Como la inmensa mayoría de los países, los jóvenes son libres para que se alistan al servicio o la academia militar, serán asalariados, uniformados, entrenados, condecorados, y reconocidos dentro de sus desarmadas sociedades civiles, como respetables y honorables soldados y oficiales. Es una carrera de 30 años, las obediencias es el único camino valido para ascender de rangos, después de las ex jugosas jubilaciones, se afana al campo políticos, seguridades y consultores de los grandes tentáculo de la maquinaria global, pero si se revelaban en contra las inmorales e inhumanas ordenes, fueron encarcelado e inclusive degradado de rango. Los militares son fuerzas armadas constituidas para obedecer la constitución y a los males necesarios, corruptos e ineptos políticos. Son admirados entre sus habitantes, sus tiras, estrellas y soles se ambicionan, simbolizando su tiempo en servicio y vuestra sumisión al oficio. Su trabajo consta en concebir la seguridad de los ciudadanos, y resguardar las fronteras.
Los Green-go adrede no les permiten al Líbano tener un ejército medianamente armado, para que no pueda cumplir intencionalmente sus obligaciones, neutralizar cualquier transgresión interna y en especial la externa. Las jugosas sumisiones de las mayorías de los políticos, negociaron los cumplimientos incondicionales, mientras las valerosas fuerzas armadas libanes, fueron traicionados por los dirigentes estatales, jamás les permitieron poseer las más mínimas indumentarias para enfrentar al enemigo de siempre, acompañado por el mundo occidental, con un sueldo de 100$, aun así no se esconden a sus compromisos y deberes. Desde la independencia, el país siempre estuvo a merced de los invasores israelíes, mantener el orden constitucional dentro del estado es igualmente juramentado al compromiso de lealtad a la nación. Vuestras imposibilidades a sus responsabilidades la retomaron igualmente los hijos de la misma tierra, emergiendo como vuestros sustitutos, para plantarse a los peligrosos tributos de batallar a los enemigos de siempre.
Indiscutiblemente el alto mando militar, debe honorar a quien honor merece, no tiene el más mínimo pretexto, de no pagar la deuda que les deben a sus sucesores, salvaguardando la retaguardia de la resistencia, tendría que poner mano de hierro, manteniendo el orden constitucional dentro del país, es vuestra obligación y sacrificio al Líbano. Los hostiles y traidores se encuentra irrumpiendo con ordenanzas malignas, para desestabilizar la nación por dentro, en plena guerra. Ambos, el ejército tiene una difícil estratagema interna patrocinados por los mismos que la resistencia enfrenta a la OTAN, ONU, Tribunal Internacional de Justicia, Corte Penal Internacional.
Con la ausencia del ejército libanés, Hezb Álah, es la última y única línea de defensa del pueblo antes los criminales y terroristas sionistas. Los honorables muyahidín, no cuenta con una jugosa y cómoda jubilación de vida, mucho menos condecoraciones gubernativas y privilegios económicos, son simplemente honorable mortales. El día que termine la guerra, aparecerán los males necesarios políticos, florecen como gloriosos, cosechan los laureles y luego asechan los caudales.
Para la resistencia libanés, siempre son ganadores, conquistan la gloria con deseo cumplido, cuando se martirizan e igualmente son los vencedores cuando logran las victorias, ganan en ambas perspectivas, jamás perderían, porque son imperecederos por generaciones, si se mantiene las invasiones. Para los militantes de Hezbulah, es literal, independencia o martirio, jamás se humillaran. Se alistan cuando el destino los llama, pero llegara el día que depondría las armas al merecido agradecimiento del ejército, cuando israel deja de ser un estado sionista, (nunca) evolucionando a una nación democrática e igualitaria para todos los judíos, cristianos y musulmanes, (igualmente nunca). Los militantes de la resistencia no tienen privilegios o posiciones dentro del estado, y su finiquito siempre termina siendo injusto.