Uno de los grandes problemas de las redes sociales, es que mucha gente cree lo que por allí se dice. Si desde Colombia o Miami se propaga una falsa información, lo más probable es que en el último rincón del mundo, la crean. Las redes se han convertido en un centro de convergencia de mentirosos, desde allí se calumnia sin remordimientos, con el mayor descaro, como algo normal. Sin embargo, esos mentirosos, ¡Increíble!, son personas admiradas por algunos, y se justifican con el consabido: "El fin justifica los medios" Y mientras esté en el gobierno la revolución bolivariana, ese será el lema de quienes se oponen a la misma. Pero, sin duda, esta conducta implica el surgimiento de un nuevo tipo de personalidad que los especialistas en psicología deben definir o relacionarlo con los tipos de personalidad, ya existentes.
Si hay que definir a quienes se dedican a "matar" a las personas a través de premeditadas falsas noticias y suposiciones, crueldad debe ser el término adecuado, y engloba lo que es la mentira y el fanatismo. Mentira que anda a ras del suelo y el fanatismo a flor de piel. De esa forma, son capaces de hilvanar una mentira alrededor de la muerte de una persona, justificándose en razones políticas que en el fondo, no son suficiente.
Sin embargo, dar por muerta a una persona no es extraño, si se revisa la cantidad de casos de personas importantes como políticos, actores, escritores, cantantes que han sido objeto de tal situación. Por ejemplo, Fidel Castro, a cada rato moría. El internet estaba convertido en una funeraria, es más, en una fosa común en donde a muchos no les importa tirar a cuantos nombres se les ocurra, aun sabiendo que esas personas en realidad, están vivas.
En estos días de coronavirus, nuevamente en internet ocurre la misma situación y la victima que "estiró la pata" esta vez, es el vicepresidente del PSUV, Diosdado Cabello. De hecho, debo considerar que jamás había visto tan alegres a algunas personas después de saber el contagio de Diosdado Cabello por coronavirus. Desde ese mismo momento, las redes comenzaron a llenarse de malos deseos y de opiniones tipo Trump, de que esa persona moriría porque era obesa, calva, porque tenía que morirse, porque tenía elevado los triglicéridos y el colesterol y sobre todo porque es chavista.
Como daban por hecho de que moriría por el contagio, en las redes los comentarios diarios no dejaban de aparecer, hasta que comenzaron a divagar, a suponer, a imaginar y hasta comparar la situación de Diosdado Cabello con la vivida por el comandante Chávez cuando agravó de su enfermedad que lo llevó a la muerte. "Ya murió, pero no quieren decir nada"; "A mí, fulano me dijo que perencejo que es primo de zutano vio que a Diosdado lo estaban embalsamando en el cuartel de la montaña" Te lo dije mi hermano, algo raro está pasando, dice otro, casi convencido.
En Miami y Colombia se dieron banquete hablando sobre la muerte de Diosdado como si hubiese sucedido en verdad. Las cartas astrales, el tarot, el tabaco, la borra del café todo decía que Diosdado había muerto. El colmo de todo es que hay gente que lo creyó y corrió la voz. Pero, no es extraño que la simpatía por el vicepresidente del psuv haya crecido en la opinión pública por efectos de las mentiras que la oposición maneja y que hace, que cada vez, se aleje más del poder.
El que creyó que Diosdado estaba muerto, debió llevarse una gran sorpresa, sobre todo a nivel internacional, cuando lo vieron dando pautas y hablando de la organización del psuv para el próximo evento electoral. ¿Y, no estaba muerto? ¿Será un doble? ¿Será su espíritu? O ¿Andaba de parranda? El propio Diosdado desmintió las canalladas made in Miami o Colombia. No debería, en la reaparición de su programa "Con el mazo dando" ensuciar la cartelera con los fakes en relación a su muerte. Eso sería darle demasiada importancia a los calumniadores.