La Corte Penal Internacional (CPI) emitió este jueves órdenes de arresto contra el primer ministro israelí, Benjamin Nentayahu, y el exministro de Defensa Yoav Gallant, ambos señalados como los principales responsables de crímenes de guerra y de lesa humanidad en la Franja de Gaza.
Nentayahu y Gallant han sido identificados como los principales responsables de los crímenes cometidos en Gaza, donde las acciones genocidas y de limpieza étnica de los ocupantes israelíes han dejado un alto número de civiles asesinados y una devastación generalizada.
Desde el 7 de octubre de 2023, la entidad sionista ha asesinado a 44.056 personas en ese territorio palestino, mientras 104.268 ha resultado heridas, la mayoría mujeres y niños. De acuerdo con el Ministerio de Salud palestino, hasta principios del mes de noviembre el 67 por ciento de las víctimas son mujeres y niños.
De acuerdo con la CPI, los crímenes de guerra contra Netanyahu y Gallant incluyen el uso del hambre como arma de guerra, además del empleo sistemático de matanzas, hechos de sojuzgamiento y otros actos inhumanos.
Bajo el liderazgo de Netanyahu y Gallant se han llevado a cabo operaciones militares que han sido calificadas como desproporcionadas y sistemáticas, lo que ha generado un clamor internacional por justicia y rendición de cuentas ante la gravedad de las violaciones a los derechos humanos en la región.
Organizaciones como el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), el Organismo de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en el Cercano Oriente (Unrwa), el Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) advierten que los que más sufren en Gaza son las mujeres, los niños y los recién nacidos “tanto en calidad de víctimas como en términos de un menor acceso a servicios de salud”.
El asedio israelí contra Gaza incluyó el uso de un bloqueo a la entrada de agua, combustibles, alimentos, medicinas y otros suministros vitales e imprescindibles. Durante meses, la entidad sionista limitó la llegada de ayuda humanitaria, provocó una hambruna generalizada e incluso permitió que colonos vandalizaran los cargamentos que llegan hasta allí a través de los cruces fronterizos.
En Gaza, cada día que pasa la situación es más difícil para sus habitantes, quienes se enfrentan a escasez de alimentos, agua, medicamentos y servicios de salud. Todo ello ha creado una crisis humanitaria de niveles alarmantes.
El asedio militar israelí contra Gaza, en paralelo con agresiones a Líbano y Siria, se ha desplegado gracias al suministro de armas por EE.UU. y naciones europeas como Francia y Reino Unido.
Las cifras del horror
De acuerdo con la Oficina de Medios del Gobierno gazatí, la maquinaria de guerra del sionismo lanzó 86.600 toneladas de explosivos sobre Gaza desde octubre de 2023. Ello provocó pérdidas directas de 37.000 millones de dólares.
Además de echar abajo miles de viviendas e infraestructuras, Israel destruyó de manera deliberada 208 sedes gubernamentales, 131 escuelas y universidades al tiempo que dañaron otras 346.
El saldo humano de la agresión sionista alcanza límites insospechados. Los ocupantes perpetraron 3.838 masacres y provocaron el asesinato de casi 44.000 personas, 11.000 desaparecidos y más de 104.000 heridos.
La Oficina de Medios detalló que 1.369 familias palestinas fueron borradas del registro civil al morir todos sus miembros.
Ningún sitio de Gaza es seguro. Pese a que conocen su ubicación y el uso que tienen instalaciones civiles como escuelas y refugios, los sionistas los han bombardeado de manera reiterada. En este lapso, los militares israelíes atacaron 204 refugios e incontables centros escolares, mezquitas e instalaciones de salud, entre otros sitios que están protegidos por el derecho internacional humanitario.
Además de asesinar a mansalva a los civiles, los ocupantes procuraron eliminar al personal médico capaz de proporcionar ayuda a aquellos en medio de la agresión. Desde octubre de 2023, la entidad sionista mató 1.054 integrantes del personal médico, incluidos doctores, enfermeras y especialistas, y a 86 trabajadores de la Defensa Civil.
La escasez generalizada de medicamentos y el déficit de atención médica coloca en grave riesgo a unas 60.000 embarazadas y a 350.000 pacientes crónicos.
Otro blanco de los ataques fueron los comunicadores. Israel mató a 188 periodistas en el intento por impedir que el mundo conozca la verdad de su genocidio en Gaza.
Además de las órdenes contra Netanyahu y Gallant, los jueces también aprobaron la detención de Mohammed Deif, un alto mando del movimiento Hamas que lidera su ala militar, a quien Israel declaró muerto en un ataque aéreo el pasado mes de junio, aunque el grupo islamista nunca confirmó su fallecimiento.