Señales del declive imperial

Lunes, 19/08/2024 10:50 AM

En "El Crepúsculo de la Cultura Norteamericana", Morris Berman identifica cuatro factores comunes presentes cuando una civilización colapsa:

  1. Desigualdad social y económica acelerada. Está situación es muy patente en EEUU. Esto está conectado estructuralmente con la creciente desigualdad mundial entre centro y periferia. Por ahora, el mercado mundial, los estados clientelares de los centrales y la fuerza militar mantiene el sistema mundial amalgamado.

  2. Rendimientos marginales decrecientes, no sustentabilidad. EE.UU. se está volviendo una nación más vieja. El sistema de seguridad social no es sostenible, el crecimiento económico probable no será mayor que la carga.

  3. Alfabetismo disminuyendo rápidamente. Hay un colapso de la inteligencia. En EE.UU. abunda el analfabetismo. 120 millones de adultos no leen a un nivel superior de quinto grado de primaria o son iletrados. La mayoría ve un promedio de cuatro horas de TV al día. El sistema de escuelas públicas está en desintegración y la educación superior se ha reducido al mero entretenimiento y consumo, el conocimiento es una mercancía. Impera el relativismo: nada es absoluto, cualquier valor es bueno, no hay diferencia entre conocimiento y opinión.

  4. Muerte espiritual. Esto existe, pero es difícil verlo desde la cultura misma, el consumismo lo oculta. La nación sólo es capaz de pensar por medio de slogans. Se ignora al otro, hay una creciente incapacidad para relacionarse, hay miedo a involucrarse. Las corporaciones ofrecen entretenimiento en lugar de valores. Es una cultura de rebaño. Es el retrato de EEUU.

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Los procesos civilizatorios son dinámicos, obedecen a la ciencia de la complejidad. Hay decenas de historiadores que han buscado la forma de estudiar la evolución civilizatoria. En todas está el concepto de fases históricas.

Arnold Toynbee estableció una teoría cíclica sobre el desarrollo de las civilizaciones.

Oswald Spengler, en su obra "La decadencia de Occidente" plantea que toda civilización tiene su período crepuscular, durante el cual se endurece hacia una fase clásica, preservando la forma de su idea central, pero perdiendo el contenido, el espíritu esencial. El declive es inevitable en toda civilización, dice.

Alvin Toffler lo expresa en términos de "olas civilizatorias".

En «El Comunismo del Siglo XXI», Jorge Beinstein plantea los ciclos civilizatorios, que pasan por las etapas de ascenso juvenil, madurez, vejez y extinción, y analiza concretamente el caso de la "civilización occidental".

Susan Blackmore sostiene que no somos producto sólo genético, o sólo cultural, sino de ambos. Los humanos, con la capacidad de imitar, creamos, además de los genes, un segundo replicante, el meme. La autora intenta sentar las bases de una ciencia de la memética para el desarrollo cultural, pues no hay antecedentes en las teorías culturales.

P.R. Sarkar establece cuatro tipologías sociales: guerreros, intelectuales, comerciantes, obreros, que se suceden en el control social. No se trata explícitamente de guerreros, intelectuales, comerciantes u obreros, son "tipologías", formas de ser. El control pasa cíclicamente de los guerreros a los intelectuales, a los comerciantes, a través de un proceso evolutivo, y luego a los obreros, a través de una revolución social. Luego se inicia un nuevo ciclo.

Tal vez estemos más familiarizados con el modelo marxista, que plantea la lucha de clases como el motor de la historia. Las fuerzas productivas (la tecnología, la maquinaria, los procesos) de la sociedad van creciendo acumulativamente, más no así las relaciones sociales de producción (si hay relaciones de dominación o de colaboración), que tienden a mantenerse estáticas bajo el control de una clase social. Llega el momento en que la tensión entre ambas es tal que estalla una revolución, que crea unas nuevas relaciones de producción más acordes con el desarrollo de las fuerzas productivas. Una nueva clase social asume el control y se inicia un nuevo proceso de acumulación de contradicciones.

Para mí, uno de los mejores modelos es el de Clare Graves. Afirma que el ser humano no es estático, va cambiando su visión de mundo en la medida que las condiciones de vida y el potencial o capacidad cerebral (psiconeurológico) van cambiando, siempre en forma evolutiva permanente, sin que exista un techo: es un proceso abierto que incluye nuevos sistemas manteniendo los antiguos; se evoluciona hacia niveles de complejidad creciente, en una tendencia espiralada.

Es un proceso sin fin, cuando se activa en nosotros un nuevo sistema o nivel, nuestra estructura psicológica se modifica, así como las reglas de vida para adaptarnos a las nuevas condiciones de vida. De no adaptarse surge el estrés o la desaparición. Esto vale para personas, grupos humanos y sociedades.

Clare Graves llama sistema Biopsicosocial a ese sistema en el que hay una correspondencia entre una "condición de vida" y una "capacidad mental". En términos marxistas, algo parecido a una "formación social" o un "modo de producción".

Los sistemas que van emergiendo se alternan entre los modos "yo" y "nosotros" (dos tipologías), como una espiral ascendente de consciencia, en la que cada nivel incluye y trasciende al anterior.

Cuando una persona está en un modo "yo" significa que prevalece una visión en la que intenta satisfacer SUS necesidades, expresarse por encima de todo, es su prioridad. Cuando por el contrario está en un modo "nosotros", su objetivo primordial es el común, se busca satisfacer sus necesidades COMO PARTE de un colectivo, aunque haya que sacrificarse; ello conlleva una recompensa.

No es que una forma sea mejor que otra, porque en la evolución, en cada vuelta, incluimos la anterior, pero la trascendemos.

Las personas, los grupos y las sociedades van evolucionando pasando alternativamente de modos "yo" a "nosotros" a "yo" a "nosotros" en forma alternada, como un péndulo… Oscila entre un modo "Yo" y un modo "nosotros. … O más bien, como un espiral ascendente, en el que cada vuelta vuelve a coincidir con la anterior, pero a un nivel mayor de conciencia, de complejidad.

El modelo se representa por una espiraloide, vamos del "yo" al "nosotros" al "yo"…en forma alternada y ascendente: Los niveles de existencia emergen progresivamente, pasando del grupo "yo" al "nosotros" en espiral ascendente en mayor grado de complejidad social.

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Bien, con todo esto sólo pretendo confirmar que las civilizaciones nacen, crecen y mueren. Y son sustituidas por otras, que eventualmente incluyen sus aspectos fundamentales, pero los trascienden.

La civilización occidental globalizada no es la excepción. Aunque muy resiliente, el neoliberalismo también cumple con esta ley general.

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Indicadores de decadencia del Imperio norteamericano:

Además de los indicadores generales señalados arriba (Desigualdad social y económica acelerada, rendimientos marginales decrecientes, alfabetismo disminuyendo rápidamente y muerte espiritual) hay indicadores concretos del declive del imperio norteamericano:

  • Arabia Saudita se deslinda del acuerdo del Petrodólar. El régimen saudí ha sido protegido por los norteamericanos, a cambio del compromiso de usar el dólar en los intercambios petroleros. Pero este año 2024, los saudíes se atrevieron a tener voz propia. Nunca antes se había visto esto.

  • Hungría se rebela a la OTAN. Esto era impensable hace unos años.

  • Posición más independiente de Turquía.

  • Las fuerzas imperiales no logran imponerse en Palestina ni en Rusia.

  • Inestabilidad política en EEUU. "Golpe de palacio" a Biden. Movimientos del "Estado Profundo". Protestas.

  • Nuevos países ingresan al BRICS (Arabia Saudita, Emiratos Árabes, Irán, Egipto, Etiopía, y ahora Venezuela). Esto, por sí solo, es tal vez uno de los mayores indicadores del declive de EEUU. El caso Venezuela será la prueba final.

  • La implementación de mecanismos de intercambio en los BRICS multimoneda, usando las monedas de los países miembros. Al menos es un paso, al desdolarizar el intercambio de bienes y servicios, que representa del 1 al 2% del intercambio total de divisas. Sin embargo, el resto de los intercambios sigue siendo en dólares.

Por supuesto, las élites están tratando de ganar tiempo para reformular su sistema financiero en torno a una moneda digital, que sustituya al dólar. No creo que el BRICS pase esto por alto.

 

Creo que hay dos indicadores clave que nos señalarán el momento preciso de la caída de la economía norteamericana serán:

  • Ingreso o no de Venezuela en el BRICS.

  • Comienzo del desmontaje de las bases militares de EEUU en otros países.

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El que la sociedad norteamericana se desplome, no quiere decir que pasaremos automáticamente a un mundo pluripolar. El Estado Profundo Mundial tomará otro rostro.

Pero sí es un desbalance importante que podrá ser aprovechado por la multipolaridad para avanzar.

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Nuestro deseo, más allá de la multipolaridad es la Unidad en la Diversidad. La idea que asomó Lula de un Parlamento del BRICS es importante. Sería el inicio de una gobernabilidad mundial real, desplazando a la ONU. Por supuesto, es imprescindible precisar las características de ese Parlamento. La ausencia de veto es una reivindicación clara. El carácter vinculante de las decisiones es otro elemento fundamental.

Con ese nuevo Parlamento se abre el camino para la paz, a través del desarme, para la sustentabilidad, a través de la construcción de un nuevo sistema financiero y económico, basado en economía circular. Y una era de equidad y justicia.

La Constitución Mundial para la Federación de la Tierra es el mejor instrumento para hacer realidad ese Parlamento de los BRICS.

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