Argentina: estudiantes universitarios continúan la lucha contra el veto de Milei

Sábado, 19/10/2024 01:18 PM

Estudiantado sigue en la lucha contra el veto de Milei
19 de octubre de 2024.- La semana próxima habrá paros, marchas y más clases públicas, y ya hay tratativas para una nueva jornada de protesta federal en noviembre. Cómo conviven en el frente de lucha el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), los sindicatos y las federaciones de alumnos. Los desafíos de una pelea multifacética.

“El pueblo marchará con los dirigentes a la cabeza o con la cabeza de los dirigentes”. La máxima de Juan Perón circuló por estos días entre los distintos actores que están articulando el reclamo universitario contra la gestión de Javier Milei. La frase revela el desafío que tiene para encauzar el conflicto el inédito frente que armaron los rectores, los gremios de trabajadores y los estudiantes. Son quienes capitanean una protesta que por momentos se ve desbordada por las bases –a la luz de las asambleas, tomas y clases públicas en facultades de todo el país– y que parece estar en vías de profundización por la intransigencia del Gobierno. Para toda la semana próxima está en agenda un paro docente, además de movilizaciones y clases públicas, y ya hay tratativas para una nueva jornada de marcha federal en noviembre.

La vigencia del conflicto universitario se explica en parte en la propia trama de la alianza interclaustros, que tiene todos los condimentos políticos. Es una mesa que integran el Consejo Interuniversitario Nacional (el CIN, el órgano que reúne a los rectores), los sindicatos de docentes y no-docentes, y las agrupaciones estudiantiles que van desde la histórica Franja Morada (que conduce la Federación Universitaria Argentina, FUA) al peronismo-kirchnerismo y la izquierda en sus distintas expresiones.

La heterogeneidad del espacio obliga a sus actores a la permanente rosca política –en la mejor acepción del término– para evitar que el Gobierno genere una cuña que pueda dividirlos. Hay mucho de ceder intereses particulares en pos de la causa común entre claustros que tienen diferencias históricas por antonomasia. Hasta ahora el último movimiento oficial no hizo más que abroquelarlos, ya que el blindaje del veto a la Ley de Financiamiento Universitario contemplaba medidas de reparación para los tres sectores –salarios, becas y gastos de funcionamiento–.

El frente está unificado pero no tiene una única conducción ni un funcionamiento formal. Suele tener reuniones periódicas, pero también hay mucha conversación bilateral entre sus patas, sobre todo entre los gremios y los estudiantes, históricamente aliados como en 2018 o 2001. La última reunión tripartita fue el martes pasado y allí se discutió un plan para continuar la protesta, pero no se definió puntualmente una nueva acción en conjunto, que por ahora está en pasos preliminares. Sí se coordinó la marcha de las velas del día siguiente hacia el Palacio Pizzurno y se plantearon propuestas futuras para visibilizar el debate. Desde este miércoles habrá clases públicas semanales frente al Congreso mientras los diputados tratan el Presupuesto 2025.

“El frente universitario es inédito porque el ataque a la universidad es por todos los flancos”, explicó Francisca “Paquita” Staiti, de la Conadu Histórica, sobre la necesidad que tienen para articular el conflicto con múltiples intereses: “Las responsabilidades que tenemos los actores son distintas y amalgamar nuestras diferencias es un desafío, pero venimos caminando con bastante éxito. Las tensiones están, pero no son lo suficientemente profundas para que el frente colapse”, señaló.

“Hay mucha unidad porque hay mucha intransigencia del Gobierno. Eso generó que todas nuestras diferencias quedaran en un segundo plano”, coincidió Nehuen Corbeletto, coordinador de la Corriente Estudiantil Popular Antiimperialista (CEPA). “Hoy hay un repudio generalizado al veto que empalma con la defensa de la universidad pública. Es un frente muy variado y de acá salieron las jornadas del 23 de abril y del 2 de octubre. Milei genera que objetivamente tengamos que juntarnos”, apuntó.

Para la semana siguiente está en discusión plegarse al paro del 30 de octubre convocado por todas las ramas del transporte. Y hacia principios de noviembre está en tratativas una tercera marcha federal, con la particularidad de que podría ser escalonada en las fechas y por regiones. Hay un desafío en el frente universitario que es la finalización del calendario educativo en diciembre, fecha a la que también apuesta el Gobierno para que el reclamo se desinfle por sí mismo. Por ahora, como vaticinó Staiti, “la pelea por la universidad pública es una lucha de largo aliento”.

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