El cambio climático está aquí en Venezuela y no está jugando carritos. El representa una amenaza significativa para la producción agrícola de Venezuela ya que las variaciones en las temperaturas, patrones de lluvia, eventos climáticos extremos y el aumento del nivel del mar están alterando las condiciones óptimas para el cultivo de numerosos productos, aun en nuestro país donde tenemos o teníamos la idea de "aquí no pasa nada".
Este impacto también lo hemos estado viviendo los habitantes de las ciudades en dos efectos evidentes o principales como son las intensas lluvias que nos dejan sorprendidos y acorralados en cualquier lugar y por la otra los grandes calores diarios, que están teniendo un profundo impacto en la salud venezolana.
Es que el cambio climático, como todos ya saben entre sus consecuencias están las sequías más prolongadas e intensas que reducen la disponibilidad de agua para riego, afectan los rendimientos de los cultivos y pueden causar la desertificación de tierras agrícolas. Las lluvias sorpresivas y violentas generan inundaciones y deslizamientos de tierra, destruyendo cultivos, infraestructuras agrícolas y contaminan los suelos con sedimentos.
A su vez las condiciones climáticas más cálidas y húmedas favorecen la proliferación de plagas y enfermedades que afectan a los cultivos, algunas de las cuales pueden ser nuevas para nuestros agricultores. Es necesario hacer un llamado a la comunidad científica, tecnológica, industrial y comunitaria para crear planes de acción reales por tipo de cultivo, región y actores implicados.
De nuestros productos agrícolas se señalan como los más afectados el maíz ya que es sensible a la sequía y a las altas temperaturas, afectando regiones tradicionalmente productoras. El arroz que requiere abundante agua, por lo que las sequías prolongadas reducirán su rendimiento. El café, el cacao y las frutas se verán afectadas grandemente por las altas temperaturas y la falta de lluvias perjudicando la floración, el desarrollo de los frutos y la cantidad y calidad de los frutos.
Otras consecuencias graves e inmediatas, ósea ya, del cambio climático son por una parte la pérdida de biodiversidad por la alteración de los ecosistemas agrícolas y por la otra la reducción o desaparición de la micro fauna que contribuye a la supervivencia de las especies vegetales, cultivadas o no.
Es necesario tomar medidas perentorias para el desarrollo de variedades resistentes a la sequía, las plagas y las enfermedades, mejoras en los sistemas de riego y ampliar los estudios de los suelos agrícolas, es necesario un sistema de alerta que permita monitorear las condiciones climáticas y emitir alertas tempranas sobre eventos extremos.
No se puede decir que el gobierno ha estado completamente de brazos cruzados ante el problema pues han creado organismos relacionados con la situación, como la Comisión Presidencial para el Cambio Climático, el Centro de Investigación para el Estudio del Cambio Climático en el IVIC y un Observatorio Nacional de Cambio Climático en Venezuela, en el Ministerio de Eco socialismo. Aunque otras instancias existen es necesaria la coordinación entre ellos y la incorporación de personalidades e instituciones que deben estar presente en la tarea de planificación, organización y prevención.
No encontramos una estimación específica para el incremento de los efectos del cambio climático en Venezuela a largo plazo sin embargo, se advierte que las zonas tropicales, como nuestro país Venezuela, son especialmente vulnerables a los impactos del cambio climático, incluyendo eventos extremos o catastróficos.
Por todo lo antes señalado es importante el gobierno teme medidas urgentes para mitigar hasta donde se pueda, y adaptarse a los efectos del cambio climático y educar a las comunidades y la población en general sobre esta perturbación inevitable.
Oscar Rodríguez Estrada 25 de septiembre de 2024