Cuba ha anunciado recientemente un cambio significativo en su política monetaria, introduciendo un nuevo régimen cambiario con el objetivo declarado, según la prensa internacional, de alcanzar mayor flexibilidad a partir de enero próximo y estableciéndose la tasa de cambio de acuerdo a los precios del mercado.
Cuba pasa de esta manera de un tipo de cambio fijo a un tipo de cambio flotante.
Es de señalar que Cuba, al igual que nosotros, también tiene su Dólar Today lo cual simplemente quiere decir que los Estados Unidos la ataca con armas similares a las que usa contra Venezuela. La tasa de cambio informal o terrorista, es igual, se difunde a través del medio, elToque, que difunde diariamente desde Miami, el precio de las monedas extranjeras para Cuba revolucionaria. Llama igualmente la atención que las autoridades cubanas no se ponen en contacto con las venezolanas para conocer nuestra experiencia en este saboteo monetario, los resultados, cuáles pueden ser los mecanismos más efectivos.
Este cambio busca forma parte de un conjunto de medidas que esta elaborando el Ejecutivo Revolucionario para reimpulsar la economía, abordar los déficits económicos actuales y fomentar la dinámica económica. Y por construir el socialismo.
Entre las características principales del nuevo sistema, estarían su implementación gradual, con el objetivo de minimizar los impactos negativos en la economía y en la población y una mayor eficiencia en la asignación de recursos y una mejor integración de la economía cubana en los mercados internacionales.
El objetivo principal es disminuir la diferencia entre el tipo de cambio oficial y el tipo de cambio paralelo, que ha sido una fuente de distorsiones en la economía cubana, inducida claro, por los Estados Unidos el cual ni Venezuela ni Cuba tenemos entre nuestros aliados. También se espera que el nuevo régimen ayude a controlar la inflación, al permitir que el tipo de cambio se ajuste de manera más flexible.
Todas esas son buenas intenciones que se espera que el nuevo régimen cambiario traiga, pero que el Gobierno de los Estados Unidos, todos sus aliados imperialistas y las fuerzas reaccionarias internas trataran por todos los medios de impedir.
El papel del sector estatal en la economía cubana y su adaptación al nuevo sistema cambiario será fundamental para el éxito de la reforma por lo que es necesarios establecer mecanismos eficientes para mejorar su gestión en todos los aspectos, incluyendo la gestión de los trabajadores. También es necesario apoyar e impulsar todas las formas de propiedad.
Aunque este nuevo régimen cambiario en Cuba representa un cambio significativo en la política económica del país, con el objetivo de crear un mercado cambiario más flexible y transparente, su implementación plantea diversos desafíos. Será necesaria una adaptación cuidadosa por parte de todos los actores económicos y una evaluación meticulosa de si se pueden lograr con el los resultados esperados, ya que traerá una serie de impactos sociales y económicos que no siempre serán positivos.
Entre los posibles impactos negativos se encuentra la inflación, artillería imperialista, la cual podría ser exacerbada por la influencia del dólar estadounidense, provocando un aumento en los precios de bienes y servicios, especialmente aquellos que dependen de importaciones. Esto erosionará constantemente el poder adquisitivo de la población cubana.
Es probable que el nuevo régimen cambiario genere desigualdad, donde aquellos con mayores ingresos y acceso a divisas se beneficiarán más, mientras que los sectores más vulnerables podrían verse afectados de manera desproporcionada. El cambio hacia este sistema cambiario también genera incertidumbre, afectando la confianza de los consumidores y las empresas, similar a lo que ocurre en otros países con regímenes cambiarios similares. Por ello, es esencial acompañar este cambio con medidas complementarias que mitiguen su impacto en la población.
Entendemos que este inmenso esfuerzo político, técnico y social en Cuba tiene como objetivo modernizar la economía y mejorar las condiciones de vida de la población, donde no deben confundirse los medios con el objetivo. Sin embargo, es importante reconocer que se está realizando bajo condiciones adversas, casi como si estuvieran en estado de guerra, pero sin tiros. Por ello, es fundamental no considerar esta medida como definitiva, sino estar dispuestos a realizar los ajustes necesarios, adaptando el modelo de cambio a las condiciones de asedio en que vive la Cuba revolucionaria, hasta llegar al modelo necesario para su bienestar y prosperidad socialista.