Traducción desde el inglés por Sergio R. Anacona
*/9//**/11 es un fenómeno que podría denominarse enfermedad, cuando uno se detiene a considerar cómo es que ha tenido éxito en no ser examinado o debidamente investigado./*
Vino y se fue casi inadvertido. Dado que el 9 de Septiembre es sin duda alguna el más grande transformismo de la justicia norteamericana en la historia de este joven país –y quizás su más grande traición contra su propio pueblo –esto no es sorprendente. En tanto Harris y Trump hicieron sus presentaciones y se escribieran algunos artículos que solo repasaron los mismos puntos del diálogo, toda la nación sangraba. El once de septiembre es un fenómeno que en realidad no puede ser comparado con nada. Este casi podría denominarse una enfermedad cuando Ud. se detiene para considerar cómo ocurrió y cómo ha tenido éxito para que nunca haya sido examinado o debidamente investigado para proteger a George W. Bush, Dick Cheney, Condo Rice y posiblemente a cantidades de agentes del servicio secreto que sí estuvieron involucrados. Si, el 11 de Septiembre es en realidad una enfermedad que no tiene cura. Solo unos poquísimos lunáticos vestidos de blanco que la crearon son inmunes a ella.
¿Cómo hace la mayoría de los norteamericanos para calarse a terroristas que dirigen aviones contra el World Trade Center en la ciudad de Nueva York? ¿Y luego tener que calarse la simple noción que fue realizado enteramente con el conocimiento y el apoyo de su propia oligarquía? La respuesta es que no es así. La mayoría de los norteamericanos sencillamente cerró ojos y oídos y se negó a ver y escuchar, hasta ahí se extiende la adoración que sienten por su país y su estoico rechazo a enfrentar una realidad que han disfrutado por más de trescientos años negándose a creer: que las clases dominantes de Europa en el siglo XVII quienes manipularon a las clases trabajadoras al servicio de sus propias y podridas necesidades y que sencillamente transfirieron el modelo comercial por la vía de los Padres Peregrinos cuando se formó Estados Unidos. La idea de que Estados Unidos se construyó como una "solución" a la depravación de Europa es una farsa. Literalmente se trata de una broma enfermiza.
En el aniversario número 23 del 11 de Sept., los dos escenarios que poquísimos norteamericanos guardan y que se preocupan, son igualmente asombrosos. Que
George W. Bush y sus compinches /se dieron cuenta/ de un inminente ataque terrorista y sencillamente dejaron que pasara; o peor aún, /ellos eran parte de su planificación/ desde un comienzo y pasaron meses preparando cada uno de los detalles.
Quien quiera que haya sido el que lo planificó, se aseguró de algo de manera meticulosa:
Que el pueblo norteamericano nunca siquiera estuviera cerca de encontrar la verdad acerca del día cuando aviones comerciales mataron a más de 2500 personas. Ni un solo periodista norteamericano que trabajara para Fox, CNN o el Times o el Post perdiera un día siquiera de trabajo en la oficina aunque sea escarbando buscando restos residuales de evidencias –en gran medida anecdóticas de parte de individuos y enfrentarse a un bautismo de persecución, despido laboral, cárcel e incluso ser asesinado.
¿Qué nos quedaría entonces? Serían los "buscadores de la verdad" cariñosa pero condescendiente denominación dada a los miles de norteamericanos que no creen en la narrativa que les presenta la Comisión NIST la cual recurre a Internet para producir documentales de aficionados o semi profesionales –los cuales están todos marcados por el mismo pincel de la "teoría conspirativa" de la prensa corporativa.
Pero, los operadores de la teoría conspirativa todavía plantean preguntas pertinentes que apuntan hacia evidencias incendiarias que aún existen hoy en día. Y a diferencia del asesinato de John F. Kennedy a las familias de los 2500 del 9 de Sept. les fueron robados sus seres queridos por un complot del gobierno que generó ganancias para aquellos que estaban en ese momento en cargos de poder lo cual hace que el caso sea único a varios niveles. Si los norteamericanos creen en la democracia como un derecho desde el nacimiento, luego entonces ellos merecen saber qué fue lo que realmente pasó ese día. Ciertamente las familias a las cuales se les ha dejado con una versión oficial la cual está muy lejos de la verdad y que es apenas creíble.
Tenemos la tendencia a creer que Estados Unidos es un lugar bastante loco. La Internet es un lugar lleno de trucos publicitarios, hilarantes, estúpidos, extraños y locuras que los norteamericanos captan diariamente en películas, sin embargo lo que no hemos visto es a alguien llegar a un edificio abandonado de concreto armado y anegar los pisos superiores con gasolina y luego prenderle fuego. ¿Si alguien hiciera eso en nombre de la democracia, cómo CNN y Fox informarían sobre el incendio cuando decididamente, se haría evidente que el edificio no se desplomaría?
Los edificios de concreto armado no se caen debido a un incendio. El nivel de temperatura generado por la gasolina ardiendo no está ni siquiera cerca de quebrar o doblar las columnas verticales que los mantienen unidos. Esto es materia de tercer grado en ciencias en la escuela.
Y a pesar de los aviones que fueron enviados contra los 13 cementerios – o "hueseras" como suelen llamarles en Estados Unidos, todo el tiempo, nadie en Estados Unidos ha volado hasta ahora uno de estos aviones contra un rascacielos vacío de concreto armado como parte de un experimento – ni el estado profundo, ni personas privadas. Absolutamente nadie.
Si cualquiera de estos experimentos se hubiese realizado, el pueblo norteamericano hubiese agachado y se negaría a ser arrastrado hacia la zona de la teoría de la conspiración, no tendría otra alternativa que enfrentar a su más horrible demonio.
Los aviones no derribaron las Torres Gemelas. Tampoco el incendio que ellos crearon. La evidencia que lo demuestra es en extremo asombrosa ya que nunca ha habido ningún edificio de concreto armado antes del 9 de Septiembre que se haya incendiado. Ni siquiera uno.
El aspecto más extraordinario del 11 de Septiembre es la patenta extensión del encubrimiento. Aquellos que lo llevaron a cabo, con certeza se aseguraron que no se realizara una genuina investigación. A pocos días que Bush parado en medio de los escombros posara para las fotos con los bomberos, las vigas de acero que sostenían el edificio y le brindaban una fortaleza característica y única, habían sido retiradas del lugar y embarcadas hacia China. Era críticamente importante que los investigadores no tuvieran acceso a ellas para examinarlas como parte de la investigación.
Las vigas de acero no pudieron quebrarse a las bajas temperaturas a que arden los combustibles de aviación, particularmente durante escasez de oxígeno. Esas vigas necesitan para arder temperaturas mucho más altas, alrededor de 1300 grados Celsius hasta que finalmente se doblen y quiebren. Para alcanzar esta temperatura y quebrar las principales vigas de apoyo vertical, se requiere de Termita la cual fue encontrada en abundancia en el sitio. Había literalmente toneladas de ella en el polvo. Y como cientos de arquitectos e ingenieros lo han declarado, para conseguir la "caída libre" del edificio se requiere artificiosamente de una "cierta resistencia cero" de parte de cada piso, lo cual puede solo conseguirse a través de una demolición controlada de cada piso de manera perfecta. No se trata de una teoría de la conspiración.
Existen factores demostrados por la historia y apoyados por profesionales de todo el mundo.
Pero los medios de prensa corporativa de ningún modo se van a acercar para reconocer estos aspectos. Ni siquiera por el hecho de las diferentes declaraciones hechas por los bomberos, quienes mencionaron haber escuchado explosiones poco después que las torres se desplomaran. La mayoría de los norteamericanos cree lo contrario y eso agrada a la prensa corporativa y a la elite que la controla. Los norteamericanos creen en la teoría del colapso de la torta lo cual es el colapso de un piso sobre otro al tiempo que las vigas de apoyo colapsaban y ya no podían sostenerlos.
Además, solo el peso acumulado hizo que todo cayera en perfecta sucesión.
En tanto los norteamericanos decidieran creer que un acto de terrorismo tan espantoso no podría tener las huellas dactilares de George W. Bush y sus colegas a pesar del hecho, él se aseguró fácilmente un segundo período y las ambiciones de su padre se concretaron: /intervenir en Irak y Afganistán, donde fue a saquear y devorarlo todo/. Irak tenía mucho petróleo.
Afganistán estaba maduro para un acuerdo petrolero de alrededor de cinco trillones de dólares el cual era un proyecto modelo de una empresa energética californiana en la cual la familia de Bush tenía intereses. En todo caso ¿Quién lo diseñó? Los israelíes no pueden ser descartados puesto que ellos también tenían algo que ganar utilizando del 11 de Sept. como vía para alimentar el odio de Occidente hacia los musulmanes –que es algo que ha funcionado perfectamente bien ya que la invasión de Irak condujo hacia la creación del ISIS lo que posteriormente produjo un número de ataques terroristas en países occidentales. En realidad, el actual genocidio israelí posiblemente no habría sucedido si no fuera por el alto número de horribles asesinatos en Europa de parte de terroristas buscando una alianza con la agrupación.
Unamos la línea de puntos.
Pero el contexto histórico en el aniversario del 11 de Sept. no es importante para la prensa occidental. Estos medios de prensa saben muy bien que estamos a décadas de siquiera estar cerca de denunciar una verdad de mal gusto acerca de los ataques contra las Torres Gemelas.
Y posiblemente, aún a cincuenta años de distancia de obtener lo que realmente los ciudadanos norteamericanos necesitan para curar lo que probablemente es la más dramática experiencia que han tenido desde el ataque a Pearl Harbor, una segunda investigación.
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