Las guerras van a traer consecuencias inevitables al Cono Sur. En un espacio tan pequeño, Europa nos esta privando de bienestar por España de gozarnos de sus asentamientos y comida. Así que, los franceses que residen en el bajo Canadá deben limitar sus viajes hacia el viejo continente por motivos políticos y religiosos. La tierra del Nuevo Mundo ya fue tomada y son pisatarios, y les pertenecen a los antiguos ocupantes, no a los indígenas de la época. Si no, a la masa de aventureros que se vinieron a fertilizar la tierra y explorar los caminos del oro, gas, diamantes y petróleo. Es un inmenso cuadro en la sombra de los alcebas, y de los Estados Unidos de Norteamérica. Es una invasión silenciosa y los países, más al Sur, tendrán que esforzarse de estos advenedizos que vienen a buscar riquezas.
He aquí, el cerco final, no se puede hablar del futuro estadounidense, porque el presidente Joe Biden lo destruyó todo, al igual que los demócratas, la raza angloamericana se encuentra encerrada cada día más por el islamismo. Al llegar a este punto, la religión es parte de la guerra al igual que el siglo XIV, donde las leyes se han venido abajo.
Joe Biden busca un espíritu legista, mientras violenta la ley en el mismo Estados Unidos. Desea reinar un poco más para congraciarse con el Oriente Medio, y darles la espalda a sus compañeros de raza. Ya lo vimos en el juicio a Donal Trump, que es un juicio engañoso y falso para arrebatarle el triunfo a los republicanos e introducir de una vez, el comunismo con anuencia de dos ex presidentes, William Jefferson Clinton y su esposa Hillary, al igual que Barak Hussein Obama.
Por aquello de los éxitos a corto plazo desde 1923, los industriales llegaron al extremo de proponer que se aboliesen los impuestos sobre la industria, presionan en el presente, en caso venezolano, que no subiesen salario para mantener una economía estable. Toda una heterogénea coalición para satisfacer a la oligarquía y pequeña burguesía. El mercado esta siendo muy manipulado, y desconocemos el estigma social hacía la pobreza. Así que los viejos dominios imperiales mantienen su control sobre la nueva élite agraria, y quienes controlan el aparato industrial. Es el fracaso tanto de la industria, como aquellos que buscan la restauración del Estado.
El socialismo y el islam han llegado para instaurar una nueva civilización, bajo conceptos de un sistema democrático. No son ideas menos fantasías, es un proceso que viene sucediéndose a lo largo de la historia desde el Siglo XIV y XV d.C. Es un cambio radical de leyes y formatos administrativos que dejara solo en la memoria, las civilizaciones anteriores. Es barrer las sociedades, y se remonta a las edades más primitivas. Venimos votando por el comunismo, desde la época de Rómulo Betancourt hasta el presente, con Nicolás Maduro Moros.
Se forma un nuevo capitalismo, con oligopolios árabes y venezolanos de la nueva burguesía. Y ya tenemos la mercantil protegida por grupos afines a los partidos políticos, y la denuncia demoledora sobre la formación de grupos económicos, que lleva años formándose para motivar una propaganda falseante.
Se exige un cambio político hacía el Sur, desde la Patagonia, (Argentina), Valparaíso, (Chile) hasta la Península de la Goajira, (Colombia), hasta Puerto Cabello- La Guaira, (Venezuela). El modelo económico capitalista debe tener otra visión de desarrollo, y avanzar hacía la organización de los movimientos populares. Dicho de otra manera, los marcos jurídicos internacionales establecidas deben revisarse para lograr una lógica propia relacionada en gran manera con la lógica política.
Es una lectura a los sistemas discursivos y culturales para combatir las implicadas condiciones históricas de los pueblos. En América Latina hay una insistencia sobre las propuestas del postmodernismo para ser del continente una insurrección discursiva, y lograr que fuerzas externas dominen los territorios. Como se viene haciendo, para lograr que la sociedad y la naturaleza se unan en una sola fuerza común y, por ende, tener dominio sobre la economía.
No se trata de una economía política sobre el Tercer Mundo, es crear nodos de crecimiento industrial, para que los grupos sociales se fortalezcan y, tomen una forma más hegemónica en la visión de una estructura financiera que logre una nueva imagen en la producción latina. Claro, debe haber interpretaciones válidas descentralizadas para que no ocurra el desmantelamiento del Tercer Mundo, como se viene haciendo.