1. La población (me incluyo) hemos ignorado los enormes negocios, los arreglos, los intercambios, que políticos, empresarios y narcos hacen en México, por lo menos desde los años ochenta. Caminamos aturdidos, como sonámbulos, sólo guiándonos por los boletines de la TV, radio, prensa y la religión. Los políticos se decían independientes de los empresarios, hoy están integrados al gobierno; hoy con los narcos se reparten miles de millones de pesos y dólares.
2. Si con luchas en las calles no destruimos el capitalismo, que le da más capital y poder a los narcos y millonarios, seguiremos como esclavos, como desde hace más de mil años. Me responden con vigor: "tú serías esclavo" porque yo me gano mi dinero como campesino, obrero, empleado. ¿Olvidas que para que esta sociedad capitalista que vivimos se desarrolle, necesita de la inversión de empresarios, narcos y gobiernos que sepan moverse entre ellos?
3. El capitalismo, para desarrollarse más, ordena continuar vistiendo a la mujer como mercancía, seguir dándole buen trago hasta embrutecer más al hombre y aumentar los deportes, diversiones, sexo y droga, para los chavos. No es culpa de nadie en particular, sino sólo de esa pequeña mafia de políticos, narcos y empresarios que cada vez es más numerosa y acumuladora de riquezas. Estos se morirían de inanición si el 80 por ciento de la población no obedeciera su criminal pensamiento.
4. Sería un loco de remate quien piense que con elecciones y un nuevo presidente se pue acabar con la desigualdad. Hemos tenido en los últimos 100 años más de 20 presidentes y elecciones; los 20, junto a su gabinete, han salido millonarios y la población llorando su miseria y sus muertes. Hay un millón de mexicanos que, por dinero y miseria, así como por regalos, acuden a aplaudir en todos los actos de gobierno sin saber de lo que se trata. Se conoce como manipuleo.