El término BRIC fue acuñado en 2001 por el británico Jim O’Neill, director del área de investigación económica del banco de inversiones neoyorquino Goldman y fue secretario comercial del Tesoro en su país, bajo la tesis de que "la gobernanza global" debía ajustarse para incorporar a las economías emergentes más grandes del mundo. para referirse a los 4 países con economías emergentes más importantes en el mundo, es el acróstico de los cuatro países emergentes, Brasil, Rusia, India, China.
Los BRICS es un bloque bautizado con el acrónimo de sus países fundadores: Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, este último incorporado en 2010, dos años luego de la formalización del grupo de naciones, en 2008.
Estos países cuentan con el 25% del PIB mundial; el 43% de la población de todo el planeta y movilizan el 20% de la inversión en todo el mundo. Las cifras varían cada año, pero con una tendencia ascendente.
La crisis económica de 2008 reforzó la impresión acerca del cambio de poder global a partir del mejor desempeño económico de las potencias emergentes, lo que obligó a la coordinación de las potencias establecidas y sus instituciones con las emergentes y relanzó al nivel de las cumbres de Jefes de Gobierno la cooperación en el Grupo de los 20. El g-20 es un foro de coordinación de políticas financieras creado a fines de la década de 1990 tras la crisis del Sudeste asiático, formado por los países del g-7 Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido y la Unión Europea, junto con otros Arabia Saudita, Australia, China, Corea del Sur, la India, Indonesia, Rusia, Sudáfrica y Turquía. Y tres países latinoamericanos: Argentina, Brasil y México.
La cumbre de Brasil, Rusia, India y China en Ekaterimburgo acentuó el contraste entre la declinación de las economías súper desarrolladas del G-7 y la emergente de grandes países latinoamericanos y euroasiáticos.
Los perfiles de la deuda pública de los unos y los otros así lo muestran: la de EE.UU. asciende al 80% del PIB, la de Italia a más del 100%, la de Japón al 199%. Del otro lado de la mesa se encuentran, entre otros, Brasil (45%), Indonesia (34%), Corea del Sur (28%), China (18%) y Rusia (apenas 6%).
Ese mismo año, los bric dieron un salto importante hacia su formalización como foro de las principales potencias emergentes con la primera cumbre de líderes del grupo en Ekaterimburgo. Fue en la cumbre anual de 2011 cuando sumaron a Sudáfrica al grupo y así se añadió la s que da vida al acrónimo brics.
La V Cumbre BRICS de 2013 en Durban significó la participación, por primera vez, de los nuevos presidentes de Rusia, Vladimir Putin, y de China, Xi Jinping, quienes habían asumido en sus cargos el 7 de mayo de 2012 y el 14 de marzo de 2013 respectivamente. Estas nuevas presencias representaron una aceleración de las políticas del bloque, que se expresarían a partir de 2014 con el lanzamiento en la cumbre de BRICS en Brasil de un Nuevo Banco de Desarrollo (NBD) y un Acuerdo de Reservas de Contingencia (ARC).
El objetivo planteado por los BRICS, Nuevo Banco de Desarrollo, es que el tuviese el objetivo de movilizar recursos para financiar proyectos de infraestructura y de desarrollo sostenible, no solo en los países miembro del grupo sino también en otros países emergentes. Es decir, el Banco BRICS no se planteó solo como un instrumento para el crecimiento de los países miembros del bloque, sino como intento de brindar acceso al financiamiento internacional a naciones por fuera de los organismos financieros tradicionales para, de esta manera, romper los lazos de dependencia mediante los cuales construyen su hegemonía actores como Estados Unidos o la Unión Europea.
La Cumbre de Brasil de 2014 marcó también la creación del formato "BRICS-Plus", un espacio de coordinación que pretende reforzar los lazos de cooperación Sur-Sur entre países emergentes, y sumar a otros actores a la propuesta del BRICS. El presidente chino Xi Jinping afirmó que el BRICS-Plus sería una plataforma para incrementar la articulación entre los países y civilizaciones para crear un nuevo tipo de relaciones internacionales y construir una comunidad de destino de la humanidad.
En la Cumbre de 2014, se convocó a los países miembros de la UNASUR participaron los presidentes de Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, Guyana, Paraguay, Perú, Surinam, Uruguay y Venezuela.
En 2015, en Ufa (Rusia), se organizó una Cumbre conjunta entre los BRICS, la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS) y la Unión Económica Euroasiática (UEE), siendo invitados los mandatarios de Afganistán, Armenia, Bielorrusia, Irán, Kazajistán, Kirguistán, Mongolia, Pakistán, Tayikistán y Uzbekistán.
En la cumbre india de 2016, se organizó el encuentro BRICS-BIMSTEC (Bahía de Bengala para la Iniciativa Multisectorial Técnica y Cooperación Económica), donde participaron los presidentes de Bangladesh, Bután, Birmania, Nepal, Sri Lanka y Tailandia. En 2017 participaron los presidentes de Egipto, Guinea, México, Tailandia y Tayikistán.
En Johannesburgo (2018), fueron invitados el presidente argentino Mauricio Macri (en calidad de presidente pro-tempore del G20), el primer ministro de Jamaica Andrew Holness (en calidad de presidente pro-tempore de la Comunidad del Caribe – CARICOM), el presidente de Turquía Recep Tayyip Erdogan, en calidad de presidente pro-tempore de la Organización para la Cooperación Islámica y el Secretario General de las Naciones Unidas, Antonio Guterres. A su vez, también se realizó la "Sesión Outreach BRICS-África", donde participaron dieciocho presidentes y primeros ministros africanos.
Los líderes de los BRICS anunciaron el 24 de agosto de 2023 la incorporación de la Argentina al grupo junto a otros 5 países Egipto, Etiopía, Arabia Saudita, Irán y Emiratos Árabes Unidos.
Sin embargo, el gobierno de Javier Milei (La Libertad Avanza) oficializó que el país no entrará al bloque geopolítico a través de una carta enviada a sus miembros Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica.
Entre los objetivos del bloque se cuentan la promoción de acuerdos bilaterales de comercio entre los países miembros y el financiamiento de proyectos productivos a través del Nuevo Banco de Desarrollo, creado en 2015 por los 5 países miembros.
Veintitrés países han solicitado formalmente ser miembros a tiempo completos del BRICS, entre ellos Arabia Saudí, Irán, Emiratos Árabes Unidos, Argentina, Indonesia, Egipto y Etiopía.
Este 1 de enero un grupo de nuevos países se integra a los llamados BRICS, una unión conformada inicialmente por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, pasando a ser BRICS. Estos países son Egipto, Etiopía, Irán, Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos.
La entrada de nuevos actores a la estructura política y económica mundial supone, cuanto menos, un desafío para el sistema de liderazgo internacional que hemos visto durante las últimas décadas.
Algunos expertos indican que nos encontramos ante la deconstrucción, lenta pero progresiva, de un sistema organizativo instaurado tras la Segunda Guerra Mundial donde la hegemonía de un estado tenía mucha relevancia.
En cuanto al bloque de los BRICS, aunque su futuro más allá de la ampliación es por ahora incierto, no es difícil vaticinar que su presencia en el escenario internacional irá, por ahora, al alza.
Pero no solo los poderes están en juego: se introducirán en la agenda nuevos temas coincidiendo con las preocupaciones de un grupo más amplio de potencias: la proliferación nuclear, el estado del medio ambiente y la escasez de recursos, la inseguridad y conflictos bélicos, o los problemas sociales causados por la demanda de libertad y derechos civiles, entre otros.
Asimismo la demografía de las naciones cambiará, motivado por las tasas de nacimiento tan distintas entre países y un mayor movimiento migratorio que proviene, en gran parte, de países emergentes en busca de prosperidad.
o, la balanza se inclina por considerar a los BRICS como agentes efectivos en la construcción de un orden multipolar aunque más que bregar por su transformación, su accionar se centra en realizar ajustes en el sistema internacional orientados fundamentalmente a permitir su participación en las instituciones existentes y con procedimientos más transparentes y universalistas. Desde ya que estos ajustes pueden ser bienvenidos, pero en última instancia, distan de estar pensados para el conjunto donde los BRICS aparecerían como una vanguardia del viejo Tercer Mundo. Más bien los ajustes son negociaciones que apuntan a generar pequeñas ventajas comparativas para beneficio propio.
Los BRICS representan una estructura diferente en áreas como la economía, financias y política basado en los principios de equidad, respeto mutuo por la soberanía e integridad territorial, la no agresión mutua, igualdad legal de los Estados, promoción de beneficios mutuos y caminos hacia el desarrollo compartido.
En el texto de la declaración final de la XV Cumbre de los BRICS, que culmina este 24 de agosto en Johannesburgo, Sudáfrica se expresa la voluntad de las cinco naciones fundadoras de desligarse de la dolarización de las transacciones entre sus miembros, moneda empleada por el bloque de naciones hegemónicas del occidente desarrollado, opulento y expoliador: "Subrayamos la importancia de promover el uso de monedas nacionales en el comercio internacional y en las transacciones financieras entre los BRICS y sus socios comerciales. También instamos a que se refuercen las redes de bancos corresponsales entre los países del BRICS y a que se permitan las transacciones en las monedas nacionales".
Al cónclave fueron invitados 67 jefes de Estado y más de 20 de ellos manifestaron su interés en ingresar al bloque de naciones en desarrollo, entre ellos, que se mantienen como reserva para nuevos ingresos, figuran Bolivia, Honduras, Venezuela, Argelia, Indonesia, Nigeria, Bangladés y Cuba, la mayor de las Antillas, cuyo mandatario asistió al evento en representación del Grupo de los 77 y China.
Los países BRICS se conectan en torno a intereses de desarrollo comunes y la búsqueda de un orden mundial multipolar en el que no domine una sola potencia. El grupo ha estado desafiando algunos principios clave del liderazgo global de EEUU en los últimos años, socavando la estrategia de la Casa Blanca sobre Ucrania al contrarrestar el uso occidental de sanciones contra Rusia y debilitando el papel del dólar como la moneda por defecto del mundo", reza un análisis en el portal 'The Conversation' firmado por analistas internacionales de varios países.
Esto último, lo de relegar - o al menos menguar - el dominio tradicional del dólar, es especialmente relevante porque los países del grupo BRICS ya han comenzado a liquidar algunas transacciones comerciales en sus propias monedas nacionales, sobre todo, en el yuan chino.
La fortaleza de los BRICS no radica en que los países compartan la misma identidad cultural o ideológica sino en que todos los miembros buscan una mayor soberanía para sus países.
Esta agenda básica los ha llevado a unirse y a cerrar filas para resistir mejor los ataques que lanza la potencia norteamericana. Los BRICS no rechazan la hegemonía de Estados Unidos para imponer la hegemonía de China, Rusia, Brasil u otro país, sino que buscan un mundo más multipolar, sin hegemonías, que les permita a todos los países elegir soberanamente sus formas de vida culturales, políticas, religiosas, ideológicas sin que se vean constantemente amenazados por una potencia extranjera. Es del interés de los países periféricos del mundo contribuir a la causa justa de los BRICS para que el mundo multipolar que defienden se vuelva una realidad en el mediano plazo. A México le convendría acercarse más a ese grupo.