Faro Geopolítico #17

Guerra legal y Guerra híbrida contra Venezuela e Iberoamérica

Martes, 13/02/2024 06:14 PM

Los Estados actualmente están enfrentando un escenario internacional marcado por la guerra mundial de avanzadas características sui generis de implicación directa, cubierta e indirecta, representada actualmente entre dos bloques de poder antagónicos.

El bloque que puja por la preservación de la hegemonía mundial y el bloque que lucha por la edificación de un mundo sin la opresión de las cadenas del hegemón (orden mundial unipolar vs orden mundial multipolar); cuya contradicción principal expresada por las relaciones de producción (capital vs trabajo) está concatenada a la actualización de la contradicción (Globalismo vs Nacionalismo o Soberanismo) con todo lo que ello significa en cuanto a actores, trasnacionalidad y amenazas, entre otros.

Los nuevos conflictos son multidimensionales, es decir, buscan quebrar la dimensión política, social, jurídica, económica y militar de un Estado adversario, con todas las herramientas disponibles, convencionales y no convencionales.

En este contexto de actualización, las tecnologías de la información son una de las principales herramientas que disponen los Estados para enfrentar las nuevas amenazas y también para enfrentar a otros Estados, y su principal objetivo es doblegar la voluntad del adversario y hacer colapsar su estructura política, legal, económica y social.

La nueva forma de hacer la guerra no es totalmente nueva, ya que considera una serie de metodologías no convencionales que se han empleado desde la antigüedad, entre ellas la guerrilla, el terrorismo, la propaganda, la guerra política y la guerra económica; sin embargo, ahora se están empleado de forma abierta, a diferencia de como se han desarrollado en otras épocas, en las cuales se emplearon principalmente en forma encubierta.

La nueva forma de hacer la guerra representa una amenaza difícil de detectar como tal, ya que considera el empleo de herramientas que se pueden emplear desde una condición de normalidad y podrían no ser identificadas desde su inicio como acciones ofensivas de un Estado u organización no estatal, como por ejemplo, acciones de desestabilización política, jurídica, ciber operaciones, propaganda y terrorismo, atentados o sabotajes en contra de la infraestructura crítica, entre otras.

Algunas de las nuevas guerras que aparecen como inicio del contexto histórico actual que se desarrolla devienen de la confrontación entre las potencias durante la Guerra Fría, diferenciándolas de las acciones similares que se empezaron a desarrollar desde fines del siglo XX, principalmente porque, en ese contexto, la mayoría, si no todas, se desarrollaron en forma encubierta, es decir, sin que alguna de las potencias develara abierta u oficialmente su participación o direccionamiento, a diferencia de lo que habría ocurrido en conflictos tales como EEUU e Irak el año 1990, el conflicto Israel y Hezbolá el 2006, o entre Rusia y Ucrania el 2014 extendido hasta el presente, por nombrar algunos, en las cuales la potencia correspondiente efectuó la acción militar de forma abierta y en sincronización con otro tipo de acciones no-convencionales o irregulares, y, por lo tanto, se les podría identificar y agrupar en una campaña híbrida, para afectar el poder político, el orden social o la economía del país u organización adversaria o de interés.

Por tanto, Iberoamérica es una pieza que en su conjunto y de manera dialéctica, es uno de los actores y a su vez objetivo fundamental por controlar y dominar bajo los intereses hegemónicos de EEUU, principal potencia del bloque unipolar y del globalismo internacional.

En ese sentido, Colombia, Venezuela y toda la región suramericana y caribeña vive el asedio de la guerra asimétrica, híbrida y encubierta de forma permanente contra sus Estados.

Tal como viene sucediendo en Colombia, donde transcuerre en estos días el intento de implementar una guerra legal (lawfare) a través de la Corte Suprema de Justicia que se ha reunido por segunda vez en conformidad de llevar a cabo la elección de la Fiscal General de la nación haciendose casi imposible debido a que de manera extraña priman votos en blanco, teniendose que asentuarse dicho espacio de decisión política en un vacío legal y asfixiante incertidumbre sobre las -tres candidatas- al puesto de Fiscal que son una terna presentada por el presidente Petro.

Situación que ha causado un nuevo impacto desconcertante a gran escala dentro de la estructura estatal del gobierno colombiano. Considerando que el actual -Fiscal saliente- Francisco Barbosa viajó a EEUU con el objetivo de contar con el respaldo abierto de Washington hacia la Vice Fiscal Marta Mancera quien lleva 30 años en la fiscalía y es actualmente el centro de la discordia en el hermano país, siendo que Mancera se encuentra acusada y señalada de tener vínculos con el narcotráfico y a las mafias del paramilitarismo.

Teniendo en cuenta a su vez que al agotarse la instancia legal de elección del próximo Fiscal de la República por parte de la Corte hasta el 20 del mes en curso, quedaría en el cargo la Vice Fiscal Mancera, ficha opositora contra el gobierno del presidente Petro. Instrumentalización que está aunada al organismo de la -Procuraduría- a la que expuesta por el fallo de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) a favor de la abolición de dicha institución jurídica, ya que está ha servido a los intereses decimonónicos de la oligarquía colombiana cipaya de EEUU, dedicada a la persecusión y violación de los derechos inalienables de funcionarios elegidos por voto popular, así como lo han hecho contra los sindicatos de maestros y la suspensión del Cancíller Alvaro Leiva, entre otros funcionarios ligados a subsidios sociales.

ECUADOR: Una situación similar también ocurrió con la Fiscal General, Diana Salazar, quien es la punta de lanza de la persecución contra el ex presidente Rafael Correa y partidarios del correísmo.

GUATEMALA: De igual manera, con la Fiscal, Consuelo Porras, sancionada hasta por la Unión Europea. Quien jugó un papel preponderante al intentar impedir que llegase al poder Bernardo Arévalo y que ha seguido insistiendo afianzándose en el Ministerio Público.

BRASIL: En donde el Fiscal Sergio Moro por medio de la operación "Lava jato" llevado a cabo por la Policía Federal en marzo de 2014, impuso un proceso judicial contra el actual presidente Luiz Ignacio Lula Da Silva, llevándolo a la condena en prisión. Cuando recientemente, Alexander de Moraes, Ministro del Supremo Tribunal Federal, ordeno el allanamiento y retirar el pasaporte a Jair Bolsonaro, entre otras figuras de su entorno político familiar a quienes se le encontraron elementos probatorios de participación en el intento de irrumpir a través de la plaza de los tres poderes llegar a asaltar el Congreso, imitando lo sucedido en Washington con Trump.

VENEZUELA: La guerra de desinformación por parte de los mass medias ha sido sin cuartel contra el gobierno del presidente Maduro y el gobierno anteriormente liderado por Chávez. Tal como se ha manejado en estos días a nivel internacional la manipulación y tergiversación acerca de la inhabilitación a la candidatura presidencial de María Corina Machado, quien es una vergüenza política puesta al servicio rastrero de la Casa Blanca. Cuando realmente la implacable guerra encubierta, asimétrica e híbrida ha vetado y desterrado a Evo Morales, Cristina Fernández de Kirchner con inhabilitación perpetúa, Rafael Correa con pedido de captura. Son algunas de las insignias maniobras a estudiar en cuanto a la ejecución de las operaciones de golpes blandos, desestabilización, alzamientos del poder judicial o militar y en otros casos, golpes de Estado y magnicidios, entre otros que hacen parte de las nuevas características de la guerra de nueva generación que cada vez más se va tecnificando de acuerdo a los propósitos u objetivos del poder hegemónico unipolar y globalista que no cede en su agónica herida de muerte contra la construcción del mundo multipolar.

Nota leída aproximadamente 1341 veces.

Las noticias más leídas: