“Ese programa de Vladimir va fuera del aire”. Villegas no es pendejo, no pisa todo callo

Miércoles, 27/05/2020 04:58 PM

Me decía un amigo en estos días que Enrique Mendoza, manifestando sus desacuerdos con las prácticas habituales de quienes han manejado la oposición y que llegaron a su máximo esplendor, desarrollo y ejecución bajo el comando de Leopoldo López, había dicho que muchas de esas cosas que le endilgaron, asociándolo a la violencia, eran mentiras, pues según él ha estado siempre en posición opuesta.

Entonces no sería verdad esa cosa que "Los Roberto", hasta que la pandemia los "disoció" para evitar contaminación, solían recordar de "esa basura que llaman el canal 8 va fuera del aire". Al contrario, entonces pudo haber dicho, "nunca estuve metido en esas lides y menos en algo que agrede la libertad de expresión".

Pero a lo dicho pecho. Y además hay unos videos que muestran lo contrario de lo que ahora dice Enrique. Aunque, uno siempre está dispuesto a aceptar los recogimientos, que la gente se arrepienta de sus pecados y hasta perdonárselos, con tal que se enmiende, coja el carril correspondiente que lo aleje de aquel feo mundo de pecados. Eso eso sí, los cambios deben ser digeribles por la percepción humana. Como que Enrique se comporte de conformidad impone la realidad y dentro de su visión global del mundo. No se espera se "espelonge", se desprenda de las ramas del árbol donde siempre ha estado encaramado y se venga para el otro lado sin sustento ni fundamento y de repente aparezca de paños y manteles con Diosdado. Eso se vería muy feo.

Y recordamos esto porque ayer, cerca de la 1, más o menos, Vladimir Villegas, puso un tuit en el cual, palabras más o menos dijo socarronamente que su programa "saldría del aire por presiones del gobierno".

Uno que es pendejo desde chiquito, llegó a viejo siéndolo, tanto como para creer en la justicia, el equilibrio y hasta en la buena fe de la gente, aunque por eso nos hayan dado hasta con el tobo y la banqueta, expresamos nuestra opinión, que es la misma de siempre, porque somos pendejos y no vamos a dejar de serlo, y esta es que estamos en desacuerdo que a la gente se le sancione por sus opiniones y en el caso de Villegas, de ser cierto, lo que pasa es que uno, en eso, aún siendo pendejo, no le creemos a todo el mundo, estaría muy mal y por eso condenamos le hayan sacado por presiones del gobierno.

Y ahora mismo eso ratificamos. Pero sucede que pese uno es dado a creerle a mucha gente hay alguna que, por haber dado tantos motivos, por esfuerzo de buena fe que hagamos, no le podemos creer. No estoy diciendo que en el gobierno no hay gente capaz de incurrir en eso; no. Allí hay de sobra. Como que una juez en Lara incurrió en la aberración de ordenar la detención de Luis Pérez, por tocar cacerola a manera de protesta por fallas en los servicios públicos, siendo él un joven que padece de síndrome de Down.

Pero en este país, los políticos están empeñados en ver las cosas no como ellas son, en todo su volumen, peso y demás rasgos, sino como a ellos les conviene y favorece. Tanto que explicaciones hasta como pueriles, y esta de Vladimir Villegas lo es por demás, no sólo de hecho las aceptan sino que hasta le dan sustento. Le ponen lo que falta, como la guinda a la torta.

Vladimir Villegas, como político y periodista, ha tenido y tiene una conducta como para que hasta los sonsos y adormilados como uno, de esos que todos y todo el tiempo joden, se ponga vigilante. Y esto no es una invención mía ni indisposición personal contra él, pues ni siquiera le conozco, aunque ambos venimos de ese universo que, más por mala costumbre que otra cosa, llaman izquierda, pero somos de generaciones muy distantes y él un acendrado caraqueño y yo de eso que ellos llaman, como despectivamente, la provincia.

Sé muy bien que el mundo cambia y lo hace de manera constante; y una de las manifestaciones o muestras de la inteligencia humana es la capacidad para percibir y adaptarse a eso. Pero esos cambios, salvo los terremotos y otros fenómenos telúricos o parecidos, no son bruscos, como eso de, "esta noche comenzamos a hacer la revolución y uno, diez decretos y diez días que estremecieron al mundo y cuando se cansen nuestros brazos de agitar y nuestras manos de firmar los decretos, ya todo estará hecho, consumado, la felicidad y justicia conquistadas y podremos ponernos a gritar hemos asaltado al cielo". No, la vida de los humanos no transcurre así. El capitalismo, desde sus primeros atisbos, lleva mucho más de 500 años. La fase imperialista, o esa de exportación, imbricación de capitales y tecnología como 120 o más y ahora es cuando le queda vida. La sociedad es como demasiado lenta y en consecuencia, su proceso digestivo también lo es.

Para mí, soy además de pendejo como demasiado moralista, asumir un rol de dirigente, como ese de "soy el jefe de los legionarios de aquí porque represento la mejor y más pura expresión e interpretación del proceso histórico", no es un juego. Como no lo es el asumir de sacerdote. Les conceden esas prerrogativas a quienes evaluaron como pertinentes para eso y quien así se asume, también debe haberlo hecho y estar por demás convencido. Quien ayer u hoy se asumió como antiimperialista y demás hierbas, más viniendo de familia y egresado de una universidad que también lo eran, relativamente larga militancia, es decir, no siendo un carajito loco y además gozó de las prebendas, ventajas que eso le deportó, perdidas estas, se pone de repente a pensar lo contrario, cuando el mundo es el mismo, no merece mi respeto ni es digno esté dispuesto a creerle mucho. Uno, en el mejor de los casos, se come las maduras habiendo comido bastante de las verdes. Si sólo de aquellas me gustan o estoy dispuesto a comer, no soy merecedor del cielo y ni antes ni ahora se me crea y digno de ponerle demasiada atención. Eso tiene mucho de mercenario.

Soy como muy reticente a aceptar esos cambios a la carrera y eso me pone en alerta hasta roja y a desconfiar. Más, si uno les ve de repente gozando de una vida distinta a la de antes y diciendo todo lo contario de lo que antes dijo, cuando es como muy corto el tiempo para haber completado la digestión. Eso no es como quitarse la vestimenta, ponerse otra y subir al escenario del teatro a interpretar un personaje opuesto y pronunciar un parlamento que dice lo contrario del que el anterior personaje pronunció. En esos casos uno piensa que el carajo antes mentía y hasta es posible que ahora también lo esté haciendo.

No creo haya más nadie digno de lástima y al mismo tiempo de desconfianza que un advenedizo. Este, cuando llega al bando contrario al donde antes estuvo, se siente obligado a dar mucho, y además le exigen, muestras contundentes de su cambio. Y él mismo se siente obligado de darlas en ese tono para que se le acepte como si hubiese sido de los de siempre, más si ansía seguir jugando el rol de político de los de adelante o acceder a las "bondades" de su nuevo espacio. Siempre he dicho que Betancourt, para convencer a los gringos que todavía dudaban de él en 1959, optó por reprimir salvajemente al movimiento popular para convencerles que era de los de ellos.

Vladimir ha dado unas excusas propias del advenedizo y de esos individuos que optaron de manera definitiva por enterrar ciertas cosas que antes pudieron serle útiles y hasta formar parte de su arsenal y cultura.

"Me han sacado el aire y del aire o mejor Vladimir a la 1, por presiones políticas del gobierno, "va fuera del aire".

¿Con quién trabajaba Vladimir? ¿Con el gobierno?

Globovisión está en el aire usando el espacio radioeléctrico nacional que administra el Estado. Esto le impone la mínima conducta que a los demás canales. No obstante, la parrilla del canal tenía a Vladimir, quien venía desarrollando una conducta política respetuosa de la legalidad, con signo distinto al de la oposición extrema, pero suficiente para incomodar al gobierno y generarle molestia; y, por eso que antes dijimos de buscar aceptación entre quienes antes adversó, solía ser particularmente incisivo. No es extraño que en el gobierno alguien haya presionado a Globovisión, pues en aquél también hay extremistas e intolerantes; aunque no es extraño haya otras razones para su salida, como las de carácter económico o lo que dije, intentaba un rol, por su particular circunstancia de exagerar para caer en gracia, a lo que se sentía obligado, en colisión con la línea discreta que se trae el canal. ¿Acaso los demás canales no operan con bastante discreción y sin comprometerse en exceso con la línea de oposición extremista? ¿Por qué no interpretar que en Globovisión han optado por un movimiento táctico, un cambio, lo que bastante percibo y eso pasa por disminuir o mejor suavizar el discurso frente al gobierno?

Pero en todo caso, quien le dijo a Vladimir "mira chamo, a partir de ahora vas fuera del aire" no fue Conatel ni Maduro, sino los dueños del canal. Serían estos quienes ejecutaron una exigencia del gobierno en el peor de los casos y si Vladimir fuese lo que debería ser, por muchas cosas, y siendo cierto que le sacaron del aire por "presiones del gobierno", debería también denunciar la responsabilidad y complicidad de quienes ejecutaron la medida. Pero es Vladimir. Hoy está aquí y mañana allá y aprendió que quien quiere ascender en este mundo y por ascensor aerodinámico, debe saber que hay callos que nunca, ni por equivocación, deben pisarse.

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