Mi palabra

Karol G, no terminó el abecedario y por eso es una analfabeta en la música

Martes, 12/11/2024 12:26 PM

"La vulgaridad transforma

el amor de la vida en pusilanimidad,

la prudencia en cobardía,

el orgullo en vanidad, el respeto en servilismo"

El hombre mediocre por José Ingenieros

La única vez, que me he detenido a oír una interpretación de la muy nombrada artista colombiana Karol G, fue cuando hizo a dúo la canción (vivo por ella) con el consagrado artista, Andrea Bocelli, y me pareció un trabajo bastante serio e interesante al dar un paso tan importante al lado de un tenor, el cual ha paseado su voz por todo el mundo, a pesar de su total limitación visual, ya que, escuchar a Bocelli, permite pensar en la grandeza de la música, cuando llega al ser humano, como una manera de educar en medio del entretenimiento.

Es cierto, que no todos los compositores tienen esa facultad para adornar sus canciones con hermosas metáforas, ya que, al final son los privilegiados de la composición, y con el correr del tiempo se van sembrando en el corazón de los que viven la música, con infinita pasión, porque toca en lo profunda del alma, con sus versos y por eso, es difícil, no oír, en cualquier ciudad, pueblo o caserío de Venezuela y más allá de nuestras fronteras, las canciones del Cardenal Sabanero, Reynaldo Armas, quien, desde el mismo momento de levantar vuelo en el cancionero venezolano, se ha mantenido tan sonoro, que definitivamente es la primera referencia musical en las composiciones en nuestro país.

Hago referencia a la colección de canciones de Reynaldo Armas, ya que, las he oído y las sigo oyendo, con infinito placer, pero prestándole toda la atención posible para buscarle el motivo de sus inspiraciones y todavía no he encontrado alguna vulgaridad, como las que presenta la compositora colombiana Karol G, con su disparate, al cual no sé cómo llamar, aún, cuando el título parece decir y bastante (+57) porque encontramos un verdadero coctel de vulgaridades e incitaciones a lo que han dado por llamar el perreo, o lo que es lo mismo, empujar a los jóvenes hacia el precipicio, donde se encuentran, con la prostitución, la drogadicción y el alcoholismo, sin llegar a conocer el verdadero amor correspondido.

Esto no es nada nuevo, ya que, la mayoría de las composiciones de los reguetoneros, creadores de un género musical, el cual nació en medio de lo que representa la descomposición social, propio del capitalismo salvaje y rápido encuentran difusión en los grandes medios de comunicación audiovisuales, hasta convertirse en la conducta de un número preocupante de jóvenes, que por mantenerse en la moda, copian sin aprender nada y los que aparecen, como haciéndole la contraria a los creadores de estos adefesios, mal relacionados con la música, entonces son callados sin ninguna oportunidad de expresarse.

En la música perduran a través del tiempo, los que componen, pero no estos disparates, que parecen una tempestad, con truenos, relámpagos y al final dejan una tragedia, porque no se puede calificar de otra manera el comportamiento de los jóvenes, cuando son influenciados por estos repertorios de vulgaridades. Por supuesto las críticas, no se han hecho esperar y muy duras, porque la juventud en general, tiene que ser cuidada y orientada, tratando por todos los medios posibles de alejarla de estos desperdicios mentales, que se le ocurren a los que andan buscando dinero, apoyados en una fama hecha por los medios, pero cuando caen desaparecen para siempre.

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