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A niveles escatológicos ha llegado la Campaña Electoral en los Estados Unidos, país que pretende imponer, incluso por la fuerza, a otras naciones su deteriorado y devaluado "modelo democrático"
En artículo anterior donde reflexioné sobre los piropos que se lanzan Biden y Trump en la Campaña Electoral que se desarrolla en los Estados Unidos, señalé que la menor calificación que ambos, se hacían y en la que ambos, tenían razón, es que se llamaban delincuentes.
Delincuentes ambos y también el entorno que los rodea, porque ambos candidatos tienen anillos que los acompañan que aprovechan también para meter las manos y sumar billetes a sus bolsillos y cuentas bancarias.
Vimos como un Tribunal de ese país, calificó como delincuente a Trump, determinando, que el ex mandatario había cometido por lo menos 34 delitos, incluyendo complicidad con el Asalto al Capitolio.
Pero igualmente estamos observando que el Tribunal Supremo de Justicia en ese país, acaba de dictar una insólita sentencia, que de haberse formulado en cualquier país, distinto a los Estos Estados Unidos, hubiese sido realmente escandalosa, pero que allí, sus elites son tan corruptas y están embarradas en tantos delitos, que tienen que exculparse mutuamente, porque no alcanzarían las cárceles de ese país, para mantenerlos en mazmorra.
La insólita sentencia a la que me refiero es que el Tribunal Supremo ha sentenciado una amplísima inmunidad para todos los delitos cometidos por Trump, en el ejercicio de su presidencia. La referida decisión, se informa: "La sentencia se ha aprobado con el voto a favor de los seis magistrados conservadores, incluidos los tres que nombró el propio Trump. Lo que demuestra la gran "imparcialidad", que existe allí en la aplicación de la justicia.
A mi entender esta amplísima inmunidad, abarca incluso a delitos criminales que un ex presidente haya cometido, incluyendo el asesinato a sus rivales políticos, lo que demuestra hasta dónde puede llegar la aberración de una justicia partidizada y parcializada.
Ante esa decisión escandalosa a que llegó la mayoría conservadora del Tribunal Supremo, con tres jueces designados personalmente por Trump, sectores progresistas que votaron en contra así opinaron:
"Las juezas progresistas ponen el grito en el cielo por la decisión de la mayoría conservadora. "La decisión de hoy de conceder inmunidad penal a los ex presidentes (en particular a Trump) remodela la institución de la Presidencia. Se burla del principio, fundamental para nuestra Constitución y sistema de Gobierno, de que nadie está por encima de la ley", dicen en su voto particular.
En otras palabras, a las falencias del sistema democrático norteamericano se le agrega ahora, que su en particular Trump y los demás ex presidente son ahora un especie de reyezuelos, inmune por todo acto criminal que cometan en el ejercicio de la presidencia. ¡¡REALMENTE ESCANDALOSO¡¡ . Mientras que por cosas menos relevantes que esas, ellos intervienen a otras naciones y se dan el lujo de calificar a otros presidentes como dictadores. La hipocresía en su máxima expresión.
Pero además de todas las irregularidades, desaciertos y fragilidades que brotan del sistema democrático norteamericano, puestas en evidencia durante esta Campaña Electoral, la diatriba, ha llegado al extremo de los niveles escatológicos.
En una grabación privada que se filtró a los medios de comunicación, donde Trump, comenta con uno de sus allegados, el reciente debate con Biden, así se expresó:
"¿Cómo me fue en el debate de la otra noche? Le di una patada a ese viejo montón de mierda arruinado. Abandona la carrera", dice Trump cuando le preguntan en un campo de golf sobre su actuación del jueves pasado.
Esto le puso la guinda al pastel electoral norteamericano, lo que falta ahora es que Biden califique como tal, a Trump, es decir, que ambos serían un "montón de mierda" y eso, ambos, también, tendrían razón.