Almada fue víctima de tortura de parte del régimen y pasó 15 años de su vida buscando documentos para probar que fue sometido a semejante crimen de lesa humanidad.
Encontró los documentos en una estación de policía en ruinas en Lambaré en compañía de José Agustín Fernández, orientado por una colaboración anónima.
Su trabajo le valió el reconocimiento de Premio Nobel Alternativo de la Paz en 2002.
El 22 de diciembre de 2022 se cumplieron 30 años del descubrimiento de los archivos del Plan Cóndor en Paraguay, probando la existencia de una coordinación latinoamericana de regímenes terroristas.