La Tecla Fértil

Haití y su conflicto social y religioso, la barrera de los Clinton ha sido fragmentada por pandilleros

Lunes, 27/05/2024 11:18 PM

Triangulizar el tiempo ya es tarde. Las coordenadas políticas del país es un armazón ideológico que es llevado a un campo teórico- político en la Venezuela del siglo XX- XXI. Es un mismo sesgo con un nuevo ingrediente que son los mal llamados evangélicos, cuyos pastores se aliaron con el universo de la economía y sombras para aliarse con algunos partidos políticos que estuvieron en decadencia en el período 1970-80.

Venezuela en los últimos cuarenta años se ha venido movilizando en escenarios históricos. Claro, la idea la idea de los grupos económicos es vender petróleo y oro, negocio cedido en un segundo plano a las pandillas oficiales de corrupción que conforman su entorno.

La inyección de capitales es foránea, los mismos grupos instalados en el país, enviaron voceros y negociadores a EEUU Y junto a movimientos del islam lograron controlar ciertas áreas de la economía y condados para lograr revender el petróleo crudo. Joe Biden ha cometido una multiplicidad de errores que pone en peligro la estabilidad financiera y política de los Estados Unidos de Norteamérica, y forma parte del tinglado Obama- Familia Clinton.

Es una memoria que nos recuerda a Trotsky, es volver revivir el pasado- Toda una época, donde las afirmaciones partidistas eran fundamentales para la acción del Estado.

La dimensión económica de la globalización, resaltó y prevaleció el criterio de su multidimensionalidad, desde esta óptica se debe analizar los requerimientos sociales y el enfoque político para lograr los dictámenes del mercado. De modo que el poder mundial, representado por los Estados Unidos de Norteamérica ha perpetuado desigualdades e injusticias sociales que nos llevan a factores estructurales que se basan en los dictámenes del medio comercial.

Haití, es una isla de enfrentamientos, y su realidad histórica nos perfila las injusticias del sistema, donde su población poco está preparada para el trabajo., y sus fuerzas militantes no tienen unidad para asimilar los problemas de desarrollo.

Es preciso, poner un control interno más intenso en el área del Caribe, ahora más, cuando ya EE. UU desea intervenir en el Estado del Esequibo, cuyo territorio es de Venezuela. El coqueteo fe la Nueva Izquierda con Las Misiones Evangélicas y las áreas empresariales norteamericanas han puesto a tambalear, tanto a los aldeanos del Caribe como a los norteños en el asunto del islamismo y la inmigración desde el país azteca, México.

Lo sucedido en Haití con unos jóvenes misioneros cristianos, indican que en este decenio se ha complicado llevar ayuda a huérfanos y grupos familiares sin abrigo del Estado, sobre todo a los hermanos británicos, canadienses y norteamericanos que desde 1913 vienen incursionando en América Latina y el Caribe.

Los cristianos evangélicos, que a través de Las Misiones cumplen una labor social, son considerados herejes. Siendo atacados varias veces por las pandillas que, tienen una concepción fatalista dejando una continuidad histórica de violencia en las aldeas.

Fue Haití despojada de su identidad, su nombre. Solo la ven como un fetiche tecnológico, y el mundo se muestra autista. Hay un progresivo deterioro de la continuidad, y las misiones allí asentadas deben resistirse ante la mercantilización de las artes impuestas por estos pandilleros, que no son otra cosa que mercenarios y terroristas.

Hay que ser muy específicos, las asambleas evangélicas a sabiendas del peligro religioso en las islas caribeñas impuesta por el comunismo, son difíciles de evangelizar, y los directores de Misiones, ancianos y grupos familiares han creado un distanciamiento entre el mismo pueblo de Dios. Capillas evangélicas completamente desoladas, al igual que las casas de las misiones prácticamente cerradas con uno o dos guardianes por problemas y circunstancias entre sí, cuando el Evangelio es una sola causa común

América Latina y La Cuenca del Caribe ha absorbido una propaganda malsana que promueve el odio, y en un segundo plano el racismo fascista. Es una ultraderecha y una ultraizquierda con una burguesía silenciosa dando un cambio tecnológico futuro que tiene sus limitaciones para Occidente.

El tema ecológico y de la economía mundial se solapa en gran medida, conm el de la profunda división financiera en la sociedad mundial, es un paralelismo real entre ricos y pobres, blancos y negros, cristianismo e islamismo. Una prosperidad creciente para unos, una pobreza para otros. También hay una exclusión en la cúspide.

Los programas de voluntariado en el presente, son difíciles de aplicar por el asunto diplomático, y el sistema de dolarización. Las élites tradicionales están interesadas en mantener bajos salarios en el desarrollo laboral y local. Luego desean cobrar impuestos para pechar más, estos salarios. Ejemplo, lo tenemos en Haití, Cuba, Venezuela, España, Noruega e Irlanda. Países que precisamente apoyan al Estado Palestino y a Hamas.

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