El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) en sus seis años de presidencia ha sido un hueso duro de roer para Washington pues con sus posiciones soberanas e independientes se convirtió en una espina clavada en el cuello del vecino imperial del Norte.
Para las próximas elecciones mexicanas del 2 de julio y con el gran poder que le dan los medios hegemónicos de comunicación, Estados Unidos está apostando por alzar la imagen de la candidata opositora Bertha Xochitl Gálvez.
En aras de lograrlo, desde hace más de un año, se han incrementado las campañas desinformativas y tergiversadas contra el gobierno del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) presidido por AMLO, las que el mandatario ha podido desmontar por sus dotes de estadista; sus esclarecedoras conferencias mañaneras donde analiza todos los puntos de vista, y el impulso económico y social que ha experimentado México en el sexenio.
La maniobra estadounidense se dirige a favorecer a Xochitl Gálvez, candidata del Frente Amplio por México (FA) que reúne al Partido Acción Nacional (PAN), Partido Revolucionario Institucional (PRI), Partido de la Revolución Democrática (PRD). Xochitl competirá por la presidencia contra la candidata morenista, Claudia Sheinbaum.
Hasta el momento, todas las encuestas dan una amplia ventaja a Sheinbaum y con el propósito de revertir esos números negativos, Washington ha lanzado a sus poderosos medios comunicacionales para apoyar a Xochitl Gálvez: The New York Times, The Washington Journal, The Wall Street Journal, CNN, Los Ángeles Times.
Otras publicaciones pudientes de la derecha como Infobae (Argentina), El País (España), DW (Alemania) o France 24 (Francia) están envueltos en esa campaña y a diario publican noticias desfavorables a México mientras resaltan "cualidades" de la candidata opositora.
Desde el Congreso de Estados Unidos diariamente se suma alguna voz para criticar a AMLO. Ejemplos sobran: Mike Johnson, presidente de la Cámara de Representantes criticó al presidente AMLO por las declaraciones emitidas durante una entrevista con el canal CBS, además de calificar de "absurda" su postura sobre el tema migratorio.
El senador cubanoamericano de Texas, Ted Cruz, le reprochó por su política de inmigración, sobre la droga y lo acusó también de abuso de poder. AMLO con su sabiduría política, le contestó: "Si él me alabara, si él hablara bien de mí, a lo mejor me pondría yo a pensar de que no estamos haciendo bien las cosas; pero si él dice que estamos mal, pues la verdad sí me produce orgullo".
Otro que no podía faltar en esa cruzada es el senador republicano (también cubanoamericano) por Florida, Marco Rubio, quien ha ejercido presión en los medios propagandísticos de Estados Unidos y de México al expresar que en el próximo proceso electoral la candidata Gálvez sería la preferida para un futuro buen entendimiento con Washington.
Con un explícito desacuerdo hacia la política independiente del actual gobierno mexicano, Rubio llamó por teléfono a Xochitl, le expresó su total espaldarazo y le prometió una visita oficial si triunfaba en los comicios, como lo hizo cuando ganó el ultraderechista Javier Milei en Argentina.
Recordemos que ya en febrero pasado, la candidata del Frente Amplio (que no es tan "amplio" pero sí más de derecha) efectuó una extensa gira por Estados Unidos para propagandizar su figura y hablar de su futuro programa de gobierno.
En esa oportunidad recalcó el afán de trabajar en una agenda conjunta mexicano-estadounidense para reforzar los asuntos de seguridad, migración y narcotráfico.
O sea, como para no dejar dudas dejó entrever: "me pongo a la disposición de mis fuertes vecinos del Norte".
Además, algo parece oler a podrido, pues el Departamento de Estados, ha solicitado que los comicios en el vecino país deben ser supervisados por la OEA, como "órgano internacional observador y neutral".
En varias ocasiones AMLO ha criticado el injerencismo de esa organización "al servicio de intereses creados" y ha propuesto "su desaparición pues solo se ha dedicado a avalar actos autoritarios contra gobiernos populares de la región".
Así las cosas, los ojos de México y de los pueblos Latinoamericanos deben estar bien abiertos para evitar las intromisiones de los medios de propaganda hegemónicos que han logrado confundir a sus pobladores como ya ocurrió en Argentina y Ecuador.