Manifestantes kenianos salieron este jueves una vez más a las calles de Nairobi, la capital, en una nueva jornada de protestas, al mismo tiempo en que los ministros del nuevo Gobierno nombrado por el presidente del país, William Ruto, tomaban posesión de sus cargos.
La ceremonia se llevó a cabo en la State House, sede de la Presidencia en Nairobi, con una fuerte seguridad en la zona, desde calles cortadas por controles policiales, hasta pinchos ubicados en la carretera.
Las autoridades también desplegaron un fuerte dispositivo de seguridad en el centro de la capital que incluía negocios cerrados y calles desiertas, a excepción de los manifestantes, quienes vieron todos sus intentos de reunirse frustrados por los gases lacrimógenos de la Policía.
Uno de los jóvenes que participó en la manifestación preguntó antes los medios de comunicación «¿Por qué tenemos que tener protestas a las que se responde con fuerza siempre? Y afirmó “La Policía inicia esta violencia».
Por otra parte, el inspector general en funciones de la Policía keniana, Gilbert Masengeli, dio a conocer que había recibido información sobre la posible infiltración de matones.
En ese sentido, Masengeli afirmó «Nuestros informes de inteligencia indican que existen amenazas a la seguridad del país, con criminales planeando infiltrarse en las protestas de mañana y cometer más crímenes”.
Asimismo, aseveró que las primeras protestas del mes de junio fueron pacíficas, pero luego se “transformaron en disturbios, con saqueadores destruyendo y robando propiedades”.
Las protestas de este jueves se llevan a cabo un día después de que la comisión de nombramientos del Parlamento keniano aprobara la designación de 19 ministros, después de que Ruto destituyera a casi todo su Gobierno el pasado 11 de julio.
Los cambios en el Gobierno se produjeron tras semanas de intensas manifestaciones multitudinarias, en la que los kenianos protestaban contra la subida de impuestos.
La Knchr informó que desde el inicio de las manifestaciones la respuesta de las fuerzas de seguridad ha sido violenta, con gases lacrimógenos e incluso munición real.