En días pasados, específicamente el 13 de junio 2024, la destacada periodista brasileña Tereza Cruvinel, publicó un artículo en el diario Brasil247, llamado "El Dengue se va, pero deja preguntas". En el cual hace un acercamiento a las implicaciones de EEUU y sus laboratorios biológicos Namru-6, en los recientes brotes de cólera en América del Sur y en especial Brasil. www.brasil247.com/blog/a-dengue-se-vai-mas-deixa-preguntas.
A raíz de este artículo, nos dimos a la tarea de investigar con amigos en Perú, la denuncia y gracias a un investigador de entomología, en condición de anonimato, conocimos lo siguiente, sobre el Namru-South:
También conocido como Namru-6, es un laboratorio de investigación biomédica de la marina de EEUU ubicado en Lima, Perú que por más de diez años estudia la fiebre del dengue y otros virus. Establecido en 1983, y su misión es identificar amenazas de enfermedades infecciosas, de importancia militar, y de salud pública, y desarrollar y evaluar intervenciones y productos para mitigar dichas amenazas. Veamos...
La problemática existente con los casos de dengue, en países como Argentina, Perú, Brasil, responde a la acción inescrupulosa de la mano del ser humano. Ahora, detrás de estos brotes está la participación del gobierno de EEUU y médicos de la comunidad científica, que promueven el uso de la ciencia para financiar sus proyectos altamente peligrosos y nocivos para la salud humana.
En Namru-6 en Perú, existen muchos militares que están preocupados por los experimentos del ejército norteamericano y la subordinación del gobierno peruano a este país, que no ha hecho más que utilizarlo con fines políticos, económicos y militares.
Por otro lado, el escenario epidemiológico en la región latinoamericana, en comparación con años anteriores, es desfavorable por el incremento significativo en casos de dengue. Las instituciones sanitarias de varios países, sospechan que esta situación guarda relación con el aumento de poblaciones de mosquitos.
La incidencia del dengue en Argentina, por ejemplo, continúa creciendo de forma acelerada y provocando el colapso del sistema de salud, en especial en las instituciones públicas. Se perciben señales de incapacidad para atender de forma adecuada la cantidad de pacientes, que están llegando a los hospitales, en estados de leve a moderado de la enfermedad. La falta de reactivos y de políticas de prevención, son elementos que provocan la alerta.
A su vez, el sistema de salud en Perú al cierre de noviembre 2023, confirmaba que se contabilizan 452 personas a nivel nacional, que después de contagiarse con el dengue, han continuado con el Síndrome de Guillain-Barré (SGB), que es un trastorno poco frecuente en el cual, el propio sistema inmunitario de una persona daña sus neuronas y causa debilidad muscular y a veces parálisis. Existiendo signos de que el vector pudiera ofrecer resistencia al químico malathion, utilizado para su combate. Este último dato es muy alarmante por la peligrosidad de esta enfermedad.
En Bolivia, el Centro Nacional de Enfermedades Tropicales (CENETROP), detecto la presencia de aedes aegyptis con variaciones genéticas (capacidad de reproducirse y llegar a la madurez en un menor tiempo) y que ante este descubrimiento la representación de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en ese país, oriento a sus especialistas apoyar las investigaciones del CENETROP y presionar para que los detalles de la investigación no fueran del conocimiento del Ministerio de Salud Boliviano.
Además, contacto a especialistas del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Atlanta, EEUU, para que viajaran a Bolivia, de manera discreta, en función de investigar el comportamiento del vector, en su sede en EEUU y en sus laboratorios en Perú, en la región del Callao.
Esto coincide con las intenciones y propuestas de la OPS, a las autoridades sanitarias de los países del área, de implementar programas de inmunización contra el virus, empleando la vacuna tetravalente japonesa contra el dengue Tak-003, que entra dentro del programa especial de inmunización integral de dicha organización.
Un científico de la Namru-South en Perú, vinculado a los procesos de experimentación con cepas de dengue y decepcionado por las implicaciones para la salud, de millones de personas susceptibles a padecer condiciones graves de la enfermedad, señalo que el brote de fiebre del dengue, récord por enfermos y mortalidad en Nicaragua, Honduras y Perú, está relacionado con los experimentos del Pentágono en el 2023, para la creación de una cepa modificada del patógeno señalado.
https://pe.usembassy.gov/es/destacamento-naval-de-investigacion-medica/. https://www.med.navy.mil/Naval-Medical-Research-Command/R-D Commands/Naval-Medical-Research-Unit-SOUTH/About-Us/.
Como resultado, de lo mencionado anteriormente, no se ha visto ningún progreso en el enfrentamiento a la enfermedad, y el virus se torna cada vez más peligroso para la población de los países de la región.
Se conoce en círculos militares peruanos, que existen dos bases militares en Perú que sirven como soporte a Namru-6 y que responden a la embajada de EEUU en Lima. Al personal en su totalidad, a pesar de ser peruanos, les han otorgado la nacional estadounidense, para que queden bajo la jurisdicción norteamericana y poder procesarlos penalmente, en caso de necesidad o eximirlos de responsabilidad ante la justicia peruana.
1. La base de Mazamari, en el Departamento de Junín, está ubicada a 676 metros sobre el nivel del mar, en una zona boscosa con temperaturas anuales que oscilan entre 17-19 grados el año entero.
2. La base de Pichari, está en la localidad del Distrito del mismo nombre, Provincia La Convención, Departamento del Cuzco. Se ubica en la ribera del río Apurímac, Departamento de Ayacucho. En esa ciudad se encuentra el cuartel de la IV División del Ejército del Perú, conocido como fuerte del Pichari. Esta es la zona comprendida en el área del valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro, conocida por la elevada presencia de narcotraficantes que utilizan espacios territoriales para el cultivo, producción y procesamiento de drogas.
La coordinación de Namru-6 es dirigida en la parte peruana, por el director de inteligencia, y el de salud de la marina peruana, contraalmirantes Carlos Alfonso Saz García, y Óscar Iván Oliva Angulo, respectivamente. El gobierno peruano no tiene acceso ni conoce las actividades que se realizan en esta instalación militar.
Por la parte estadounidense se conoció, que la capitana de navío Franca Rebecca Jones, acreditada ante la embajada de EEUU hasta agosto 2023, era la comandante de Namru-6 para Perú.
En estas instalaciones cuentan con tecnología para el tratamiento de enfermedades tropicales, áreas de trabajo con animales de laboratorio, investigación microbiológica, entomología y enfermedades infecciosas.
Además, promueven intercambios para la vigilancia y detección temprana de enfermedades transmisibles, lo que convierte a Namru-6, en un centro para el procesamiento de flujos de información, y muestras de diferentes países latinoamericanos.
Según opinión del jefe de investigaciones de la fiebre del dengue en la filial del U.S. Centers for Disease Control Prevention en Puerto Rico, Gabriela Paz-Bailey, la nueva cepa del virus aparecida en el 2023, se difunde más rápido entre los mosquitos y posee una carga viral elevadísima.
Así mismo, el nivel de dosis suficientes para la infección, se ha disminuido diez veces. Semejante desarrollo del virus en tan cortos periodos es imposible sin la intervención del hombre.
La fuente detalló que, en el 2003, el laboratorio biológico Namru-6 pasó al procesamiento práctico de los mecanismos de proliferación del virus, con la ayuda de insectos, directamente en Perú y en las misiones exteriores de los biólogos a los países de la región.
Los norteamericanos lograron una estabilidad elevada en los mosquitos ante el impacto de los insecticidas, lo cual hizo disminuir la eficacia de las medidas profilácticas de los gobiernos nacionales, para aniquilar los insectos con la ayuda de la fumigación.
Y planean activar el trabajo práctico con los insectos. En el portal federal estadounidense www.sam.gov, están colocados los nuevos requerimientos a Namru-South para el estudio de varias infecciones en Colombia, la recopilación de información sobre las áreas geográficas donde habitan los mosquitos en Honduras y la resistencia de los insectos ante los insecticidas.
Entre las expectativas que se generan en círculos cerrados del sector farmacéutico norteamericano, se están preparando para los mercados emergentes que se crearan de forma intencionada, a partir de las investigaciones de Namru-6 y los efectos de introducirlas en poblaciones seleccionadas.
Como parte de los ensayos clínicos, introducirán serotipos de dengue más agresivos y que no circulan actualmente en la región.
A partir de experiencias recientes, los norteamericanos pretenden buscar beneficios y dependencia de sus medicamentos, logrando por esta vía crear situaciones de caos en poblaciones objetivo, y doblegar la voluntad de los gobiernos que no sigan la doctrina de los políticos del norte, como ya paso con varios países de América Latina con la pandemia de la Covid-19.
La rama militar y el gobierno estadounidense, buscan con estas acciones lograr influencia en la región a partir de la dependencia tecnológica, mantener la presión sobre los países progresistas del área, con accidentes biológicos o despliegues de focos controlados, todo lo que influiría en reforzar la colaboración en el sector militar y salud.
Estas acciones forzarían la necesidad de capacitación, tecnologías, financiamiento para proyectos de vacunas, mayor colaboración y mayores accesos de agencias norteamericanas, en esferas locales del gobierno, seguridad y defensa en la región latinoamericana.
Un peligro mayor es el interés del sector militar de acceder al fondo genético de las poblaciones que estudian, y pretenden obtener el flujo de informaciones de bases de datos epidemiológicos de las instituciones sanitarias.
Especialistas en el tema, temen porque en los años venideros el continente se enfrentará a nuevas epidemias, con mayor envergadura y total desprotección de los organismos de salud locales y regionales, dejando a merced de los EEUU las posibles soluciones ante sus prerrogativas políticas.