Las respuestas no se hacen esperar, ante las amenazas, las medidas punitivas, el chantaje desde los consorcios estadounidenses, que se dieron a la tarea de sancionar comercialmente a los países unilateralmente desde los gobiernos títeres en los Estados Unidos, elevando los aranceles a las importaciones, para no afectar los ingresos sustantivos para el 1% de los magnates allí representados, y en detrimento del resto de las economías fuera de los Estados, con un dólar que como un boomerang que se regresa, amenaza con volverse contra el propio estatus, ya que su respaldo depende de cuánto pueden extraer de las reservas del resto de los países del mundo donde intervienen, donde han recibido grandes reveses desde finales de 1980, lo cual podría acelerar la tan anunciada caída antes del 2030. Maniobran con todo tipo de subterfugios para sacarle las patas del barro a los grandes empresarios y sus corporaciones, los recientes autoatentados que les han abierto las puertas para darle rostro a enemigos ficticios para atacar por mampuesto, y acusando descaradamente a las industrias de alta tecnología que compiten desde China, el gigante asiático, bajo el supuesto de robo de propiedad intelectual a firmas estadounidenses. Disputas con las que han ganado tiempo para ir a colocarse en Europa, con los graves riesgos que les han ocasionado los patéticos Fred del tío Sam, llenando de miseria a todo efecto, para los grandes intereses y los beneficios personales y corporativos de las ramas de los poderosos de las industrias armamentistas manejadas por el Pentágono y las agencias de seguridad y defensa y sus colaboradores, los inversores en la bolsa de valores, donde mantienen los niveles de incremento de las ganancias y el establecimiento de las barreras para el resto de las naciones afectadas por los conflictos que ellos encienden en todo el mundo.
Las sanciones contra China y Rusia, y Corea del Norte, las presiones sobre la Comunidad Europea con los principales productos de exportación, la peligrosa y difícil situación por el frágil equilibrio y la tensa situación en Ucrania y la intervención de la OTAN, luego de los agresivos ataques desde la guerra del Golfo en Medio Oriente, donde ahora se mantiene encendido el holocausto que le infringe Israel bajo los sionistas, que buscan borrar de la faz de la tierra a los palestinos, lo que hace presagiar que de ahí a una escalada de grandes proporciones pueda tener efecto, desestabilizando la economía y el comercio por parte de quienes atienden por esa vía al establecimiento del Nuevo Orden Global, fundamentados en la Agenda 2030 y la 2050, para el reparto definitivo del planeta, donde se dirimirá la famosa ecuación donde los muchos que son pobres irán por los pocos que son ricos, para ajustar cuentas, si es que la devastación nuclear no se nos adelanta.
China, siendo el mayor cliente de EE.UU. el 6 de julio se le impuso un arancel del 25% a las importaciones de bienes, unos 34 mil millones de dólares; a juicio de Pekín una flagrante violación a las reglas de la Organización Mundial del Comercio (OMC). Por su parte Sinopec, una de las mayores compañías petroleras, y hay otras que se irán sumando, en rechazo a las burdas sanciones, suspendieron las importaciones de crudo, la primera por 300.000 b/p por mes hasta finales de año. China, Rusia, Irán, Turquía, Pakistán, India, Sudáfrica y Venezuela, respondiendo al vil chantaje y la agresiva política exterior de los gobiernos desde Trump, que entre otras medidas, buscaron abortar la dependencia comercial, pero se coló la divisa gringa, pese a tratar de reemplazarla con las propias criptomonedas.
Otro asunto, aún más delicado, ya que pone en peligro la paz y la estabilidad de la región, principalmente contra Venezuela y sus socios comerciales que arriban desde los cinco continentes, rompiendo la absurda hegemonía que insisten en proteger los halcones, afincados en su destino manifiesto, que ha plagado de injusticias al mundo entero desde hace siglos. Y las presiones de la secretaría de Defensa no dejan de presionar sobre la región, afectando al hemisferio, por su obstinación contra Pekín, queriendo ponerle freno, como lo intenta con Moscú, sin ningún éxito a la vista, lo que complica las relaciones críticas para Occidente que viene colaborando, mientras esperan que sea seguro mantenerse bajo el ala de Washington. Con la presencia de China, de Rusia, de Irán en su patio trasero, la Estrategia de Seguridad Nacional de EEUU, se ve amenazada, así como los negocios de sus principales socios, interesados en invertir en la costa Atlántica entre Venezuela y Guyana.
Desde Washington se envían emisarios a Suramérica con una agenda de urgencias para los ministros del exterior y defensa de Brasil, Argentina, Chile, Colombia, incrementando las presiones sobre la patria chica de Bolívar. Los montos asignados en tales presupuestos superan los 716 mil millones de dólares al desembolsado en 2019, contando con mejores aviones, barcos, tanques, misiles en el mundo, como respuesta a los arrebatos de los presidentes de EEUU, lo que amerita que se haga una profundo y exhaustivo análisis sobre el particular, son más de 720 mil millones de dólares, que se han asignado, sin precedente alguno; acaso pretenden preparar un escenario preoperatorio que conduzca a una escalada como preparativo hacia la tercera fase de la III Guerra Mundial. China y Moscú estudian con detenimiento todos los movimientos y la geoestrategia que se cierne como una amenaza global con intervención vía OTAN del imperialismo. La economía como uno de los eslabones de la estrategia y la táctica de la Doctrina Monroe, puede hacer que se desmorone el castillo de naipes sobre el cual se sostiene la precaria estabilidad vendida a la Comunidad Europea por los hegemones de Occidente. La secuela sería catastrófica si tal choque civilizatorio se llegara a pronunciar. Jugar con fuego en un polvorín es descabellado, de suicidas, y otra guerra de magnitudes similares no dejaría hueso sano entre los contendientes.