancias que componen los agrotóxicos, lo cual se ha venido comprobando a lo largo de los sucesivos años a través de estudios de casos tanto de personas de manera individual, como de comunidades agrícolas indígenas y campesinas.
En la actualidad hay un debate y también una pugna entre los que defienden el modelo agrícola basado en agrotóxicos y aquellos que han enarbolado un modelo ecológico, más comúnmente llamado agroecología. Es de esperar que en los próximos años la pugna se intensifique, en la medida que más y más personas comprendan, apoyen y se adhieran al modelo agroecológico, toda vez que ese proceso se traducirá en una disputa por los territorios.