"No hay verdades únicas, ni luchas finales,
pero aún es posible orientarnos mediante
las verdades posibles contra las no verdades
evidentes y luchar contra ellas"
Manuel Vásquez Montalbán
Todo vale o es utilizado para atacar al presidente Nicolás Maduro, y el que no pierde ninguna oportunidad es el periodista Grossman Parra Pinto, ya que, en una de sus extensas columnas utilizó a los nietos en un diálogo imaginario que, solamente a él se le puede ocurrir semejante disparate para seguir formando parte de la guerra mediática. Algo imperdonable al colocar niños inocentes, como si en verdad fueran actores políticos. Transcribo el adefesio de años anteriores: "Por cierto, la traviesa Enoha preguntó las razones por las cuales ni en la plaza Bolívar de Guanare ni en lo "que queda de Guanarito" había luces ni niños corriendo y jugando, a lo que Juan Pablo le dijo: "Tú no sabes que ahora las plazas Bolívar son para humillar a la gente sacando el carnet de la patria".
La columna de Grossman Parra aparece en el diario "Ultima Hora" de Acarigua. Tiene varios años siendo publicada y para muchos lectores se ha convertido en un punto de referencia, aún, cuando no ofrezca nada novedoso, pero en estos tiempos, cuando la guerra mediática impuesta por el imperialismo con sus miles de tentáculos dispersos por el mundo, se filtra en la imaginación de las personas en los más apartados rincones, no es raro ver a los adultos echar mano de cualquier argumento, incluso de involucrar a los chiquillos de la familia, creyendo hacerse más creíbles antes la opinión pública.
Las veces que leo los repetidos "cuentos" de este periodista, entiendo perfectamente el por qué, en una oportunidad, cuando le preguntaron a un destacado escritor: ¿Qué le parece la guerra mediática" Sin ningún titubeo respondió ¡Es tan peligrosa que, ni los niños se salvan de semejante perversidad mental, ya que, en muchos casos son las primeras víctimas! Esta afirmación nos demuestra, quienes son los más vulnerables en cualquier conflicto, que pasa por la mente del ser humano. Si, un abuelo creyendo hacer una gracia, involucra a sus nietos en sus travesuras periodísticas ¿Qué podemos esperar de los que andan desorientados, creyendo en la violencia, como la manera de solucionar los problemas? Y por otro lado el capitalismo salvaje le facilita los medios para cometer locuras imperdonables, como las que vienen ocurriendo en los Estados Unidos.
La guerra en Ucrania, el cual se ha convertido en un tema para libreto de las proyecciones cinematografías de Hollywood, donde por cierto los gringos no pierden una. Todo el aparataje mediático utilizado por el imperialismo para trasmitir informaciones falsas, en la mayoría de los casos buscan explotar el sentimiento a través de los infantes. Pero, para colmo de males, el último acto de violencia en su propia tierra, algo por demás lamentable; a pesar de lo repetido de estos hechos, sin embargo, no dejan de alarmar, al dejar 19 niños y dos maestras fallecidos en una escuela, propiciado precisamente por la forma, como se mueve el capitalismo, que, por vender en medio del consumismo, ya que, es la esencia de su propia existencia para producir grandes dividendos, al facilitar estas mortíferas armas a cualquier persona, con tal que cargue en las manos los dólares.
Nada de estos episodios macabros son reseñado por los reporteros al servicio de los gobiernos de los Estados Unidos, y en Venezuela los que hacen vida activa en la enmarañada oposición en contra del gobierno, por nada del mundo se atreven a tocar la xenofobia que, está golpeando a muchos venezolanos en países hermanos, como el caso reciente de un niño en el Perú, el cual fue sometido a una violenta agresión en un plantel educativo, motivo por el cual está sufriendo serios trastornos de sueño. Nada de esto los motiva a ejercer la profesión con responsabilidad, después de incitar al odio, a la emigración para sacarle provecho político, creyendo en la derrota de Nicolás Maduro a la vuelta de la esquina.