Varios países europeos ya han recurrido a los profesionales de la salud de la isla, que cuentan con un largo historial de cooperación medica en todo el mundo.
Al igual que varios países europeos, Francia se enfrenta a la realidad de los desiertos sanitarios y se ve incapaz de ofrecer a todos sus ciudadanos una cobertura médica suficiente. Un informe del Senado destaca la insuficiencia de las políticas públicas para combatir las desigualdades territoriales en el acceso a la sanidad: "La brecha sanitaria sigue aumentando entre las regiones". Estas carencias socavan el pacto republicano, que se apoya en la solidaridad nacional para financiar del modelo social francés. Como consecuencia, no todos los franceses tienen el mismo acceso a una asistencia de calidad.
Los desiertos médicos no se limitan a las zonas rurales. Son una realidad en las ciudades medianas y las zonas suburbanas, y uno de cada tres municipios está afectado por esta lacra. Entre el 9 y el 12% de la población francesa vive actualmente en un desierto médico, es decir, entre 6 y 8 millones de personas. No hay suficientes profesionales sanitarios, sobre todo médicos generalistas, para satisfacer las necesidades de la población. El acceso a los médicos especialistas es aún más difícil. Por ejemplo, la diferencia de densidad entre departamentos es de 1 a 24 para los pediatras. Casi el 10% de los asegurados mayores de 16 años no tienen médico de cabecera. La presencia de médicos en las zonas rurales de Francia es inferior a la media de la OCDE.
El Senado señala que la desigualdad en la prestación sanitaria podría agravarse como consecuencia del envejecimiento de la población, el desarrollo de enfermedades crónicas y la dependencia. La planificación de la política sanitaria no responde a las necesidades de las regiones y a la demanda de proximidad de los ciudadanos. La distribución de los profesionales sanitarios, basada en el principio de libertad de establecimiento, va en detrimento del principio de igualdad de acceso a la asistencia y del interés general, a pesar de que la demanda es elevada en los desiertos médicos y de que todos los pacientes son solventes gracias a la protección sanitaria universal. Los autores del informe lamentan que "los sucesivos gobiernos aplacen las soluciones proactivas" por "falta de coraje político".
Una de estas soluciones, que respetaría a la vez el principio de libertad de establecimiento de los médicos franceses y el principio de igualdad de acceso a la asistencia sanitaria, podría venir de Cuba. Desde el advenimiento de la Revolución en 1959, la isla ha hecho de la sanidad una prioridad nacional y ha construido un sistema público, universal y gratuito, situando al paciente en el centro del proyecto médico. Reconocido por las instituciones internacionales como el modelo por excelencia para los países en desarrollo, el sistema sanitario cubano también se considera una fuente potencial de inspiración para las naciones más ricas, gracias sobre todo a su modelo preventivo. Además de tratar a sus propios ciudadanos, Cuba lleva más de medio siglo ofreciendo sus conocimientos médicos por todo el mundo, tratando a personas de todos los continentes y haciendo de este servicio su principal fuente de ingresos.
En 1963, La Habana envió su primera brigada médica de 55 profesionales a Argelia para ayudar a la joven nación independiente a hacer frente a una grave crisis sanitaria. Desde entonces, Cuba ha extendido su solidaridad al resto del mundo, especialmente a Latinoamérica, África y Asia. La isla ha llevado a cabo más de 600.000 misiones en casi 160 países de todo el mundo, en las que han participado más de 325.000 profesionales sanitarios. Han realizado cerca de 2.000 millones de consultas médicas, 15 millones de intervenciones quirúrgicas y 5 millones de partos. Hoy en día, la cooperación médica internacional es la principal fuente de ingresos de Cuba, con más de siete mil millones de dólares anuales.
Tras la pandemia de Covid-19, varios países, entre ellos Italia, solicitaron asistencia médica a Cuba. Por primera vez, médicos cubanos intervinieron en Europa Occidental. La Habana envió una brigada de 52 médicos y enfermeras a Lombardía, muy afectada por el virus. Tras dos meses de trabajo, los miembros del contingente Henry Reeve regresaron a Cuba. Bruno Rodríguez Parilla, Ministro de Asuntos Exteriores de Cuba, subrayó que la ayuda cubana había sido "solidaria y gratuita", dada la crisis sanitaria.
Muy impresionadas por la labor de los profesionales cubanos, otras regiones de Italia han solicitado su ayuda para subsanar las deficiencias del sistema sanitario del país. Desde 2023, la región de Calabria se ha beneficiado de la presencia de médicos cubanos. Una primera brigada de 51 personas llegó en enero de 2023, seguida de otro grupo de 120 médicos en agosto de 2023 y otros 98 en febrero de 2024. En total, 500 médicos cubanos trabajarán en esta región del sur de Italia. La Repubblica, el principal diario del país, expresó su entusiasmo con el titular: "Estos son los médicos cubanos que salvarán el sistema sanitario de Calabria". El gobernador de la región, Roberto Occhuito, expresó su gratitud: "El pueblo de Calabria les está muy agradecido porque nos han permitido garantizar servicios esenciales para la atención de nuestros ciudadanos, evitando el cierre de servicios y hospitales. Han salvado los hospitales".
El Principado de Andorra también recibió asistencia de un contingente de 39 profesionales cubanos durante la pandemia de Covid-19. Washington intentó presionar a las autoridades del país para disuadirlas de utilizar los servicios de los profesionales de la isla. Pero María Ubach, ministra de Asuntos Exteriores, no se dejó intimidar y dio una respuesta contundente y pública: "Soy consciente de la posición de Estados Unidos, pero somos un país soberano y podemos elegir los socios con los que queremos colaborar". Tras una misión de dos meses, parte del personal médico cubano regresó a la isla, acompañado por el agradecimiento del gobierno y el pueblo de Andorra.
Francia también había autorizado a los departamentos de ultramar de Martinica, Guadalupe, Guayana Francesa y San Pedro y Miquelón a solicitar la asistencia de médicos cubanos para hacer frente a la emergencia sanitaria provocada por el Covid-19. A petición de Alfred Marie-Jeanne, Presidente del Consejo Ejecutivo de la Colectividad Territorial de Martinica, un equipo de quince médicos realizó una misión de tres meses en Martinica, de junio a septiembre de 2020, para reforzar los equipos médicos de lucha contra la pandemia. El profesor François Roch, Presidente del Comité Médico del Hospital Universitario de Martinica, expresó su satisfacción: "El balance global es positivo".
Los contingentes de médicos cubanos podrían desplegarse en Francia en un plazo relativamente corto. Muchas regiones son favorables, como la región de Côtes-d'Armor, donde las autoridades locales desean evitar el cierre del hospital de Guingamp. Las autoridades cubanas, a través de su embajador en Francia, Otto Vaillant, han expresado su voluntad de ayudar. Lo único que hace falta es un decreto gubernamental, que aportaría una solución duradera a la cuestión de los desiertos médicos y permitiría a todos los ciudadanos franceses acceder en igualdad de condiciones a la asistencia sanitaria. Como señala el informe del Senado, es simplemente una cuestión de "coraje político".