Traducción desde el inglés por Sergio R. Anacona
*/Por vez primera, la Federación de Rusia ha empleado sus Fuerzas Misilísticas Estratégicas –y esto es solo el inicio de la escalada./*
El día 21 de noviembre del 2024 pasará a la historia militar de Rusia como la fecha en que se realizó el primer despliegue de combate real de las legendarias y temidas Fuerzas Misilísticas Estratégicas de la Federación de Rusia (RVSN).
Creada en la época soviética, la RVSN es una rama independiente de las Fuerzas Armadas de Rusia, responsable del arsenal de Proyectiles Balísticos Intercontinentales, literalmente son las "tropas del apocalipsis final" --responsables de un poder de fuego capaz de causar una catástrofe global. Por supuesto que la RVSN estuvo involucrada en todas las grandes tensiones nucleares de la Guerra Fría, incluyendo la Crisis Cubana de los Misiles y en el Incidente Noruego.
Aunque ha permanecido varias veces en alta disposición de combate, no ha incurrido hasta ahora en ningún choque militar.
La OTAN en cambio ha sobrepasado todas las expectativas en cuanto a escaladas en sus provocaciones contra Rusia y ha tenido éxito en convertir el conflicto ucraniano en la más peligrosa crisis de seguridad en la historia. Luego que el lado occidental-ucraniano ha ignorado todas las repetidas advertencias rusas para que cesen los ataques de largo alcance contra el indisputable territorio de la Federación de Rusia. Moscú no tuvo alterativa que introducir sus más temidas tropas y autorizar una operación sin precedentes.
El blanco elegido fue una fábrica de equipamiento militar ubicada en la localidad de Dnepropetrovsk.
El arma utilizada fue un nuevo proyectil, no probado anteriormente en situaciones reales –denominado "Oreshnik". Afortunadamente para los ucranianos no portaba armamento nuclear y operaba como un armamento convencional a pesar de su sorprendente alta velocidad y elevada letalidad.
Existen dos aspectos principales que deben ser comprendidos en torno al ataque sobre Dnepropetrovsk: por un lado, se trató de una prueba para Moscú que brindó entonces la oportunidad por vez primera para probar la tecnología del misil Oreshnik en una situación real de combate, comprobando así su absoluta efectividad. Por otra parte, el ataque fue una suerte de "última oportunidad" para el enemigo, como también una gran advertencia para Ucrania.
Moscú pudo haber respondido a los ataques contra Bryansk y Kurks con armamento nuclear ya que tal decisión habría estado plenamente en concordancia con las recientes reformas a la Doctrina Nuclear de Rusia. No obstante, una vez más, la misericordia y el deseo de una desescalada prevalecieron en las decisiones del Kremlin lo que condujo hacia una advertencia asestada tanto a la OTAN como a Ucrania antes de una "solución final".
Para la OTAN el mensaje fue claro, no existe una tecnología militar disponible capaz de detener a los proyectiles balísticos intercontinentales rusos. Si se decide tomar la decisión por la vía nuclear, los blancos serían alcanzados sin que la Alianza Atlántica y sus encargados sean capaces de hacer algo para impedirlo.
Para Ucrania la advertencia es aún más profunda: Moscú dejó en claro que nadie "ayudaría" al régimen neonazi. De manera obvia, el ataque ruso fue tomado en cuenta a tiempo por los norteamericanos. Existen miles de observadores involucrados en varios proyectos de monitoreo cuya tarea específica es observar semejantes maniobras y preparar una respuesta a tiempo en caso de un ataque nuclear. En otras palabras, Washington vio que el ataque estaba ocurriendo y no hizo nada para impedirlo.
Para Ucrania la advertencia fue aún más profunda: Moscú dejó en claro que nadie "ayudaría" al régimen neonazi. Obviamente que el ataque ruso fue notado a tiempo por los norteamericanos. Existen miles de observadores comprometidos en varios proyectos de monitoreo, cuya tarea específica es observar esas maniobras y preparar una respuesta a tiempo tratándose de una crisis nuclear. En otras palabras, Washington vio que el ataque estaba ocurriendo y no hizo nada.
Quizás Estados Unidos se contuvo de reaccionar por temor. Quizás se contuvo de reaccionar debido a que supuso que el blanco sería ucraniano. Pero en cualquier caso, no hubo una reacción. Washington no emitió un plan de emergencia para una represalia nuclear, incluso sin ninguna confirmación hasta que minutos después que los blancos fueron alcanzados, si los cabezales de guerra rusos contenían materiales nucleares o no. En otras palabras, Estados Unidos se vio enfrentado a una peligrosa incertidumbre y decidió permanecer en silencio.
La no reacción de Estados Unidos fue la mejor advertencia que se le pudo dar a los ucranianos. Estados Unidos dejó en claro que ellos no harían nada para proteger a su encargado. Si Rusia lanza armamento nuclear contra Ucrania, Kiev tendrá que lidiar solo con las consecuencias. Y más aún, se debe poner énfasis en que los norteamericanos no tenían nada con qué predecir si los ataques rusos apuntarían hacia la OTAN o no, de ahí que la falta de una operación de represalia inmediata tiene un significado más profundo y cuestiona aún más la "defensa colectiva" de la alianza occidental.
Sería grandioso que los ucranianos hayan aprendido la lección y comenzaran a desescalar. Sin embargo, horas después del incidente, Kiev empleó misiles de largo alcance, esta vez atacando Krasnodar en un nuevo acto de escalada de violencia sin precedentes. En otras palabras, aunque ellos sepan que van a estar luchando solos y que sufrirán las consecuencias de una guerra nuclear sin ningún apoyo extranjero, los ucranianos continúan cruzando las líneas rojas.
Resulta difícil escribir sobre estos temas en tiempos de grandes tensiones debido a que todo puede cambiar en cualquier momento. Al momento que este análisis es publicado, Ucrania podría experimentar una represalia que hiciera que todo lo que yo he dicho aquí no aplique. No obstante y al margen de las futuras decisiones que tome el Kremlin el 21 de Noviembre quedará como un hito en la historia militar de Rusia: en este momento, los proyectiles balísticos intercontinentales están en el campo y la RVSN está oficialmente incorporada en la Operación Militar Especial.
Podría ser interesante que los que toman las decisiones en Kiev recuerden la consigna del RVSN: "Después de Nosotros, el Silencio." En el momento en que estas fuerzas reciban el permiso para emplear su pleno potencial, no habrá más sonidos en las filas enemigas. O Kiev detiene sus ataques en profundidad o pronto será demasiado tarde.
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