En un mundo donde los países imperialistas occidentales imponen sus reglas a todas las relaciones internacionales vigentes. Manipulan organismos internacionales, inventan guerras, invaden países, aplican bloqueos, son comunes las agresiones, el robo de recursos naturales y financieros; se unen para atacar otros Estados y todo lo que tocan, lo arruinan para su bien.
Siempre ha sido la base de su dominio mundial, el sometimiento de los Estados y pueblos al “orden internacional basado en reglas”. Ese ha sido su orden, que no respeta el derecho internacional y los tratados internacionales los firman y los incumplen.
Así pasó en Libia, Irak, Siria, Afganistán y actualmente en Crimea. Donetsk, Luganks, Gaza y Yemen.
Adoptar una posición diferente a sus reglas, es castigada con agresiones militares, genocidios, destrucción de ciudades, bloqueos económicos, amplia gama de sanciones y caracterizados como terroristas.
Una forma típica de su accionar es que, manipulan los organismos internacionales previamente a sus agresiones. Miremos:
Un caso reciente. El 10 de enero de 2024, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (ONU) aprobó el proyecto de resolución número 2722, propuesto por Estados Unidos y Japón, para exigir el cese inmediato de las operaciones de Yemen contra los barcos en el mar Rojo.
Once países votaron a favor de la resolución, mientras Rusia, China, Argelia y Mozambique se abstuvieron. Pero no vetaron la resolución.
En la madrugada del día siguiente, Estados Unidos, Reino Unido y 5 países más, bombardearon Yemen.
De la misma manera actuaron en Gaza, los días posteriores a la operación de Hamás, el 7 de octubre, en los terrenos ocupados por Israel; los Estadounidenses llegaron con miles de millones de dólares, portaviones, armas, municiones y soldados para apoyar a Israel y participar en la destrucción y el genocidio en Gaza.
Como puede verse, los imperialistas hacen lo que quieren, sin tomar en cuenta el Derecho Internacional. Ellos imponen un orden internacional basado en sus reglas
Entonces a qué atenerse. En el Derecho internacional, el interdicto romano “No hay que cumplir con quien no cumple” forma parte de la legislación internacional contenida en el Convenio de Viena de 1969 y se define como tener derecho a dar por terminado un tratado en caso de incumplimiento por la otra parte.
Es el caso de la guerra en Ucrania, Washington, la Otan y Kiev no cumplieron el Tratado de Kiev y ahora es Rusia quien define el rumbo de la guerra; mientras Ucrania perdió Crimea, Donetsk, Luganks, Jersón, Zaporozie, casi medio millón de bajas humanas y decenas de miles de tanques, vehículos militares, sistemas anti aéreos, aviones, helicópteros, drones, lanza cohetes múltiples, artillería pesada, en el conflicto y sus cacareadas ofensivas han sido derrotadas.
Rusia les reventó en la cara, su pretendida superioridad y la fracturó la confianza en su mundo basado en reglas.
El movimiento guerrillero palestino Hamás, el 7 de octubre de 2023, ingresó masivamente a las zonas de ocupación israelí, les provocó más de mil bajas, atacó 50 centros militares, capturó como rehenes más de 200 israelitas entre colonos y militares y volvió victorioso a Gaza.
Hamás, les pilló su sistema de inteligencia, les quebró la prepotencia militar y les expresó públicamente la valentía de un pueblo que se niega a ser humillado.
Por su parte Yemen, les aplicó el interdicto romano de “no hay que cumplir con quien no cumple” y ha llevado a Washington, Israel y sus aliados, a la jaula donde las bestias se retuercen de humillación.
Las resistencias islámicas de Hezbolá e Irak destrozaron con creatividad técnica militar, el sentimiento de seguridad de los colonos ocupantes que ahora huyen y de los militares sionistas y norteamericanos de las bases militares ilegales en Irak y Siria.
Aunque el monstruo es grande y piza fuerte; Estados y pueblos pierden el respeto a los genocidas de Washington, Israel y sus aliados. Unos, amparados en la valentía, el sacrificio y las capacidades militares de las resistencias y otros, en su sensibilidad humana y su posición moral en contra de la injusticia y la bestialidad imperial sionista, han llevado a juicio legal y axiológico a los causantes del genocidio y la destrucción de Gaza.
Ahora, Yemen bloqueando el estrecho de Bab el Mandeb ha abierto otro boquete y desmitificado la prepotencia militar de Estados Unidos y sus aliados, frenando la agresión y apoyando la valentía del pueblo palestino y su defensor Hamás.
El mismo Donald Trump, afirma que Biden está llevando a Estados Unidos a una tercera guerra mundial. Esta tenebrosa prevención significa nada menos que, el reconocimiento que el político norteamericano, posible candidato a la presidencia, hace de la situación de fracaso del hegemonismo norteamericano y de su caótica estrategia de dominio militar mundial.
Aunque Estados Unidos viene huyendo de Afganistán, de ser derrotado en Siria, neutralizado en Ucrania, humillado en Gaza y Yemen; confrontado en Corea del Norte y desdolarizado por los BRICS+5; aún es una bestia y desprecia a los que se salen de sus reglas; esto último no lo tolerará jamás, pero, ya no lo puede evitar.
Pues muchos, plantean ahora, que “No hay que cumplir con quien no cumple”.
En ese sentido, Sud África, otros países y organizaciones musulmanas y manifestantes de muchos países, no solo critican a la ONU, al Consejo de Seguridad y a la Corte Penal Internacional, por su inoperancia en el caso del genocidio y destrucción de Gaza, sino que mantienen legalmente la acusación de criminal de guerra al Estado Israelí y su cómplice Estados Unidos.
Por lo tanto, Rusia, Corea del Norte, Hamás, Hezbolá, Huthíes, las resistencias islámicas y los BRICS+5; no hacen más que cumplir el interdicto romano: “inadimpleti non est adimplendum” y Washington , Israel y sus aliados impulsan la escalada del conflicto en la región.
Colofón:
Durante una reciente entrevista concedida a la BBC, preguntaron a Al Houthi por qué los hutíes yemeníes, que se encuentran lejos de la Franja de Gaza, apoyan a los palestinos y se han involucrado en el conflicto entre Palestina e Israel al atacar barcos que se dirigen a puertos israelíes por el mar Rojo.
"En cuanto a [presidente de EE.UU., Joe] Biden, ¿es vecino de [primer ministro de Israel, Benjamín] Netanyahu? ¿Viven en el mismo apartamento? ¿Y el presidente francés también vive en el mismo piso? ¿Y el primer ministro británico vive en el mismo edificio? ¿O están a miles de kilómetros de la ocupación israelí?", respondió.