"La vida no vale nada si escucho un grito mortal y no es capaz de tocar mi corazón que se apaga. La vida no vale nada si ignoro que el asesino cogió por otro camino y prepara otra celada".
(Pablo Milanés).
Cuando la vida no vale nada no es un documental; tampoco es una película mexicana de 1955 dirigida por Rogelio A. González y protagonizada por Pedro Infante, Lilia Prado, Rosario Granados y Magda Guzmán, donde se narra la historia de un hombre deprimido, borracho y melancólico, que vaga sin rumbo y que conoce personas que le brindan la oportunidad de demostrar su valor humano, pero que al final siempre escapa o se deprime por una pena que posee dentro del corazón, aunque tratará de descubrir cuál es su razón de ser en el mundo, viendo su vida en retrospectiva y así poder hallar su destino.
No, es, más bien, la triste realidad vivida este último año por niños, mujeres y ancianos inocentes, que ha sido víctimas de un genocidio ante la indolencia e indiferencia de muchos gobiernos del mundo.
Si alguna duda queda al respecto, de que la vida no vale nada, sólo hagamos alusión al año transcurrido desde el 7 de octubre del año 2023, en la Franja de Gaza.
Veamos
La cifra, oficiales, de víctimas mortales por los ataques de Israel en Gaza supera los 42.000 y los heridos ya llegan a casi 100.000.
Sin embargo, otras fuentes estiman que al menos 186.000 personas residentes en la Franja pueden haber muerto, directamente por balas y bombas o indirectamente por falta de atención médica, escasez de alimentos o falta de instalaciones sanitarias. Es más, del 8% de la población total.
Otras 97.000 personas resultan heridas, una cuarta parte de las cuales quedan mutiladas para el resto de sus vidas. Además, han sido destruidos el 60% de las casas y edificios de Gaza.
Se dice, y así lo venden los dueños de las redes sociales (la Píldora azul), es que la invasión y los bombardeos genocidas son una respuesta a la llamada "Tormenta de Al-Aqsa", operación militar sin precedentes liderada por HAMAS el 7 de octubre de 2023, que conmocionó a la ocupación israelí y a sus patrocinadores occidentales, y desmontó el mito de la invencibilidad militar e inteligencia del régimen de Tel Aviv.
Ese día perecieron, según la información que circula, 1.145 personas del lado israelí. Lo que los principales medios de comunicación a menudo no mencionan es que un tercio de ellos eran soldados o agentes de policía y que una cantidad indeterminado de víctimas israelíes también fueron víctimas del propio ejército israelí.
Dada la gigantesca desproporción de las cifras de muertos (186.000 frente a 1.145, es decir, una proporción de 162/1), es difícil hablar de represalias. Desde el comienzo de la invasión hubo llamamientos dentro del gobierno israelí para deportar a toda la población de Gaza. Quizás sea esta la verdadera razón de esta guerra brutal y genocida. El ataque sorpresa fue una excelente excusa para llevar a cabo viejos planes de deportación.
La cantidad excepcionalmente alta de muertes entre la población civil, la destrucción sistemática de los servicios de salud y la inanición deliberada de las y los habitantes de Gaza ciertamente confirman esa suposición.
Oficialmente, el gobierno israelí tenía dos objetivos: eliminar a Hamás y liberar a los rehenes. Pero, ha quedado claro que la liberación de los rehenes no es una prioridad para Netanyahu, sino todo lo contrario, en tanto ha rechazado todos los intentos de negociación. Cada vez está más claro que el gobierno israelí genocida no busca negociaciones ni paz, una tesis que confirma el asesinato de líderes de Hezbolá y Hamás que estaban dispuestos a negociar.
En las últimas semanas el ejército israelí ha abierto un nuevo frente en el Líbano con la esperanza de arrastrar a Irán a esta guerra. Espera así, con el apoyo de Estados Unidos, asestar finalmente un golpe decisivo a su archirrival. Por ahora, la respuesta de Teherán ha sido muy controlada, pero puede que estemos al borde de un gran conflicto en Oriente Medio.
El genocidio que el ejército israelí está llevando a cabo hoy en Gaza no es un descuido, sino la consecuencia lógica de un proyecto imperialista y colonial que surgió a finales del siglo XIX: el sionismo.
Lo ha quedado evidenciado
En este año hemos evidenciado que EEUU, como "país de la guerra perpetúa" (Jeffrey Sachs) ha gastado la cifra récord de al menos 17.900 millones de dólares en ayuda militar a Israel desde que comenzó la guerra en la Franja de Gaza, según el informe del proyecto Costs of War de la Universidad Brown,
Otros 4.860 millones de dólares se han destinado a intensificar las operaciones militares estadounidenses en la región desde el 07/10/2023, incluidos los costes de una campaña dirigida para sofocar los ataques de los hutíes de Yemen contra buques comerciales en el mar Rojo.
Según el mencionado informe, Israel -protegido por Estados Unidos desde su fundación en 1948- es el mayor receptor de ayuda militar estadounidense de la historia, con 251.200 millones de dólares ajustados por inflación desde 1959.
Gran parte de las armas estadounidenses entregadas en este año fueron municiones, desde proyectiles de artillería hasta cañones rompe búnkeres y bombas guiadas de precisión.
Es crucial reconocer que los mismos crímenes que Estados Unidos cometió en Irak en 2003, justificados a través de narrativas similares, se están replicando hoy en Gaza y Líbano con el disfraz del mesianismo blanco y las ideologías orientalistas arraigadas en Occidente.
-Desde el comienzo de la invasión, los países occidentales se pusieron firmemente del lado de Israel. Un año después de la invasión de Gaza Israel puede proseguir sus actividades sin ser molestado y se siguen enviando armas a Israel desde puertos occidentales, eso a costa de su autoridad moral en el resto del mundo. Por lo tanto, la guerra contra Gaza está acelerando el deterioro de las relaciones Norte-Sur.
-Desde Occidente se continúa con la hipocresía de representar a los palestinos como "inferiores", mientras se retratan a sí mismos como superiores. Por tanto, se ha estado en presencia de una batalla cultural, donde los palestinos, con su orgullo e identidad, deben luchar contra el racismo y los prejuicios que devalúan sus vidas en comparación con las vidas occidentales.
Este patrón se extiende a Líbano, donde los crímenes de guerra israelíes han provocado discusiones sobre invasión bajo el disfraz de la supuesta "autodefensa".
-El genocida Benjamín Netanyahu, con motivo del primer aniversario de la incursión palestina en Israel, y con total desfachatez, declaró: "Mientras el enemigo amenace nuestra existencia y la paz de nuestro país, seguiremos luchando. Mientras nuestros rehenes sigan en Gaza, seguiremos luchando". La llama "misión sagrada".
Netanyahu sostuvo que su país está luchando "para llevar la luz al mundo", por ser el suyo "un pueblo que se esfuerza por difundir el bien y erradicar el mal".
Aseguró que la victoria israelí sería no solo por su propio bien, "sino por el bien de las generaciones futuras y por el bien de toda la humanidad", y que cuando suceda se reconstruirán las regiones recuperadas a una escala mucho mayor. "Aferrándonos a la raíz, rebrotará el árbol de la vida".
-En este año se ha comprobado que la solidaridad no es una quimera o una utopía, y eso ha ocurrido en un mundo donde prevalece el hedonismo, el egocentrismo, el yoismo, y el narcisismo, según el filósofo surcoreano, Byun Chul Han. Un país que se llama oficialmente República de Yemen, con una población superior a los 32 millones de habitantes, a costa de la tranquilidad de su pueblo, ha estado del lado correcto de la historia.
-China y Rusia, por su parte se han puesto del lado del instrumento de la paz.
-Desde América Latina y El Caribe, en muchos países, se ha condenado la complicidad de Occidente en los crímenes de Israel contra palestinos.
-Pero, también se ha comprobado que aún existe mucha división en el mundo árabe.
La lucha de Gaza es la lucha de todos nosotros.
Importante tener claridad en que la vida lo es todo. Sin vida no hay nada. De allí que "la batalla de Gaza es la batalla de todos nosotros", dijo la antropóloga libanesa Leila Ghanem, citando a Miguel Urbano: "Allí donde el imperialismo concentra sus fuerzas militares, políticas, económicas y mediáticas, quienes le hacen frente lo hacen en nombre de toda la humanidad".
Durante el último año, ciertamente hemos sido testigos del genocidio del pueblo palestino, pero también hemos presenciado la lucha de la resistencia en Palestina y la dignidad del martirio demostrada por aquellos en la primera línea de esta guerra.
Los luchadores por la libertad han confrontado valientemente la maquinaria de guerra sionista, y es esencial reconocer el papel del Eje de la Resistencia, desde Líbano hasta Irak y Yemen, que no sólo ha protegido al pueblo palestino, sino que también ha enviado un poderoso mensaje al mundo.
Mientras los gobiernos israelí y estadounidense siguen bloqueando esta propuesta diplomática en las Naciones Unidas, se sigue en la lucha porque Palestina se convierte en un Estado reconocido por los países más poderosos del mundo. Una amplia mayoría de países la apoya como salida a la vía de la violencia. Aparte del necesario alto el fuego, esta declaración sería un paso importante para una resolución del conflicto. Sería un paso decisivo hacia el fin de la ocupación y la violencia.
La "excepción israelí" debe terminar. El pueblo palestino oprimido y aterrorizado, y su resistencia a este "último proyecto colonial", han adquirido un gran valor simbólico.
Hoy, en día, el Eje de la Resistencia lucha en todos los frentes, incluida la batalla contra el racismo y la discriminación.