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Milei se enfoca en lo económico para exaltar la órbita financiera de los argentinos en el Cono Sur

Lunes, 01/07/2024 12:22 PM

Los conflictos abiertos del Estado en el Cono Sur, son provocados por el mismo gobierno que ejerce funciones de contraloría social. Desde 1995, hay una campaña critica de la política económica de Argentina, Bolivia, Perú, Colombia y Venezuela. Los Acuerdos económicos que se dieron con México, Canadá y EE. UU poco incidieron sobre los movimientos sociales, y los monitores son solamente de denuncia pública que buscaban los errores de algunas negociaciones, esto, ha permitido que la ley haya sido violada por funcionarios de confianza continuamente, con relativa impunidad.

Hay una diversidad de experiencias en este ámbito que asume una realidad colectiva. En ausencia de una respuesta directa del Estado, los conflictos abiertos por el ejercicio de la acción estatal han sido resueltos a través de la movilización y negociación dentro de un campo de fuerzas determinado por el tamaño de la acción, aunque todavía se encuentra de boga, la ley de libre comercio.

La ideología es poco tomada en cuenta al momento de exigir una reflexión sobre el manejo económico del Sur. Solo el presidente Milei ha sido capaz de exigir trabajo y reflexión para fortalecer las alianzas de protección de la energía no renovable. En este sentido, el valor monetario se ha restablecido y la inflación estancada. Nos da un miramiento que Argentina superará su transparencia tanto en las ideas, economía y la historia en el campo de la identidad.

Algunos economistas utilizan símbolos. Es una especie de tabulación cristalizada en una cultura de tradición bíblica, donde la productividad tiene un carácter tópico, es la codificación, es un cuadro matemático con valores que contrasta las estadísticas bursátiles tocante al campo agrícola, y estos, deben tener fácil desplazamiento cuando hablamos de producción, vemos que Argentina sí baja sus productos ya con una economía interna más saneada, en cambio, Venezuela a más producción observamos más inflación y, el Banco Central de Venezuela,, (BCV), debe intentar más dólares al sector bancario para lograr una alineación financiera, analizando bien las plataformas tanto de occidente como de oriente. Busca el gobierno que los precios en la industria se estabilicen, más la producción agrícola. Pero, vemos como los electrodomésticos importados suben o inflan de precios, mientras los aranceles están libres de pagos, los empresarios chantajean al propio gobierno, se quejan de los impuestos y de la ley de pensiones. Pero, sí los empresarios facilitaran muchos manejos en la comercialización, el pueblo compraría más y los artefactos poco tiempo durarían en las estanterías, pasa igual con las cosechas y se pierde en las estanterías, porque inflan demasiado los precios, es un acto de maldad.

Es un acto de maldad, propiciado primeramente por dirigentes políticos de baja rancia ideológica. Empresarios e industriales que poco desean cooperar, es una carencia de lealtad hacía el Estado que les proporciona desde créditos hasta maquinarias, es un ataque directo a nuestra economía. Ya no bajan el bolívar, devalúan cuando quieren, sino se atreven inflar el dólar.

En cada espacio de la sociedad comunitaria tradicional en una comparación asimétrica tenemos una "diminuta jaula", allí tenemos la estructura eclesiástica que el Estado debe mantener, más el pueblo con sus ofrendas y diezmos. Al otro lado, una ciudad industrial descentrada, esperando que el mismo Estado descargue del fisco nacional una buena cantidad de dólares para alimentar la banca privada y, estos, a su vez a empresarios y los llamados emprendedores que son vendedores de empanadas y hamburguesas, perfumes y lencería, en conjunto a los dueños de empresas. Es una figura del árbol cimentado en la raíz, reciben licencias sin aranceles para adquirir mercancía del exterior barata al pueblo, y sucede lo contrario.

Lo cierto es que hay deficiencias en las instituciones controladoras del Estado, el balance es tosco e imputa a funcionarios indispuestos y, que tienen otros intereses personales, fuera de lo que refleja el dramatismo y la intermitencia de la conflictividad por el asunto social.

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