Desde que Xiomara Castro ascendió al poder como presidenta de Honduras el 27 de enero de 2022 bajo la premisa de encontrar un camino para los graves problemas sociales de Honduras en relación con la pobreza, servicios públicos, violencia y migración, el resultado muy similar al madurismo ha sido de nepotismo – comenzando por su hijo y su esposo quienes son "asesores" presidenciales - escándalos de corrupción, uso personal de bienes públicos, y hasta construcción de "habitaciones de lujo" en sedes de instituciones del Estado.
Por supuesto, que ver a diario a Manuel Zelaya – ex presidente – dando órdenes como miembro del Ejecutivo, o hacia el Partido Liberal y Refundación (Libre), ha permitido que la familia Zelaya – Castro, prácticamente dominen a su antojo una nación azotada en Centroamérica por realidades que después de tres años en el poder; solo demuestran que la práctica de tener gobiernos similares al madurismo, es decir, neototalitarios, sólo terminan en mayor miseria para los pueblos.
De hecho, Xiomara Castro en vez de haber generado un inmenso diálogo con los factores de inversión y desarrollo desde el Estado, solo ha habido una persecución contra éstos, incluso contra quienes han promovidos con sendas inversiones y generación de empleos, justo en plena crisis de la pandemia (2020), como ha sido el caso sobre las Zonas de Empleo y Desarrollo Económico (ZEDE) que han sido calificadas de "enemigas"; al punto que fue designado un responsable para las funciones gubernamentales de "comisionado nacional contra las ZEDE": Fernando García.
Y desde entonces, con tal nombre de "institucionalidad", es poco lo que se puede materializar en función de un diálogo de acuerdos, porque resulta evidente que, ante tal negatividad, a pesar de lo que él mismo señala, que pudieran resultar en un factor de credibilidad para las inversiones, las descontextualiza, y sólo queda en el ambiente en su protagonista un enorme sentimiento antinorteamericano en sus palabras. Así, Fernando García como el principal responsable de los anti-ZEDE por parte del gobierno de Honduras califica a los inversores de "libertarios" en los siguientes términos (2018):
Se les conoce como neoliberales – radicales por su tendencia ideológica económica radical y extremista. Plantean la reducción del Estado a su mínima expresión; por consiguiente, plantean que una ciudad pueda actuar "independiente de su contexto económico y jurídico, si eso le permitirá crecer". (p. 24)
O sea, que el actual "comisionado contra las ZEDE" desde que asumió tal rol con el gobierno hondureño; y desde antes que Próspera, Ciudad Morazán y Orquídea, es decir, las tres ZEDE comenzaran operaciones en la nación centroamericana, ya tenía una posición sesgada sobre el funcionamiento de estas iniciativas, y en cuyo artículo por omisión, porque debe conocerlo perfectamente, fueron estas estructuras económicas las que convirtieron a países como Singapur, Malasia, Corea del Sur, Taiwán, así como Hong Kong y China en centro de efervescencia económica y que lograron con ellas, superar la pobreza en millones de personas, donde las inversiones y los empleos generaron en Asia un desarrollo económico y social sin precedentes en la historia contemporánea.
Además, en el mismo artículo, García, a pesar que reconoció las menciones de varios integrantes de las ZEDE según la revista Forbes como muy influyentes del mundo, entre ellas, Magatte Wade – una de las primeras 20 mujeres -, lo cual en vez de haber servido como fortaleza para generar inversiones en Honduras con semejante proyección internacional; por el contrario, la visión reduccionista del poder político, solo ha funcionado como obstáculo para que la patria de Morazán haya retrasado una enorme potencialidad para generar desarrollo y progreso social y económico; y porque a pesar, de tales trabas, las ZEDE continúan invirtiendo y generando miles de empleos; pero que hubiese sido un capital de máxima multiplicación, ante tanta resistencia por parte de un gobierno, que se niega mirar hacia el futuro las potencialidades existentes, por establecer e imponer dogmas políticos.
Ante ello, Fernando García, quien no es más que una representación simbólica, porque los auténticos anti-ZEDE son aquellos, que desde Internacional Progresista con sus estructuras internacionales diseñadas y ejecutadas por el ex presidente de Ecuador, y prófugo de la justicia de ese país, Rafael Correa, conforman una ideología anti norteamericana, razón por la cual, para ellos, no son los pueblos los que deben ser beneficiados con programas e inversiones millonarias; porque en definitiva, son quienes orientan el neototalitarismo como hegemonía del poder; y en consecuencia, lo menos que realmente importa, son las personas y sus necesidades.
Desde esta perspectiva, Honduras, aunque las ZEDE han tenido que sortear múltiples inconvenientes, con una "institución" que ha buscado desmantelarlas, la realidad es que sus bases constitucionales y jurídicas no pueden ser eliminadas por el criterio de un "comisionado" o sus adláteres, o por la voluntad de un gobierno; y sobre todo, lo más importante, está es que los proyectos ZEDE siguen avanzando por el bienestar de nativa(os) y trabajadores(as) de Honduras. Las estructuras anti-ZEDE de Xiomara Castro son ficción ante la realidad de inversiones y empleos que ha avanzado y seguirá avanzando con Próspera, Ciudad Morazán y Orquídea. Lo demás por intentar destruirlas es parte del fracasado madurismo.
Referencias
Referencias: García, F. (2018). CIUDADES BURBUJA: Análisis Político-Jurídico de la Legislación de las Zonas de Empleo y Desarrollo Económico (ZEDE) en Honduras. Friedrich Ebert Stiftung FES. (N° 9), 1-49. https://library.fes.de/pdf-files/bueros/fesamcentral/16510.pdf