Cuando supe por primera vez acerca de la existencia del periódico digital Aporrea, hace ya unos cuanto años, hubo dos cosas que despertaron rápidamente mi atención. La primera de ella fue el interesante hecho de que este surgiera de una iniciativa popular en plena coyuntura del golpe de abril 2002 contra la revolución bolivariana emprendida por Hugo Chávez Frías, con el objetivo fundamental de contrarrestar a la mediática golpista venezolana e internacional de entonces. Lo cual, a mi modo de ver, además de ser para ese momento una acción audaz, fue también una decisión políticamente acertada.
Lo segundo tiene que ver con el nombre decidido por su grupo fundador para denominar este medio. La palabra "aporrea" denota una acción de fuerza en movimiento, algo que golpea, que produce contusión y puede generar, per se, alguna respuesta en consecuencia. Había que golpear a través de las más lúcidas ideas, los encendidos verbos, las más oportunas imágenes y un rico inventario de palabras surgidas de la inteligencia social, a la contumaz derecha que intentaba, con el uso de violencia y las armas, destrozar el sueño de construir una sociedad distinta, misma esta que apenas comenzaba a bosquejarse desde el campo de lo formal-jurídico.
Este portal se ha convertido desde entonces en un hervidero de opiniones, comentarios, reportajes, noticias y las más variadas reseñas, puestas a disposición de un gigantesco universo de usuarios de manera libre y plural. En él se dibuja y refleja al mismo tiempo la controvertida dinámica del mundo capitalista globalizado de hoy y sus incontestables signos de crisis, así como, de manera particular, el decurso del proceso político venezolano desde Chávez hasta Nicolás Maduro, con sus profundas contradicciones, errores y significativos logros. Dan cuenta de esto último los articulistas y voces más afines a las acciones políticas del gobierno hasta las más disimiles y contrarias al mismo, en el propio campo de las denominadas izquierdas.
Es claro que, si quisiéramos tener una lectura varía, múltiple, variopinta y multisubjetiva, en definitiva democrática, de los principales acontecimientos económicos, sociales, políticos y culturales acaecidos en el mundo, y más específicamente en Venezuela, durante los últimos años, una de las mejores opciones sin lugar a dudas es visitar y compartir Aporrea.
Sería muy mezquino no admitir y al mismo tiempo afirmar que este medio se ha constituido en un extraordinario fenómeno comunicacional al servicio de la socialización y democratización de la información, la opinión y el conocimiento. Además de ser una ejemplar escuela de periodismo popular y una cátedra permanente de pensamiento político para la transformación sociopolítica.
En nombre de quienes compartimos tareas de comunicación popular en el Colectivo Catabre 99.3 FM y otros medios comunitarios de Barinas, quiero extender mis felicitaciones y profundo agradecimiento al grupo de mujeres y hombres que han hecho y hacen posible esta titánica labor de Aporrea.