El ataque con casi 400 misiles lanzados por Irán contra la entidad sionista, Israel, de acuerdo a informes del CGRI tuvo una efectividad de golpe a objetivos del 90%; fueron destruidos dos aeropuertos militares, un depósito de gas y atacados un cuartel y un centro de inteligencia del Mosad; pero, aunque es importante valorar cuánto daño se le produjo a la estructura militar enemiga, eso no es lo básico, lo esencial del asunto es que el ataque aeroespacial con misiles de Irán, superó al soberanamente reconocido Escudo de Hierro y la Honda de David, que son las más costosas y avanzadas defensas anti misiles con que cuenta Israel y todo Occidente.
La ruptura de las defensas anti aéreas de Israel por los misiles hipersónicos y balísticos lanzados desde más de 2 mil kilómetros de distancia al corazón de Israel, ponen ya en duda el dominio aéreo del famoso domo de hierro. Esa es la derrota militar que el ataque persa puso en exagerada evidencia.
Al ver la lluvia nocturna de misiles, se podía uno imaginar que las Leónidas se habían adelantado.
Miguel Ruiz hizo una metáfora muy sensible y dura, dijo: "Esos misiles son las lágrimas que los niños de Gaza lanzan desde el cielo sobre sus asesinos".
De esta tesis resulta el contraste de los medios y de Washington que centran el quid de la cuestión en subvalorar los daños asociado al ocultamiento de lo esencial del ataque: el viaje lejano de los misiles realizado en doce minutos, cruzar el cielo superando el domo de hierro y cayendo masiva y efectivamente en el corazón de Israel. En esa derrota de Superman, hasta RT ha quedado atrapado en ese maremágnum subvalorante y ocultador de la verdad.