Poniendo un poco de atención a la declaración de la 33 cumbre de la Liga Árabe que al final, en el último párrafo, condena los crímenes de Israel en la franja de Gaza y demanda unidad para detener la brutalidad israelí; también echándole un ojo a la carta que, "El G7 y otros países aliados envían una misiva al ministro de exteriores israelí para advertirle contra la expansión de la invasión militar terrestre contra Rafah, y una mirada más a otros gobiernos, como el de China, Rusia, Brasil y México que demandan públicamente un cese al fuego y fin de la masacre, pero, mantienen lazos diplomáticos y comerciales con Israel.
Da la impresión que están interesados en detener, de palabra, el genocidio perpetuo que sostienen los sionistas contra Gaza. Pero, mirando el asunto más de fondo, parece que todas esas declaraciones coinciden con la idea en que Biden y los sionistas trabajan en este momento; como se ve a continuación.
Antes que termine la guerra, Biden y los sionistas están preparando las condiciones para tomar el control de la franja de Gaza. El ejército norteamericano está montando un puerto con muelles flotantes. Netanyahu, con amenazas y bombardeos, obliga al desplazamiento de 600,000 pobladores de Rafah y discute con su ministro de defensa Yoav Gallant los planes para la post guerra en Gaza: un gobierno militar israelí sobre Gaza o una administración alternativa sin Hamás.
Desde esa ilusoria valoración del conflicto, se nos quiere hacer creer, que los sionistas e imperialistas ya ganaron la guerra y todo es cuestión de echar a andar un plan de gobierno de post guerra, sin Hamás.
Lo paradojal del asunto, es que, los que hacen planes post bélicos, son, quienes están perdiendo la guerra: Netanyahu y Biden.
Pues en el frente de batalla hay unidad y está en acción una ofensiva militar de toda la resistencia islámica que ataca a Israel y la ocupación, cuerpo a cuerpo desde los túneles y los escombros hasta, a partir del Mar rojo, Irak, Siria, El Líbano; destruyendo infraestructura bélica, de inteligencia, inutilizando tanques y vehículos blindados, derribando drones, atacando barcos y puertos; provocando constantes bajas uniformadas y disuadiendo colonos.
Si le agregamos a la ofensiva militar, la demanda de Sud África a la CPI por genocidio sionista, los campamentos de estudiantes universitarios norteamericanos y luego de todo el mundo, por la libertad de Palestina y cese del genocidio en Gaza. Ya las palabras del líder de Hamás cobran más fuerza de realidad, no de deseos. Veamos:
"El líder de Hamas, Ismaïl Haniyeh, declaró el miércoles 15 de mayo que su movimiento decidiría con otras facciones palestinas sobre la gobernanza en Gaza después de la guerra israelí.
"Decimos que Hamas está aquí para quedarse (…) y dependerá del movimiento y de todas las facciones nacionales (palestinas) decidir la gobernanza de posguerra en Gaza", dijo Haniyeh en un discurso televisado.
No es lo mismo Gaza un día después de Hamás que, Gaza con Hamás, un día después del sionismo.
También, con menos ilusiones, el reconocimiento internacional de Palestina es el reconocimiento que ha resultado del sacrificio de Gaza y la lucha heroica de Hamás. Fenómeno que desafió, no solo a los ejércitos más tenebrosos del planeta, sino que también, les sacó trote a los cobardes que vivían quietos bajo el temor al sionismo.