Un concepto terrible acerca de los periodistas de medios venezolanos, inspira la reflexión opinativa que cito a continuación, se le ocurrió al profesor Sant Roz en coincidencia con similares argumentaciones sobre nuestro periodismo, hechas también por relevantes articulistas criollos y extranjeros.
"Periodistas venezolanos cuyos dueños trabajan para el derrocamiento de Nicolás Maduro, no se salen de sus guiones frente a personas encargadas de jefaturar el proceso de expulsión del modelo socialista revolucionario, son erectas momias de la incomunicación, cumpliendo una guerra de silencios".
Por muchos años he descrito en forma analítica ese mismo concepto, a riesgo de reacciones por comunicadores que en varias oportunidades me han traído incomodidad material y pérdida de amistades. No he alterado la opinión y con insistencia la sostengo desde finales de los años 60 del siglo pasado.
No me sorprenden actitudes del periodismo nacional, hoy en entredicho profesional, los ejemplos de la inquina hacia transmitir buenas noticias provenientes del gobierno nacional son múltiples, y prueba de ello el silencio o manipulación de las palabras recientes del ministro del poder popular para la Defensa General en Jefe Vladimir Padrino López, que informó se encuentra en fase preelectoral el Plan República en coordinación técnica con el Consejo Nacional Electoral.
Padrino López resaltó la experiencia de la FANB para que "sea una operación impecable, brillante como siempre, brindaremos seguridad a los votantes, infraestructura y maquinaria electoral, seremos garantía para la protección epidemiológica, vamos a elecciones para ganar la paz". Les preguntaría a esos comunicadores sociales de dudosa actitud profesional ¿qué de malo tienen informaciones de seguridad ciudadana?
La inconstancia acompaña el desempeño infeliz de comunicadores sociales obligados por los dueños de medios, que son sus jefes, a manipular, minimizar e incluso ocultar las informaciones oficiales, en franca confesión de estar disgustados porque en los 40 años de la era adecopeyana en el poder, les inundaban de propaganda oficial pagada y condicionada, solicitando descaradamente no exagerar los errores gubernamentales de AD y COPEI.
A fin de doblegar el entusiasmo votante para los comicios del 6 de Diciembre 2020, y el agradecimiento general a medidas socialistas, es notoria en el campo oficial la inconsistencia de los desenterados que no saben sino echarle la culpa a Chávez y Maduro por los hiper precios en alimentos y medicinas, fallas de gas doméstico, carencia peligrosa de oxígeno en hospitales y clínicas, y ausencia de gasolina.
En el campo opositor funciona el plan tramado con inmoralidad por la pandilla de traidores que negocian a Venezuela, gozan con el pésimo servicio de internet, y hacen oposición a cambio de dólares, euros, etc. para derrocar la revolución bolivariana. El resurgir del ataque a la moneda, la dolarización que prometía la oposición en su anterior campaña electoral, lo utilizan en campaña electoral para culpar a la revolución, peor cinismo oposicionista imposible.