Como la manzana de Newton, ha caído la visión superlativa del poder imperialista

Domingo, 20/10/2024 12:41 PM

Mirando una sección de la trayectoria de las guerras imperialistas del siglo XX y XXI, se puede considerar como triunfos temporales, detener el avance del movimiento revolucionario latinoamericano posterior a la revolución cubana, la caída de la Unión Soviética y la toma del control hegemónico mundial, subsiguiente al derrumbe socialista.

Los eventos conocidos son la destrucción de la Guardia Revolucionaria junto a la captura de Noriega en Panamá, la destrucción del proyecto revolucionario de Moris Bishop en Granada, golpe de Estado a Salvador Allende en Chile, el sabotaje a la URNG de Guatemala y el aislamiento de los movimientos guerrilleros de Brasil, Venezuela, Colombia y el fusilamiento del Ché Guevara en Bolivia.

Casi de esta misma manera el imperialismo recolonizó África.

Aunque sobrevivieron los movimientos revolucionarios FARC de Colombia, el Frente Sandinista en Nicaragua y el FMLN de El Salvador, las cartas ya estaban tiradas en la mesa; Estados Unidos retomaba el control hegemónico mundial perturbado por el comunismo.

En Europa, el Medio Oriente y el Norte de África, los imperialistas, Washington y la Otan, lograron detener la influencia socialista en el Medio Oriente y fortalecer su portaviones terrestre, Israel, neutralizaron a Egipto, derrotaron a Siria, dividieron Yemen, sometieron Jordania, afianzaron la alianza con Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, El Líbano y establecieron un gobierno pro norteamericano en Irán.

Junto a estas iniciativas geopolíticas lograron también disgregar Yugoslavia, destruir la Yamahiriya y llevar a cabo el magnicidio de Kadafy, derrotar a Sadam Huseim. Invadir Afganistán. Todo iba en ruedas solo faltaba invadir Rusia y serían los amos del planeta y consolidar la filosofía del fin de la historia.

Pero, las cosas empezaron a ponerse mal, cuando los pueblos árabes, persas islamistas fueron reconsideraron desprenderse del dominio imperial. Irán estalló en una revuelta anti norteamericana y contra la cúpula pro yanky del Sha. Los movimientos guerrilleros de los cuales formaba parte Bin Laden enfrentaron la invasión imperialista a Afganistán, el gobierno de Bashar Al Assad luchaba contra los terroristas financiados y armados por Estados Unidos, los palestinos de la OLP enfrentaban la ocupación israelí y los yemeníes enfrentaban la agresión de Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos.

Esta reacción de los pueblos y sus organizaciones en el Medio Oriente se fue emparejando con la reacción de los rusos que vieron amenazados sus intereses tanto por el conflicto en Afganistán, en el Medio Oriente y principalmente en Ucrania, que inevitablemente fue subiendo el conflicto a niveles convencionales de guerra, que duran ya muchos años.

Como decantación histórica y lógica de los conflictos, Washington y la Otan pierden las guerras donde las resistencias se aferran a su creencia, el amor a su tierra y la determinación a enfrentar con valentía al imperialismo, prolongando el desenlace de las guerras y extendiéndolas a un tiempo de resistencia prolongada.

Así sucedió en Afganistán, en Siria, en Ucrania y ahora en el Medio Oriente o Asia Central. La prolongación del conflicto por más de una década condujo a la derrota de Washington y la Otan en Afganistán, la unidad de Hezbola, Rusia y el ejército sirio de Bashar Al Assad, provocó la derrota estratégica de Washington, la Otan y sus grupos terroristas del ISIS.

Lo mismo está sucediendo en la guerra de Rusia contra Washington y la Otan en Ucrania; después de una década de conflicto, Ucrania y la Otan han tenido un millón de bajas y pérdidas de cantidades gigantescas de todo tipo de armamento, con el agravante de haber perdido Crimea, Donetsk, Luganks, Zaporozhie y Jersón.

Y después de un año de masacres sobre Palestina, El Líbano y la disuasión terrorista sobre Irán, el portaviones terrestre de Estados Unidos y la Otan, está siendo derrotado y atacado en su estructura militar y psicológica social.

Estos eventos militares han ido acompañados de un movimiento económico y diplomático, BRICS PLUS, que está sustituyendo el dólar y afianzando las alianzas económicas entre los países que se integran.

Se puede anticipar que, en un tiempo cercano, la paridad geopolítica, económica y militar estará pasando la factura al hegemonismo y dominio geopolítico post Unión Soviética, que habían conseguido y festejado los imperialistas.

Los rusos por su parte y los del Eje Islámico por la suya, han botado en la guerra la visión superlativa del poder tanto de Washington como de los sionistas colonizadores. Y con sus mártires convertidos en héroes, avanzan determinados a detener la ocupación, y el dominio colonial sionista imperialista.

Ahora, esos "que traen tufillo a pólvora o a hongo nuclear, a la fetidez de la muerte por las guerras. Un hedor que no disminuye sea uno u otra quien ocupe la Casa Blanca, donde los poderes que representan parecen preferir los escenarios bélicos, las amenazas y chantajes, las sanciones unilaterales y las medidas de asfixia a los pequeños que se rebelan o a los grandes que pretenden derribar." Fuente-Diario Octubre- Juana Carrasco Martín- Juventud Rebelde.

Hablando de los mismos criminales, hoy, están dentro de un panorama sombrío, pues, la realidad donde brilla heroica la resistencia de los pueblos, donde juega un papel esencial la sobrevivencia cultural y se busca las relaciones de respeto mutuo en las relaciones internacionales y la economía, crea una expresión espiritual que no solo resquebraja los argumentos de hegemonismo y dominio sostenido por estos imperialistas, sino que también, crea en los medios, en los discursos de los protagonistas y en los receptores de la información, una visión nueva del mundo.

Manera de pensar que podríamos presentar como más humana, valiente, solidaria, respetuosa de la soberanía de los países y sus culturas y apegada a un Derecho Internacional justo.

Este nuevo pensamiento nos permite poner claras las cosas, y afirmar que, en el espectáculo de sangre, dolor continuo y destrucción, tanto en Rusia como en Oriente Medio y del cual somos testigos, son lo mismo Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Alemania y los ejércitos de Israel y Ucrania; también nos posibilita entender que para cumplir sus propósitos expansionistas y de ocupación, a estos criminales referidos no les importa la sangre que se derrame.

Pero, lo más importante es que desde este nuevo punto de vista podemos apreciar que, así como la caída de la manzana de Newton, está cayendo la visión superlativa del poder imperialista.

Este momento está impactando en la lucha y en las ideas anticolonialista en África, el sur de Asia y América Latina no debe quedar atrás. Vamos Venezuela, carajo.

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