Eran tiempos de triunfo popular, de desenfreno revolucionario. Abril 2002 había marcado un hito histórico que ameritaba otros esfuerzos. Y es así que, sorpresivamente, con limitados recursos tecnológicos –el acceso a internet era asunto de cibers y no de canaimitas y tablas- descubrimos, desde esta provincia ajena a tantas contiendas rebeldes, a APORREA.
Las luces brillaron, las conciencias se nutrieron de ideas. Día tras día bebíamos en sus fuentes, versátiles todas, irreverentes y retadoras. Algunas persisten, otras saltaron la talanquera tristemente, eso sí, para el capitalismo salvaje y brutal que aqueja, desde hace siete años, a nuestra sufrida Patria.
Otras páginas incursionaron en el debate ideológico pero APORREA se transformó en un referente obligatorio para nuestros debates y también iniciativas. Imitamos su atrevimiento y creamos nuestro espacio radial comunitario, lástima que los retruécanos de estos tiempos pseudo-revolucionarios deformaron la naturaleza social y libertaria de tan atrevido proyecto comunicacional; hoy son pocas las radios originalmente comunitarias.
Nuestro empeño persistió como persiste APORREA, a pesar de las adversidades, y desde el fatídico 5 de marzo de 2013, cuando se consumó el asesinato físico del Comandante Chávez, no damos descanso a nuestra conciencia y a nuestra pluma para gritar, en nuestra colectiva voz: ¡VOLVAMOS A CHÁVEZ, CARAJO! ¡BEBAMOS EN SU ORALIDAD! ¡HAGAMOS DE SU IDEA, DE SU PROYECTO SOCIALISTA Y ANTICAPITALISTA NUESTRA PRAXIS REVOLUCIONARIA, ANTES DE QUE LA HUMANIDAD Y EL PLANETA PEREZCAN! ¡JAMÁS IMITEMOS A LOS TRAIDORES Y DESLEALES, A LOS ASESINOS POLÍTICOS Y A LOS SUMISOS Y DÉBILES DE CONCIENCIA, QUE SON MILLONES, QUIENES ENTREGARON SU DIGNIDAD Y DECORO POR TREINTA SOBERANOS!
Infinitas gracias APORREA; la provincia ganó con tan valioso esfuerzo. Persistan, nunca declinen; diez y ocho años se lee rápido pero es todo un caudal de historia rebelde. Los revolucionarios y las revolucionarias nos probamos en las adversidades.