En entredicho el orden jurídico internacional

Miércoles, 29/05/2024 11:52 AM

  • Fomentar el caos jurídico internacional sólo favorece a los que tradicionalmente han impuesto sus designios y garantizados sus intereses, sobre los demás países, basándose en el chantaje, imposición de gobiernos títeres, las intervenciones militares y la guerra.

  • El Gobierno Genocida de Israel, responde al llamamo de la ONU de detener su ofensiva en Rafah, con una nueva masacre: El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, condenó este lunes el ataque israelí del domingo sobre un campo de desplazados que se cobijaban en tiendas de campaña en Rafah, al sur de la Franja de Gaza, y pidió acabar con "este horror".

Si observamos con detenimiento el panorama internacional, resalta a la vista la fragilidad de lo que hasta ahora se consideraba el Orden Jurídico Internacional, integrado por el conjunto de organizaciones internacionales, con representatividad de todos los países y la existencia de Convenios y Tratados que deben ser respetados por los países integrantes.

Fragilidad que se manifiesta, cuando observamos una especie de caos no solamente en el cumplimiento de los Tratados y Convenios sino, también, en el desconocimiento de los estados partes de resoluciones, recomendaciones y disposiciones que se emiten desde ellos.

Claramente se observa en el caso de la agresión que llega de acuerdo a los analistas internacionales al rango de Genocidio, de Israel contra el Pueblo Palestino. En primer lugar, desde Israel y su máximo aliado se intenta descalificar a la Corte Internacional, llegando, en el caso concreto de los Estados Unidos, de amenazar a sus integrantes, de chantajearlos con sanciones, si desde allí, se toman medidas que afecten a sus intereses y sus aliados.

Y no es la primera vez que los Estados Unidos se abrogan este derecho de desconocer a las instancias internacionales, también han impedido que sus militares involucrados en crímenes de guerra e incluso de violaciones a mujeres donde están asentadas sus tropas, sean juzgados por organismos internacionales.

Estamos viendo por ejemplo, como desde el Ecuador, el gobierno presidido por Noboa, asalta la Embajada de México, en ese país, para secuestrar a un ex presidente, desconociendo todo lo pautado en materia de asilo y el principio de extraterritorialidad del que goza esa Embajada en territorio ecuatoriano y a pesar de la protesta del Presidente López Obrador y la solicitud de sanciones por parte de México, no se observa ninguna medida que resarza los daños y que alguna manera se sanciones al gobierno ecuatoriano.

Por su parte el Presidente Argentino, en medio de los arrebatos emocionales y desplantes que ya son cotidianos, visita a España, irrespeta toda norma de protocolo interno, arremete contra el Presidente de ese país, acusando a su esposa de corrupta y luego sale dejando el reguero de platos rostros y acusando a todo el liderazgo internaciones de criminales y corruptos. Todo este arsenal de insultos e improperios quedan sin respuesta, poniendo en cuestión, cualquier norma de respeto mutuo entre dirigentes y países integrantes de organizaciones internacionales comunes, las cuales también son afectadas en su credibilidad.

En el caso de la República Bolivariana de Venezuela, el absurdo llegó a su máxima expresión. Estados Unidos y sus aliados europeos (léase bozaleados europeos), desconocen no solo la legitimidad de un gobierno electo de acuerdo a las leyes y constituciones internara, amparando a un usurpador, al que denominaron presidente interino y no pararon allí, sino, que convalidaron el nombramiento de diplomáticos escogidos a dedo, permitieron el asalto de las embajadas venezolanas y robaron descaradamente bienes propiedad del pueblo venezolano.

Las agresiones han continuado, robando el Oro (Como lo hace Inglaterra) de las reservas venezolanas, amparando criminales convictos, que han asesinado a venezolanos en hechos de violencia promovidos con todo intencionalidad e incluso, fomentado y financiado golpes de Estado, contra el gobierno venezolano legítimamente constituido y operaciones de magnicidio, felizmente abortadas y frustradas, gracias a la actitud de defensa y repudio de la ciudadanía.

Las agresiones anteriormente reseñadas contra la soberanía y la independencia de un país como Venezuela, integrante de la Comunidad Internacional, no ha tenido ninguna respuesta condenatoria de los organismos internacionales ni regionales, por el contrario desde la OEA, organismo regional, a través de su Secretario General, se ha mostrado complacencia y se ha promovido la agresión.

Por todos estos hechos y otros que podrían enumerarse, consideramos que el Orden Jurídico Internacional se encuentra en entredicho y esto es grave porque los países que pretende hegemonizar el mundo aprovechan y fomentan esta especie de desorden y anarquía, para sobre la base de la fuerza, las amenazas y el chantaje imponer sus designios sobre las demás naciones.

"Altera el orden establecido y el mundo se volverá un caos."
HEATH LEDGE


 

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