No podemos permitir que se nos silencie, tenemos el deber de potenciar nuestra comunicación construyendo una gran plataforma comunicacional en que hablemos todos el mismo idioma.
Debemos crear nuestras propias ideas y seguir al pie de la letra aquella premisa de Simón Rodríguez: "Inventamos o erramos".
Inventar y crear lo nuestro, con una mirada permanente penetrando las raíces de América Latina. Tenemos una historia, una geografía y una idiosincrasia que nos hace sentir orgullosos de lo que hemos sido, somos y seremos. Los herederos de Libertadores y Revolucionarios.
Un pueblo heroico, una América Rebelde que no se rinde. De esa herencia debemos sacar esa plataforma comunicacional, donde mostremos lo nuestro, en donde demos un "No" rotundo al imperialismo y sus lacayos que con su gran poder mediático que deforman la realidad, siendo claramente un aparato ideológico de la globalización.
Levantemos la voz en donde apostemos por un mundo nuevo, un mundo donde quepamos todo, donde se respete la participación de los pueblos.
Ya basta de que intenten que hablemos el mismo idioma de los yanquis.
¡No lo haremos! Ya que somos y seremos la América Rebelde, la América de Bolívar, de Sucre, de Artigas, de San Martín, de Zamora, de Villa, de Zapata, de Martí, la América guerrillera del Che, de Fidel, de Camilo, de Carlos Fonseca, la América Insurgente de Chávez.
Esa América hoy irrumpe rebelde, insurgente a exigir que se nos respete.
Tenemos el gran deber de que nuestra voz no se silencie y que sea la herencia de nuestros hijos y para eso es necesario que se hable el mismo idioma.
Hay que construir nuestro propio sistema de comunicación, con nuestra televisión, con nuestro cine, con nuestra literatura, nuestra música y nuestras costumbres.
Recordemos que Hollywood no solamente nos vende sus películas sino su ideología y hegemonía para apartarnos del desafío que tenemos los latinoamericanos hace tantos años como es la integración, Unidad que tantas veces habló Bolívar .
Pero cuando hablemos de integrarnos debemos reconocer el carácter multicultural y multiétnico del pueblo latinoamericano, pero eso en vez de ser un obstáculo es una bendición y por eso
¡Manos a la obra!