Juan Gerardo Guaido Márquez, supuesto venezolano, residenciado en Miami, quien lideró la banda hamponil que en Venezuela se le conoció como el G4, compuesta por los partidos políticos de oposición: Voluntad Popular, Primero Justicia, Acción Democrática (Ramos Allup) y Un Nuevo Tiempo, al cual se le uniría posteriormente el Partido Comunista de Figuera y se amplió al G4 plus. Pues bien, como sabe el pueblo venezolano, después de saquear los recursos de Venezuela en el exterior, Guaidó buscó su expansión de riquezas mal habidas, haciendo compromisos con bandas del narcotráfico colombiano como fue el caso de «Los Rastrojos», sus líderes: Albeiro Lobo Quintero, alias el «Brother» y su número dos, Jhon (sic) Jairo Durán, alias «Menor», con quienes ya había negociado la ruta Venezuela, como puerta franca para el tránsito de narcóticos por territorio nacional y otros connotados narcotraficantes, como fue el caso del ítalo-venezolano, Baggio Benito Garofalo Forte, quien fuera detenido en Colombia bajo cargos de narcotráfico, quien además era financista del partido político Voluntad Popular, cosa extraña dicho partido político todavía hoy, esté facultado legalmente para hacer vida política en Venezuela. Amplia y notoria, fue esa vinculación de Guaidó con el narcotráfico y pasiva fue la conducta de los órganos del Estado venezolano hacia el narcotraficante, presunto venezolano, hoy radicado en la ciudad de la delincuencia, Miami Beach. Si había algo que emocionaba al Narco Guaidó, era tomarse fotos con sus compinches -los narcotraficantes- y se defendía acusando al presidente Nicolás Maduro de ser el narcotraficante, decía Guaidó: «El régimen de Maduro, financia a estos irregulares de manera directa e indirecta, a través del lavado de dinero, de la extracción de minerales y del narcotráfico», así recitaba el libreto que la CIA le había recomendado recitar al narco Guaidó. Formato, por cierto, que le dio buenísimos resultados, tantos, que le brindó seguridad e impunidad total.
Un compinche de fechorías del narco Guaidó, lo fue el senador por Florida, Marco Rubio. Quien celebraba y aupaba sus robos y fechorías contra el patrimonio del pueblo venezolano. Manifestaba, un odio enfermizo y brutal, mientras guiaba sus aspiraciones de maldad que siente contra el pueblo de Simón Bolívar a quien odia tanto como a Fidel Castro. El corrupto senador, nacido en Miami Beach y criado por su hermana, Bárbara Rubio y su esposo o cuñado, el capo Orlando Cicilia, fue investigado en 1987 en el sur de Florida por sospechas confirmadas de utilizar su vivienda para el tráfico de drogas. Otra propiedad de la pareja, un edificio de oficinas, también fue objeto de despojo por la Fiscalía por ser utilizada con fines del narcotráfico. Cicilia, fue condenado a 25 años de cárcel por conspiración para distribuir cocaína y marihuana. Asimismo, se sabe que pertenecía a una organización criminal implicada en la muerte de un informante federal y de sobornar oficiales en Miami. De aquí, provienen los orígenes narcotraficantes de Marco Rubio. El jefe de la banda, quien también fue aprehendido, era Mario Tabraue, un coleccionista de animales exóticos que mantenía en su casa de Miami. Tabraue, fue condenado a 100 años de prisión pero resultó beneficiado con una reducción del 85% de la pena y ahora está libertad. Cuando Marco tenía 16 años, la policía irrumpió en su universo, en el medio de la operación antinarcóticos más importante de 1987, en el sur de la Florida, para arrestar a su hermana Bárbara y su esposo, Orlando Cicilia, quien salió en libertad en noviembre de 2000 por reducción de pena.
Florida, el Estado donde Marco Rubio prosperó y creció, era un protegido de prominentes miembros de la mafia cubanoamericana. Esa jauría, domina desde hace medio siglo, la vida política no solo de Miami y de New Jersey, sino también de Washington, donde sus más connotados miembros: Bob Menéndez, Ileana Ros-Lehtinen, orientan a menudo la política exterior de la nación estadounidense. Producto de su amistad con Álvaro Uribe, fue que en Miami le comenzaron a llamar: «Narco» Rubio, al entonces senador por su amistad con el capo colombiano, Álvaro Uribe, y así quedó para siempre, producto del afianzamiento de su relación de amistad con el matarife de Uribe Vélez. «Soy un gran aficionado del presidente Uribe», afirmó Marco Rubio.
Esa relación que lo delata y desnuda ante el mundo, fue la que permitió al dirigente del PSUV, Diosdado Cabello Rondón exponerlo ante la comunidad internacional como lo que es: un hombre del narcotráfico internacional. Corría entonces el año 2018, Trump arremetía contra Venezuela y por supuesto la acusaba de absolutamente todo lo malo que le ocurría a EEUU. Las sanciones, fue el método predilecto escogido por Trump para procurar el «cambio de régimen». En ese entonces, Marco Rubio arremetía contra el Presidente Nicolás Maduro y contra Diosdado Cabello, acusándolos de narcotraficantes. Quienes se inventaron esa falsedad del supuesto cártel de los soles, mentira que después los propios EEUU, creador de tamaña falsedad, tuvo que recoger al no tener pruebas que sustentaran tamaña falsedad. Fue entonces, que Diosdado acusó: «El senador Narco, perdón, Marco Rubio, tiene una fijación conmigo. Él me acusa de narcotraficante, corrupto, cosas de las cuales no tiene prueba». Y desde su programa: «Con el Mazo Dando», muy visto en todo el mundo, le lanzó su reto al corrupto senador: «Marco Rubio es un delincuente, es senador en EE.UU. pero es un delincuente. Pablo Escobar también lo fue en Colombia [senador]. Pertenecen a mafias, se manejan con mafias. Por ejemplo, si tú revisas quiénes fueron los que recibieron más dinero de la Asociación del Rifle en EE.UU. aparece el nombre de Marco Rubio. Si tú revisas su historial familiar, tiene familiares vinculados, condenados, por narcotráfico allá en EE.UU., cercanos. Es un mafioso, un extorsionador». Y le retó públicamente a hacerse la prueba del polígrafo y responder las siguientes preguntas: «1. ¿Ha consumido drogas alguna vez?, 2. ¿Tiene algún amigo narcotraficante? Acuérdate de (Álvaro) Uribe. No puedes mentir, 3. ¿Ha consumido drogas en los últimos seis meses?, 4. ¿Se ha aprovechado de su investidura política para ganar prebendas económicas? Y la quinta me la guardo», afirmó Diosdado. Desde entonces, Diosdado siempre manifestó estar listo para la prueba del polígrafo. Al contrario, tuvimos un senador huidizo y renuente al reto público que siempre respondía: «aceptar el reto de Diosdado Cabello a someterse al polígrafo, pero en las oficinas de la DEA». Diosdado, no involucró nunca al mayor cártel del narcotráfico internacional, la DEA, pero lo hacía Marco Rubio como excusa. En 2015, Univisión y el Washington Post, hacen publica la información que Marco Rubio, ayudó a su cuñado, acusado de tráfico de cocaína a fines de los ochenta, a obtener una licencia de bienes raíces. La historia se remonta a 2002, cuando Rubio, en ese entonces congresista local del Estado de Florida, uno de los líderes de su bancada parlamentaria, usó su influencia de legislador para urgir a los reguladores estatales que le dieran una licencia «sin reservas» de bienes raíces a su cuñado. En la actualidad, Diosdado, ha modificado su reto y afirmar que Rubio, será «el primer botado» del gabinete de Trump. «Yo voy a Narco Rubio, eso está facilitó», sentenció Diosdado, en su programa de TV.
En otra polémica similar pero esta vez contra el expresidente Andrés Manuel López Obrador, AMLO, a quien acusó: «Entregó partes de México a los cárteles de la droga», sin prueba alguna tan igual que sus denuncias contra Maduro y Cabello, denuncia que hizo en el contexto de la Novena Cumbre de las Américas, celebrada en Los Ángeles, a la cual AMLO decidió no asistir en protesta por la exclusión de países como Cuba, Venezuela y Nicaragua. «Me alegra ver que el presidente Mexicano, que ha entregado secciones de su país a los cárteles de droga y es un apologista de la tiranía en Cuba, un dictador asesino en Nicaragua y de un narcotraficante en Venezuela no estará en EE.UU. esta semana» dijo el corrupto senador en su cuenta X (June 7, 2022). La respuesta de AMLO fue: «Marco Rubio, pero también al otro, a los dos, que presenten pruebas, porque yo sí tengo pruebas de que el señor Ted Cruz, senador de Texas, de origen hispano, que obtiene sus votos por los hispanos, yo lo emplazo a que presente las pruebas de lo que está diciendo, porque yo sí tengo pruebas de que a él le han dado dinero los que están a favor de la fabricación de armas en Estados Unidos y de que no haya ninguna prohibición para la venta de armas, yo tengo las pruebas». «El año pasado creo que le dieron como US$ 120.000, la fundación esta, llamada rifle, la Asociación Nacional del Rifle», remató AMLO y huyeron por la vereda los cobardes tirapiedras. Cuestionando su doble discurso, cómo pueden autorizar miles de millones de dólares para apoyar conflictos en el extranjero, pero no destinan fondos significativos para abordar el fenómeno migratorio en Centroamérica. Con muchísima razón Fidel en vida, diría del corrupto senador: «Si yo de verdad fuera enemigo de Estados Unidos, me alegraría que a uno de esos cubanos lo eligieran presidente para que se acabara de hundir el imperio… Eso es fascismo puro» (Fidel Castro, 17/02/2011). Y las pruebas? Seguiremos esperándolas por sécula seculórum. Es el estilo que la CIA cautivó en estos corruptos personajes de los cuales dijo su predecesor en el Dpto. de Estado y ex director de la Agencia Central de Inteligencia, CIA, Mike Pompeo: «Yo era el director de la CIA. Mentimos, engañamos y robamos. Teníamos hasta cursos de entrenamiento»…