Las expectativas que habían con aquello de las elecciones de EEUU, ya tienen respuesta, Donald Trump, asumirá por segunda vez la presidencia del imperio norteamericano, el 20 de enero del año próximo.
Las encuestas, a pesar de los 4 juicios penales que hay en su contra, siempre lo dieron como favorito para ocupar nuevamente la "Casa blanca", y asi dirigir, desde ese lugar, las políticas de un nuevo gobierno en el país del norte.
De nada valió tampoco que Trump, una vez que perdió las pasadas elecciones, fuera duramente cuestionado, una vez que apoyó la toma violenta del Capitolio de esa nación.
En esta nueva entrega se nos hace engorroso pedirle a Trump, tal como se le exige al presidente Nicolás Maduro, que presente las actas del resultado electoral que lo dieron como ganador absoluto, por cuanto el Sistema Electoral de EEUU es totalmente distinto al común de los procesos electorales que rigen a la mayoría de los países del mundo.
Ese Sistema Electoral, que priva en EEUU, es tan extraño que aún cuando el número de votos de los ciudadanos pueda ser mayor en favor de un determinado candidato, necesariamente no tiene que ser el Presidente escogido, por cuanto el voto definitivo que se impone y lo elige es el que se da a través del Colegio Electoral.
Vale destacar que este Sistema aún cuando ha sido objeto de múltiples debates y reformas, a lo largo de los años, se mantiene intacto desde la creación de la Constitución en 1787.
A manera de ilustración, es bueno recordar, por ejemplo, que en los comicios electorales del 2016, Donald Trump fue elegido presidente con 304 votos electorales, mientras que Hillary Clipton ganó el voto popular con una ventaja de casi 3 millones de votos.
Esta situacion también se dió en el año 2000, tras darse como ganador a George Busk, con 271 votos electorales, aunque su oponente, Al Gore, obtuvo 500 mil votos populares más.
Ya antes esta situación se había dado en 1888 y en la elección presidencial de 1876.
A partir de 1951, de acuerdo a una enmienda, el mandato presidencial en EEUU está sujeto a dos períodos consecutivos, es decir a una sola reelección.
El Colegio Electoral, que elige al Presidente y al Vice-Presidente, está compuesto por 538 electores, distribuidos entre los estados en función de su representación en el Congreso de Estados Unidos.
También lo integran 435 miembros de la Cámara de Representantes, basados en la población de cada estado, y 100 senadores, incluyendo 3 electores asignados al Distrito de Columbia, es decir a Washington D.C.
Para ganar la presidencia un candidato necesita obtener una mayoría absoluta de los votos del Colegio Electoral, es decir al menos 270 votos electorales.
Los electores se eligen de acuerdo a la población de cada estado.
Es por ello que el común de la gente no vota de manera directa por el presidente, sino por estos electores que se "comprometen" a votar por el candidato que gana el voto popular en su estado.
De allí que pueda darse el voto desleal cuando se vota diferente.
Ante esta situación se asegura que EEUU contiene leyes para condenar a los responsables de estos casos.
Ya es un hecho, entonces, que Donald Trump, es el nuevo presidente de EEUU.
En su campaña electoral dejó saber que está en contra de la inmigración, pero al mismo tiempo desea que se construya el muro fronterizo con México.
Propone, igualmente, intensificar las deportaciones de inmigrantes indocumentados, con un enfoque en aquellos que han cometido delitos graves.
Plantea también endurecer las políticas de asilo, asegurando que las personas que lo soliciten, lo hagan desde sus propios países de origen, o de terceras naciones seguras.
Aquí vale comentar que si bien es cierto esta nueva política relacionada con la inmigración afectará a un número importante de venezolanos, no es menos cierto que también producirá efectos negativos al aparato productivo de Estados Unidos, sobre todo al sector agrícola y al de la construcción.
Los primeros en quejarse serán los propios productores norteamericanos, los dueños también de industrias y comercios, que verán mermadas las posibilidades de contratar mano de obra barata.
Vale destacar que muchos empresarios, que contratan mano de obra foránea, se ahorran o evitan tener que pagar seguros de hospitalización, derecho a la educación, vivienda, pago de prestaciones por servicios prestados, incluyendo indemnización doble por despido, etc, etc.
Hace solo unos días atrás el gobernador de la Florida, ante los daños que ocasionó el huracán a su paso por esta región, reconoció que se necesita mano de obra barata, de seguro, de los propios inmigrantes, aún cuando el gobierno decretó antes sendas leyes, que impiden que estos extranjeros sean recibidos y apoyados en ese estado.
Trump, en materia de política exterior prometió asimismo continuar aplicando sanciones y tarifas a productos chinos, argumentando que es necesario corregir lo que el llama "abusos comerciales".
También propone un plan preciso para parar el conflicto armado entre Ucrania y Rusia, y una "idea"¿? para China.
Trump por igual propuso retirar a EEUU de conflictos militares en el extranjero.
Sobre este particular nos sobrevienen dudas, por cuanto no creemos que esta propuesta tenga el debido respaldo de los dueños de las empresas armamentistas, que son los primeros en promover por todo el mundo los conflictos armados entre naciones, que le representan ganancias jugosas por las ventas de armas.
A menos que la propuesta sea para no enviar tropas norteamericanas.
Recordemos que EEUU en estos momentos asiste de manera financiera y bélica a Israel, para que agudice la crisis de la guerra que mantiene en contra de Palestina, pero ahora también en perjuicio de el Líbano, Irán y Siria, todo con la idea de desestabilizar por completo al Medio Oriente.
Hablando de Venezuela, Trump ha dejado saber que endurecerá las sanciones contra el país, con miras que el gobierno revolucionario colapse por completo, y así dar con el traste de la Revolución Bolivariana.
Aún cuando la oposición de la extrema derecha pide a gritos que se produzca una invasión armada contra Venezuela, no creemos, o al menos tenemos duda, que Trump acate ese llamado criminal y antipatriota, por cuánto sería ir en contra de un país que siempre le ha garantizado a EEUU la seguridad energética, con el envío constante de petróleo.
Además sería provocar una crisis violenta en toda la región, que de hecho pudiera involucrar a otros países tanto de nuestro Continente, y tal vez fuera de él.
Además sería una acción contradictoria a las promesas previas que hizo durante su campaña electoral.
Trump, por otra parte, dejó saber también que no apoya el aborto, y que sigue siendo un defensor firme del derecho a portar armas en su país, como lo establece la 2da. enmienda de la Constitución de los Estados Unidos.
Las cartas están echadas, solo habrá que esperar que Trump asuma la presidencia el mes de enero venidero, mientras Venezuela igualmente se prepara, no sin antes estar dispuesta al diálogo, en el mayor marco del respeto, sin renunciar a su derecho de ser un país independiente, libre y soberano, para recibir también al presidente Nicolás Maduro, a los fines de darle cumplimiento a otro período presidencial.