Hay una diferencia entre lo que nos imaginamos que somos y lo que realmente somos. Aporrea está cambiando y debemos evitar un cambio a peor. Es cierto que hay una acción oficial de sabotaje a Aporrea, tanto es así que sus administradores nos explican cómo evadir el bloqueo a la página. Pero también muchos de sus articulistas se están quedando en el camino, Teresa "la Guara", Elsy Rojas, hace tiempo que no se lee a Antonio Vivas Santana, el amigo Oscar Heck, ¡este es nuestro foro más independiente para el debate de las ideas!, ¡más democrático!, porque a la otra democracia hay que encerrarla entre comillas. Defensores de las tesis del gobierno, incondicionales al gobierno, neutros, anodinos, críticos investigadores, críticos apasionados, gente que denuncia, ensayistas, en Aporrea hay de todo un poco. Sin embargo su función, que yo la definiría como la de mantener a raya (de forma concreta, de forma expresa) los abusos de quienes están en el gobierno y fuera de él, se está diluyendo. Una Aporrea gobiernera es tan inútil o dañina como una Aporrea escuálida. En ese sentido, por más democrática que sea, debería tener un poco de más carácter, sin menoscabo de su vocación democrática. Y con carácter me refiero a tomar partido, a tener una línea editorial, marcar una posición ante todo lo que acontece en el país, en el mundo, inclusive con las opiniones de sus articulistas.
Las ideas honestas (claras, coherentes, o consecuentes) siempre se imponen sobre la deshonestidad. Por ejemplo, en nombre de la libertad no se puede ni se debe censurar a nadie. Si hay que censurar algo antes de ser publicado yo votaría por los chismes, o por la voluntad de chisme, por la carencia de argumentos, de razonamientos a la hora de juzgar a alguien o alguna situación. No obstante, hay muchos casos de censura en Aporrea por una especie de capricho personal (no editorial), a causa de un titular muy crítico, o por un titular confuso, porque no se cita correctamente la fuente, por apariencias o por malas interpretaciones de quienes están para revisar los artículos. Creo que falta alguien ahí que unifique los criterios para publicar o dejar de publicar los escritos. Mientras más fuerza argumentativa, más crítica, más seriedad y compromiso tengan los artículos (independientemente del estilo) más difícil se le hace al gobierno sabotear la página. Y por el contrario, mientras más complacientes o se muevan al ritmo de las olas, más irracionales, más chismes y calumnias abunden, se irá apagando o transformando en otra cosa.
Creo que hay que defender el debate de las ideas, expresadas con claridad, con o sin pasión, con vehemencia o sin ella, de forma obsesiva o chipeada, no importa, siempre y cuando se expresen más ideas que sentimientos personales (esos los reservamos para el "tono" literario, para diferenciar nuestros estilos de decir cosas). ¿Por qué ideas?, porque de eso trata la política (la historia, la filosofía, las ciencias, etc.), y ésta, creo yo, es una página política. Al país, a los lectores de política, no les produce interés ni provecho la vida íntima de nadie, o le atraen los chismes, y es eso lo que debemos evitar (creo yo), convertir a Aporrea en la "Venezuela farándula" de la política, y más… Porque cuando hay más chismosos que críticos hay un desbalance, una inclinación hacia la frivolidad como lo esencial, es decir, hacia lo superficial; invertir los valores, confundir el "estilo frívolo" con lo frívolo.
Lo mismo pasa cuando hay más gobierneros exaltados que críticos; hay otro desbalance, se corre el riesgo de que, una página que fue concebida para auditar la acción de gobierno y enfrentar a los enemigos del socialismo, se convierta sin darnos cuenta en otra "Últimas Noticias" o en "La Patilla", medios digitales que se imaginan que son una cosa, pero que de hecho, en la realidad son otra totalmente distinta, lo contrario de cómo se ven. Por eso decimos lo del carácter de Aporrea. Que se defina en su editorial, no en una frase, en una declaración vacía, en un deseo.
Libertad de ideas debería ser para el que tenga ideas, porque cuando no las tiene, chilla. Ya bastante gente chilla por el Twitter, como para que hagamos lo mismo en Aporrea.